30 noviembre, 2008

Nuevos servicios del Sistema de Información Cultural de la Argentina


El Sistema de Información Cultural de la Argentina ha puesto a disposición del público la versión digital (PDF, 16,2 megas) del libro “Nosotros y los Otros, el comercio exterior de bienes culturales en América del Sur” editado por las autoridades culturales de Argentina y Venezuela.
Se trata de un análisis del desempeño en este rubro de Argentina, Brasil, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela.
Constituye un aporte valioso para repensar las estrategias culturales de nuestros países que conviene leer muy detenidamente y sin sacar conclusiones apresuradas habida cuenta de las dificultades metodológicas de todo tipo que plantea el objeto mismo de medición. Dicen los autores:

Una primera definición de cultura es la que dice que “la cultura abarca los rasgos, creencias, convenciones, formas de convivencia, costumbres, imaginarios, sistemas de valores y prácticas simbólicas colectivas e individuales que prevalecen en un grupo”. Esta definición, si bien es aceptada y utilizada en estudios antropológicos y sociológicos, es de escasa utilidad a la hora de medir la cultura, ya que engloba a todas las prácticas sociales, en tanto cada una de ellas genera algún proceso de significación social. Es por eso que se presume más útil, a la hora de definir nuestro objeto de medición, pensar a la cultura como “un conjunto de actividades humanas y productos cuya razón de ser consiste en generar un procesamiento simbólico”.
Sin embargo, y aún utilizando esta definición restringida de cultura, el universo de actividades, productos y productores sigue siendo vastísimo.
Es por eso que se decidió posar la mirada sobre tres sectores particulares, aquellos que forman parte de lo que se denomina comúnmente las “Industrias Culturales Nucleares o Tradicionales”: el complejo audiovisual, el complejo fonográfico y el complejo editorial.
Cuando se habla de “comercio exterior” se hace referencia a “las transacciones económicas entre los residentes de un país y el resto del mundo.” Este ejercicio particular se centrará en el comercio exterior de bienes culturales, dejando de lado los servicios. La exclusión de los servicios culturales de este ejercicio de medición está vinculada a que su registro en las cuentas exteriores de los distintos países no está tan desarrollada, y mucho menos estandarizada, a nivel regional. En consecuencia, hay muchos países que no tienen un registro sistemático de estas transacciones, y la información disponible de los diferentes países suelen ser imposible de comparar.
Como se puede apreciar, se ha realizado un recorte preciso y excluyente a partir de la definición original de cultura. Lejos se está, sin embargo, de postular una supuesta neutralidad u objetividad en este recorte. Por el contrario, es preferible hablar de un proceso de objetivación. A través de sucesivos recortes se fue construyendo nuestro objeto “comercio exterior cultural”, al que ahora se tratará de mensurar.
La propuesta entonces es explicitar en profundidad cada una de las decisiones tomadas en este proceso de objetivación, y someterlas a la discusión colectiva. Pero antes de llegar a eso se realizará un pequeño y necesario rodeo: haremos una breve y simplificada revisión del funcionamiento del Sistema de Cuentas Nacionales, que es la fuente de la cual proviene la información disponible.


Medir cualquier “indicador cultural” es siempre un proceso complejo pero no hay modo de hacer gestión cultural de un modo profesional sin utilizarlos. Máxime cuando se intenta vincular al sector cultural con los planes de desarrollo nacional.
Es en ese sentido que planteamos que es en sí mismo un aporte valioso más allá de la precisión de los datos que los propios autores debaten permanentemente.
Por otro lado el SINCA presenta un “Buscador de Comercio Exterior” referido al sector cultura utilizando el mismo recorte metodológico. Y la verdad es que funciona.
Permite obtener datos entre los años 1996 y 2007 referidos a importación o exportación hacia o desde un país o conteniente considerando cuatro sectores básicos: el audiovisual, el fonográfico o el editorial.
Una vez obtenido el dato el buscador permite guardarlo en formato pdf o tabla de cálculo.
Por ejemplo, una comparación entre las exportaciones del sector editorial argentino a España y Estados Unidos en las puntas del registro, 1996y 2007. He aquí el resultado copiado del pdf que me proveyó el sistema:

ESTADISTICAS DE COMERCIO EXTERIOR
COMPARACIÓN
OPERACIÓN AÑO ORIGEN DESTINO BIENES VALOR
Exportación 1996 Argentina España Sector Editorial 5.604.670
U$S FOB
Exportación 2007 Argentina España Sector Editorial 4.363.479
U$S FOB
Exportación 1996 Argentina America Sector Editorial 132.687.651
U$S FOB
Exportación 2007 Argentina America Sector Editorial 252.809.768
U$S FOB
Fuente: SInCA en base a datos del INDEC
.

Una primera mirada es que nuestras exportaciones editoriales a Estados Unidos crecieron mientras las realizadas a España se redujeron. Considerando además la devaluación del 2001 pareciera haber una interesante investigación para hacer.
Como decíamos alguna vez hablando de indicadores culturales: está claro que los indicadores culturales sirven para medir fenómenos, pero no son los fenómenos. Convertirlos en datos precisos, pertinentes y relevantes es parte de la profesionalidad de la gestión cultural.

29 noviembre, 2008

Contenidos digitales y gestión cultural

Finanzas.com publica un breve reportaje a Juan Luis Moreno en el marco del Foro Contenidos Digitales 2008. El entrevistado hace algunas consideraciones que nos parecen útiles para entender qué tendencias está desarrollando el público en relación a la comunicación:

A partir de los 40 años el lector prefiere el papel buscando el análisis, la opinión y la profundidad en la información que ofrecen los periódicos tradicionales. Los dos medios van a convivir durante mucho tiempo de forma complementaria. Cada vez hay más estudios que demuestran que la gente lee lo mismo pero utilizando varios soportes. (…)
Los ingresos publicitarios de los medios tradicionales se han reducido, mientras que los de online han crecido a ritmo de dos dígitos. Esto se debe en parte a que es mucho más barato anunciarse en los medios digitales, pero ahora es cuando hay que mostrar al anunciante las ventajas de Internet. El medio online es el que mayor información ofrece sobre de la inversión publicitaria, lo que permite anuncios con gran valor añadido al ser directa y segmentada (…)
Ahora estamos en plena transición de una comunicación participativa con el lector, que valoraba y comentaba la noticia, a un medio social donde el usuario genera también contenido. A la vez, cada vez la información es más visual con una convergencia entre el texto y lo audiovisual; sin perder la inmediatez y la última hora. (…)Internet es global pero hay una tendencia por diferenciarnos en la red. Cada vez proliferan más las comunidades cuyo nexo es el ámbito geográfico para compartir vivencias comunes, o por temáticas. En definitiva, el usuario busca la distinción y sus afinidades en un mundo homogéneo.


Sintetizando podríamos decir que:
1- Hay que apostar a la convergencia de medios digitales y papel
2- Necesitamos abrir espacios de coproducción de información con el lector
3- La posibilidad de obtener ingresos publicitarios está íntimamente ligada a la capacidad que tengamos de describir a nuestros públicos.
4- Cada medio digital debe tener un espacio específico y reconocible sea territorial o temático o, mejor aún, la convergencia de ambos
Todo lo que digamos sobre medios de comunicación es irremediablemente provisorio, pero como dicen nuestros adolescentes: es lo que hay.

Notas Relacionadas:
Cultura y comunicación: creatividad digital

28 noviembre, 2008

El multilingüismo crea valor económico y cultural

Bajo el título “Directores de institutos culturales europeos defienden el multilingüismo” el portal Terra publica una pequeña crónica que encabeza así:
Los directores de los Institutos Culturales de Francia, Alemania e Inglaterra, han defendido hoy el 'multilingüismo' durante su intervención en el Congreso Internacional sobre el Español como Valor y Recurso Cultural Turístico y Económico, que se celebra en Salamanca …
Son muy interesantes los datos que sobre economía e idiomas se dan en ese marco. Pero más interesante una opinión expresada por la directora adjunta del Goethe Institute de Alemania, Karin Thelemann:
'cuantos más idiomas hables, más humano serás' aunque ha reconocido que hablar 'inglés es algo necesario' y ha animado a estudiar el alemán como 'un complemento'.
Una idea compleja: ¿Quién se expresa en una sola lengua es menos humano? Probablemente no haya sido esta la intención de la directora adjunta, pero deja flotando un recorte de la condición humana rayano en discriminaciones que creíamos superadas.
Ciertamente quien maneja más de una lengua amplía sus posibilidades económicas y el conocimiento de ese otro al que hace más próximo desde un lenguaje común.
Lo plantea muy bien Adolfo Colombres en alguno de sus textos sobre gestión cultural: fomentar el uso de las lenguas maternas de los pueblos aborígenes americanos no debe suponer la pérdida del español como segunda lengua. Lo contrario sería condenar a esas culturas al aislamiento.
Algo debate similar ha ocurrido en España en relación a las lenguas preexistentes al español según lo hemos comentado en este blog.
El idioma es el primer patrimonio cultural de cualquier pueblo y, con la estrategia adecuada, puede devenir activo económico.
Hay también una dimensión más inmediata de la cuestión que está referida a la empleabilidad de las personas, basta leer las búsquedas laborales para entenderlo. Sobre esto hay poco que discutir.
Tampoco es objetable que cada cultura promocione el conocimiento de su lengua por los extranjeros. Es una aspiración comprensible.
Pero no debiéramos, en nombre de la cultura, fomentar “monopolios de necesidad” en torno a una sola lengua como suele hacerse respecto del inglés.

Nota Relacionada:
Enseñar español ¿Industria Cultural?

25 noviembre, 2008

Foro de Responsabilidad Social Empresaria: “creando cultura y competencia”

El Diario de Cuyo publica un reportaje al profesor Francisco Decono a propósito de la realización en San Juan del I Foro de Responsabilidad Social Empresaria (RSE).
Algunas ideas para compartir:

En general cuando uno dice RSE la gente piensa en filantropía, pero la base de la RSE, apoyándonos en las normas ISO 26.000, tiene 7 grandes temas que las empresas deben atender: Medio ambiente, derechos humanos, prácticas laborales, consumidores, comunidad y desarrollo de sociedad, prácticas operacionales justas y gobierno de las organizaciones. Cada uno de esos 7 encabezados tiene a su vez 5 temas propios, es decir que hay más de 30 temas importantes de los cuales sólo uno de ellos es filantropía.” (...)
“...Hay que entender este marco y luego las empresas deben avanzar en sistemas de gestión y políticas más afines o de su interés. Otro concepto es que la empresa tiene que incorporar a sus actividades diarias prácticas que no son habituales y esto implica un cambio cultural profundo.” (...)
“...en el Consejo Empresario Argentino para el desarrollo Sostenible (CEASD) tienen empresas que presentaron casos. La implantación de todos estos programas y sistemas es voluntario; las razones por las que las empresas los toman es conveniencia o ética empresarial, o ambas. La conveniencia es para generar beneficios que no son económicos, es lograr valor, prestigio, aceptación, trascendencia.” (...)
“Las firmas más grandes están todas con el tema, con distinto grado de implantación. La gran pregunta es qué pasa con las pymes que son las que generan más empleo, ahí creo que tenemos oportunidades de mejorar. Creo que desde el Estado, las organizaciones y empresas más grandes hay que convencerlas para que vayan adoptando algunas medidas, obligadas por las más grandes. En las pymes nos falta avanzar, sobre todo en principios de ética, transparencia y lucha contra la corrupción.
” (...)

Interesante síntesis la que hace Decono sobre un tema que, nos parece, los gestores culturales no hemos estudiado suficientemente. A lo sumo solemos pensar en las empresas a lo hora de lograr fondos para uno u otro proyecto, preparamos una carpeta y salimos a pedir auspicios bajo las más diversas formas.
Pero ¿Entendemos el concepto de creación de valor sea en términos de ética o conveniencia? Para tener algunas pistas sobre este fenómeno – la RSE – les sugerimos recorrer cuidadosamente el sitio del Consejo Empresario Argentino para el desarrollo Sostenible (CEASD), en particular la sección destinada a difundir casos implementados por sus empresas asociadas.
Insistimos: el desafío es entender primero la idea y luego, sólo luego, promover el despliegue de acciones en común.

09 noviembre, 2008

Cambio cultural: un esquema posible

Un esquema, ya se sabe, es una simplificación. Su utilidad reside en descomponer un fenómeno complejo en partes más sencillas de abordar. Esquematizar un fenómeno, el cambio cultural por caso, supone construir un mapa de lectura recordando que nunca el mapa es el camino. Desde el punto de vista del lenguaje cotidiano el cambio cultural es una suerte de talismán capaz de explicar cualquier suceso o justificar cualquier resultado. En este blog ya hemos visto como resulta invocado para hablar de las cuestiones más diversas: la educación, la descentralización de la gestión, el medio ambiente, la creatividad, la innovación tecnológica o una fiesta pagana como hallowen. De modo que aquí vamos a tratar de esquematizarlo como proceso antes que atender a los varios debates conceptuales posibles. Vamos a llamar cambio cultural al proceso activo que media entre una cultura existente y una cultura nueva. Nuestro interés es determinar, o cuando menos entrever, cuales son los márgenes de gestión en los procesos de cambio cultural. De tal manera no vamos a detenernos en cambios culturales que pudieran ser impuestos por causas naturales o casuales: un fenómeno telúrico que destruyera el hábitat de una comunidad impondría no solo un cambio cultural sino también los ritmos y profundidades del mismo. Queremos pensar una cultura que se mira a sí misma e intenta proyectarse a una cultura otra sentida como más deseable. Habría, entonces, una doble operación inicial consistente tanto en analizar la cultura existente cuanto en formular la cultura deseada. Y variados intentos por trazar caminos entre una y otra. Desde la mirada del planeamiento organizacional lo primero que haríamos sería pensar ambos extremos de la ecuación en términos de Misión, Visión y Valores. Claro que nada de esto ocurre en el vacío. Hay un contexto, un entorno, un medio ambiente con el cual se entabla una relación dinámica de mutua retroalimentación. Preferimos hablar de contexto en tanto concepto más amplio que excede el entorno inmediato de la organización para abarcar el espacio épocal, jurídico, cultural y, en un extremo, el orden global mismo. La prospectiva de esa relación entre organización y contexto puede ser realizada desde diversas herramientas, por ejemplo el análisis FODA. Claro que en esa relación habrá elementos más cercanos al desempeño organizacional a los cuales vamos a llamar Factores Externos con el mismo sentido que se utiliza el concepto en, por ejemplo, el Enfoque de Marco Lógico. Falta, en este esquema, el elemento más importante: las personas. Quienes están fuera de la organización son parte de aquel contexto ya sea como grupos meta u otros afectados para seguir con la terminología del EML. A las personas que están dentro de la organización las vamos a llamar agentes en el sentido de que su actuación, su comportamiento, creencias, intereses, historias personales y grupales impactan del modo más directo en el proceso de cambio o no cambio cultural. Estos grupos humanos - internos y externos - pueden tener una conducta proactiva fernte al cambio cultural o reaccionar resistiéndolo. Impulso y resistencia al cambio cultural van a expresarse tanto en modos sutiles - casi imperceptibles - cuanto en francas convocatorias a la guerra abierta. El esquema resultante lo hemos sintetizado en la presentación que subimos a nuestra lista de discusión. Si el mapa no es el camino, el esquema resultante tampoco es el fenómeno. Porque tal indagación ya será casuística. Cada organización, cada grupo humano y cada momento resultan únicos y, hasta cierto punto, irrepetibles. Si fuéramos a un caso concreto veríamos que hablar de "cultura existente" es una convención para mentar un fenómeno que es, en sí mismo, heterogéneo, cambiante y complejo. Que cuando hablamos de "cultura nueva" estamos hablando, en realidad, de una política cultural que intuye y proyecta una cultura que todavía no es tal en tanto no existe sino como deseo. Que el proceso mismo de cambio cultural modifica progresivamente la mirada de los actores. Que la progresión puede ser aritmética o geométrica. O devenir una en otra. Que la gestión del cambio cultural parte de un posicionamiento que irá modificándose en la misma medida que interactúa con el contexto y con las complejas fuerzas que desata. Tal como sostiene Etkin: “La planificación proactiva e interactiva se propone crear el futuro, y para ello se consideran las capacidades de la empresa, sus limitaciones (no remediables) y las posibilidades que ofrece el contexto. En la planificación proactiva importa mantener un proceso innovador en marcha, antes que establecer “el mejor” de los Planes.” (Etkin, Jorge “Gestión de la Complejidad en las organizaciones: la estrategia frente a lo imprevisto y lo impensado” Buenos Aires, Granica) Como decíamos al principio: un esquema que nos permita trazar derroteros posibles hacia la gestión del cambio cultural.

06 noviembre, 2008

Fondo Metropolitano de Cultura selecciona nuestro taller de Gestión Cultural


En su momento informamos la convocatoria realizada por el Fondo Metropolitano de Cultura para concursar en varias líneas de trabajo.
Isabel Nader concursó con nuestro taller “Buscadores de Cultura” resultando registrada bajo el número 282-MCFC-08 en la categoría Microemprendimientos de base cultural.
El dictamen número 78-2008 de la Dirección General Técnica, Administrativa y Legal del Ministerio de Cultura a cargo del Director de Promoción Cultural: Sr. Baltasar Jaramillo dice sobre nuestro taller:

"- Muestra un elevado grado de consistencia, considerando la relación que guardan los objetivos fijados, los plazos propuestos, el presupuesto detallado y los costos aproximados de las diferentes etapas de ejecución del proyecto.
- Se valora positivamente el hecho de que el proyecto se inserte en el marco de actividades que llevan una continuidad de cinco años.
- Que los titulares del proyecto hayan acreditado sus respectivas currículas, las que acreditan sus años de experiencia en el área, tanto en la esfera pública como la privada.
- Que tiene un impacto positivo en la comunidad, por cuanto los organismos públicos y entidades privadas tendrán la posibilidad de contar con profesionales técnicos capaces de apropiar y aplicar modernas herramientas de gestión cultural.
- Que ofrece respuestas a demandas culturales insatisfechas dado que capacitarán a los ciudadanos en una actividad de semejante importancia como ésta, que no suele impartirse en muchas instituciones de esta Ciudad.
- Que se llevará a cabo en el ámbito de la C.A.B.A.
"
En virtud de este dictamen el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires emitió la Resolución Nº 3068 del 29 de setiembre de 2008 que nos adjudica los fondos concursados.De tal manera realizaremos este taller con veinticinco vacantes en fecha a confirmar y en el ámbito de la ciudad. Estimamos que hacia febrero próximo estaremos convocando a la inscripción en el mismo a través de nuestra lista de suscriptores.

05 noviembre, 2008

Cultura y economía: mayor crecimiento

La Nación de Buenos Aires comenta un informe elaborado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero:

...en 2007 creció el impacto de la cultura en el producto bruto interno (PBI) por lo cual se ubicó en el 3,25 por ciento. Calculado el PBI en 812.456 millones de pesos la incidencia del sector cultural ronda los 26.416 millones de pesos según cifras del Instituto de Políticas Culturales Profesor Patricio Lóizaga de la Untref. Entre otros datos de interés el dossier de indicadores y sistemas de información agrega que el sector generó 58.200 puestos de trabajo lo que equivale al 3,5% del total de empleo en el país. Hay más cifras. Por ejemplo que las actividades culturales crecieron a un ritmo que dobla el crecimiento de la economía en su conjunto: 57,4% contra 30% y que los sectores que vigorizan dicho incremento son la industria editorial -cuya producción de ejemplares en 2006 registró el récord de 85 millones- y la audiovisual con un promedio de 60 películas por año subsidiadas por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa)” (...)
“A la hora de medir el empleo en industrias y actividades culturales, el sector se define de este modo: edición e impresión de libros; publicidad; cine, radio y TV; bibliotecas y museos, espectáculos artísticos y entretenimiento. Todo el sector ocupa a 350.142 personas, lo que representa el 3,5% del empleo en el país. Según el informe, entre 2006 y 2007 la generación de empleo del sector cultural ha quintuplicado el nivel de toda la economía, en torno del 20% interanual.


El informe de la Untref es más extenso y la nota comentada hace una glosa de los datos económicos recogidos. Una cuidadosa lectura del mismo es obligatoria para cualquiera que se dedique, o pretenda, a la gestión cultural.
La creciente importancia del sector cultura tanto en la generación de valor económico cuanto en la creación de empleo ya no puede ser desconocida desde ningún discurso o disciplina. De hecho ya lo hemos reflejado en nuestro blog respecto de diferentes entornos económicos.
Suele plantearse lo que a nuestro juicio es una falsa dicotomía: la cultura es valiosa por su significación económica o porque provee la argamasa – o sentido – básico de una comunidad.
Decimos que es falsa porque precisamente es esa capacidad de crear sentido la que le confiere aquel enorme impulso económico que la lleva a crecer por encima de las tasas de crecimiento.
En todo caso podríamos preguntarnos por qué razón este fenómeno es más visible hoy que en épocas no tan lejanas de nuestra historia. Una interesante hipótesis a plantear quizás sea que la velocidad de circulación de la información y los ricos y crecientes intercambios simbólicos provocados por la acelerada planetarización de la especie hacen que aumente la demanda de símbolos y experiencias significativas.

Notas Relacionadas:
Industrias Culturales en la Ciudad de Buenos Aires

El precio del ocio y la cultura