28 julio, 2016

La producción cultural como cadena de valor

La cultura es un fenómeno paradojal: como bien de uso es inútil, ya que siendo de un modo podría ser de otro e incluso no ser, e invalorable ya que sólo la cultura nos deviene humanidad.
Cada producción es un gesto que podría ser hecho de otras miles de maneras o no ser realizado.
Existe porque alguien ejerció la irreductible libertad de volver obra a ese gesto y ser humanidad de esa manera y no de otra. He ahí su paradoja irreductible.
Y como las decisiones libres son abundantes, carecen de valor; por lo menos en términos económicos ya que sólo lo escaso tiene precio.
Luego ese gesto se convierte en clave de identidad para un cierto grupo y hasta cierto punto incomprensible para el resto de la humanidad.
La potencia radical del hecho cultural se basa en esta posibilidad de ser y no ser a un tiempo; de ser producto de la irreductible libertad de ser humanidad de un cierto modo.
Una condición paradójica que atraviesa todo hacer cultural hasta la exasperación. Y que, en un extremo, determina toda la organización del hacer cultural incluidas, naturalmente, las formas profesionales de ese hacer.
Superar esta paradojo supone, entre otros aspectos, comprender la complejidad de las cadenas de valor involucradas en la producción cultural.
Una generalización posible nos permite listar los diferentes momentos de esa cadena de valor dejando claro que, salvo cuestiones obvias como que el “disfrute de la experiencia” no puede estar antes de la “creación o imaginación” del bien o servicio cultural, el orden de exposición no supone un orden cerrado o fijo de prelación. Y que en el proceso de producción de una experiencia cultural los detonantes pueden estar en cualquier orden.
Bien puede ocurrir que, por una u otra razón, dispongamos de una determinada instalación o que a partir de una demanda específica se desate un cierto proceso creativo. Aclarado esto veamos los momentos de esa cadena de valor:
1- Demandas: Hablamos de "demandas" en términos de mercado, de personas dispuestas a pagar un precio por nuestro proyecto. Y también en términos de demandas sociales de expresión, de acceso y
de participación. En un caso hablamos de variables económicas en el otro hablamos de ciudadanía cultural y derechos sociales. Y siempre de construcción de sentido.
Vale la pena decir, aunque no lo profundicemos, que la demanda es la única variable que no puede asegurarse a la hora de proyectar cultura. Y que su estimación es, por consecuencia, la acción más compleja que debe tomar la administración de proyecto.
La historia de la producción cultural está llena de fracasos exitosos: producciones que inicialmente fueron totalmente rechazadas por los públicos a los que estaban dirigidas y que, con el correr del tiempo, terminaron fundando nuevos paradigmas artísticos o culturales. Vincent van Goghi, por ejemplo, es un caso extremo de fracaso exitoso.
Por tanto las decisiones sobre esa demanda que no podemos conocer con exactitud no pueden fundarse exclusivamente en consideraciones económicas sino que son una decisión de política cultural sobre la que habremos de volver.
Allí las tres pantallas – forma integral de vida, institucionalidad cultural y cultura en tanto recurso – se funden en estrategia de vida que, para Kusch, es el sentido último de la cultura.
2- Creación o imaginación del bien o servicio cultural: Aquí vamos a hablar de creatividad como una capacidad que todas las personas pueden aprender y desarrollar y no como un don misterioso que sólo algunos pueden tener. Los componentes de este proceso, siguiendo un apunte de cátedra de Santillán Güemes, son: el talento creativo sea individual o colectivo; el proceso creativo que reconoce distintas etapas: preparación / incubación / iluminación / evaluación / elaboración o verificación; el producto que puede ser tangible o intangible; el campo, es decir la disciplina, sus sub-campos, etcétera; el ámbito, es decir las personas e instituciones que van a juzgar nuestro trabajo. La crítica, el público, la academia, etcétera.
La creatividad pone en juego la capacidad de imaginar un obrar cuyo valor simbólico sea superior a su valor de uso.
Y, siguiendo a Gardnerii, las habilidades del talento creativo para incorporar las reglas del ámbito: saber, en el acto mismo de imaginar, cuales serán las facilidades y obstáculos que habrán de oponer los custodios del campo.
3- La producción propiamente dicha: involucra aspectos tales como las instalaciones, la caja, la técnica, el capital humano, etcétera. Una enumeración esquemática que varía mucho según el tipo de actividad que estemos planificando.
4- Logística de la producción cultural: definimos logística como "la sincronización de recursos, materiales y energías en el tiempo y el espacio"; involucra aspectos tales como el “prestigio” necesario para posicionar nuestra propuesta, el stock de elementos de todo tipo que debamos usar, el control de gastos de operación y un meticuloso análisis del contexto donde se desarrollará nuestra propuesta. Es particularmente sensible a lo que luego llamaremos “dominio”.
5- Comunicación y administración de audiencias: En tiempos digitales comunicar es crear comunidad en torno al proyecto. Para esto es clave el trabajo en las redes sociales. Se trata de establecer estrategias multiplataformas.
Pensando además en tres fases; la de descubrimiento, es el momento previo a la experiencia cuando necesitamos que el público "descubra" nuestro proyecto y, que en la medida de las posibilidades, participe de su diseño e instalación; la fase de la experiencia en sí, diagramando acciones de comunicación a realizar durante el disfrute mismo de la experiencia; y la fase de compartir: que nuestra producción cultural se viralice en las redes sociales es el objetivo de esta etapa para lo cual deberemos facilitar, en la fase de experimentación, formas de registro e interacción tan participativas como sea posible.
6- Distribución: nuestra producción debe llegar a su público, por ejemplo un libro o un registro musical o el público debe llegar hasta ella como en una puesta teatral, una exposición, etcétera.
La especificidad de la producción, la ubicación de la instalación elegida, la duración de la experiencia. En fin, todo lo referido a la ecuación espacio / tiempo debe ser resuelta de modo de facilitar la interacción entre el público y la producción cultural.
7- Disfrute de la experiencia: cuidar al detalle la comodidad del público, sea espectador, participante o ambas a la vez; cuestiones tales como la calidad del sonido, la iluminación, la climatización del espacio, etcétera.
8- Dominios: la producción cultural puede ser realizada desde el estado, el sector privado, diferentes espacios de economía social o una cierta combinación de ellos. En cada caso supone un régimen legal y administrativo diferente que determinará, en buena medida, las posibilidades y limitaciones a la propuesta original. Desconocer las particularidades de cada cual puede llevarnos a cometer errores, en un extremo, fatales.
De allí que lo vinculemos a lo que hemos llamado “logística de la cultura”; es decir el momento en que planeamos la sincronización de todos los elementos.
Un esquema sencillo que nos permite tener una visión completa de la producción cultural y que, naturalmente, debe adaptarse a las diversas lógicas involucradas en cada producción específica.
Seguirlo meticulosamente nos ayudará a preparar presupuestos, estimar recursos e ingresos necesarios así como a formular indicadores de desempeño para controlar el desarrollo de la producción.
Debemos decir que hay una variable que no hemos mencionado específicamente porque atraviesa toda la cadena de valor hasta el extremo de hacerla sustentable o no: la tecnología.
Analizar cada proyecto cultural y aún las principales actividades propias de esta disciplina nos permitirá asegurar la sustentabilidad de los mismos en el tiempo y el espacio.

Los invitamos a bajar, leer y criticar el documento “Profesionalización y autonomíade la Gestión Cultura” que profundiza estos debates.

05 julio, 2016

Serendipidad: la casualidad como inspiración creativa



Estas buscando algo en la biblioteca; un libro se cae abierto azarosamente en cualquiera de sus páginas y allí está el dato que necesitabas o el concepto que te permite completar una idea. Una pura casualidad que desbloquea un proceso creativo. Eso es serendipidad. ¿Cómo aprovechar una casualidad? ¿Se la puede provocar?
En una nota sobre documentalismo se define serendipidad como: “Hallazgo inesperado de cosas o ideas interesantes en el proceso de búsqueda de otras. Es uno más de los factores con el cual se pueden evaluar los sistemas de recuperación de información, junto a la exhaustividad, la precisión, el silencio y el ruido.
El origen del término parece estar ligados a antiguos relatos referidos a tres príncipes de Serendipia; antiguo nombre del reino de Ceilán, hoy Sri Lanka.
En otras fuentes se habla de estos tres príncipes como enviados a viajar por el rey, su padre, para conocer otros mundos. Y es en esos viajes donde “aprenden” a encontrar lo que no buscaban.
Wikipedia lo asocia con la expresión criolla “de chiripa”; es decir, de casualidad.
Serendipidad es una expresión utilizada con el fin de referirse a la capacidad de aprovechar aquello que se encuentra sin buscarlo, cuando se está en procura de un conocimiento, una solución o situación que no guarda relación con lo que se persigue. Quien aplica la Serendipidad desarrolla la facultad de almacenar información, experiencias y conocimientos, entre otros, para ser aplicados a futuro. 
Podemos pensarlo en dos modos complementarios:
- la capacidad de utilizar la casualidad y
- la capacidad de provocarla
Lo primero – la capacidad de utilizar la casualidad – tiene que ver con el grado de “enfoque” que cada cual tiene con una temática, un desafío o un problema. Es decir el grado de compromiso que cada cual desarrolla con aquello en lo que está trabajando.
A mayor grado de compromiso mayor capacidad de “ver” las conexiones que con “su problema” tienen otros componentes de la realidad; aún aquellos que pueden parecer más lejanos.
En un sentido lógico puede relacionarse con la analogía. La posibilidad de encontrar similitudes y diferencias entre entes diversos. 
Tambien está vinculada – la serendipidad – con aquello que Bateson llamaba “la pauta que conecta”. Es decir la pauta que permite conectar fenómenos entre sí. Ya no se trata de la conexión entre “entes” sino de las múltiples relaciones posibles entre fenómenos diversos. Y la capacidad de comprenderlos.
Desde este punto de vista la conexión entre lo que buscamos y el resto de los fenómenos que componen la realidad está ahí; sólo ocurre que a veces la percibimos y que el resto del tiempo pensamos en entes separados entre sí.
Ciertamente se trata de un punto de vista complejo que amerita otros debates que exceden el problema de la serendipidad aunque la engloban.
Sobre lo segundo – la capacidad de provocarla – viene a cuento la idea de improvisación(1) tal como la propone Stephen Nachmanovitch. Y sus vinculos con el entrenamiento.
El autor destaca la importancia de la práctica para el dominio del arte y el instrumento. La práctica, en su mirada, suma destreza pero también rutina. Veamos algunos de sus remedios:

... tener un espacio de juego a salvo del temor a la crítica”. (2004: 86)

El dominio viene de la práctica, la práctica viene de la experimentación juguetona y compulsiva y de una sensación de algo maravilloso” (2004: 89)

Para crear necesitamos técnica y a la vez libertad para la técnica. Para esto practicamos hasta que nuestro oficio se vuelve inconsciente. Si uno tuviera que pensar en todos los pasos necesarios para andar en bicicleta, se caería de inmediato. Parte de la alquimia engendrada por la práctica es una especie de toma y daca entre consciente e inconsciente”. (2004: 90)

En un video, Nachtmanovitch, discípulo de Bateson, define a la improvisación como “presencia y receptividad ante lo que está allí”.
¿Cómo son tus prácticas? Un ejercicio interesante es describirlas en unas pocas consignas de trabajo; por ejemplo: escribir tres párrafos sobre mi vida como gestor cultural en el primer viaje tripulado a Marte. ¿Cuáles otras se te ocurren?
Otro punto de vista interesante sobre cómo provocar la serendipidad es la idea de que el proceso creativo depende en gran medida en cómo manejamos el proceso perceptivo. Recomendamos la lectura del articulo de David Díez Sánchez, director de “Neuronilla Creatividad e Innovación” tituladoEl cambio depercepción en la creatividad”.
La idea básica es que el proceso de percepción de la realidad no es inocente y mucho menos objetivo. Hay cierta discrecionalidad en la manera en que percibimos esa realidad; influyen nuestros intereses, nuestros estados de ánimo, nuestros modelos mentales y, por supuesto, nuestra cultura.
Hacer consciente esa subjetividad involucrada en lo que describimos como realidad nos permite reconfigurar los modos de ver y percibir.
¿Somos capaces de desnudar nuestra subjetividad y volver a mirar el mundo? Que veríamos en ese supuesto.
En un extremo deberíamos desaprender el mundo y mirar cada fenómeno como si lo viéramos por primera vez. Inventar un lenguaje nuevo porque desconocemos las palabras que lo designan.
En el artículo de Neuronilla que acabamos de citar se proponen algunas ideas para ejercitar ese “desconocimiento”
  • ¿Qué opinión tendrías de tu casa si fueses una hormiga?
  • ¿Qué pensaría de todo esto Tarzán?
  • ¿Si vivieses en el polo norte, cómo se desarrollaría tu día a día?
  • ¿Cómo se siente un cliente cuando utiliza mis servicios?
  • Imagina que haces un viaje en una alfombra voladora.
  • ¿Qué implicaciones tiene en todo el planeta esto sobre lo que estoy trabajando?
  • Dibujad un extraterrestre, poneos en su piel, y después comentad con vuestros compañeros extraterrestres cómo veis sus proyectos.
  • elabora tu propio mirador
Como toda técnica sólo funciona si la hacemos desaparecer en el acto de jugar con ella: nos olvidamos de ser Tarzán o un extraterrestre y simplemente actuamos siendo ellos.
Finalmente la serendipidad, la capacidad de aprovecharla y aún más, la capacidad de provocarla depende del mirador que sepamos utilizar. O mejor aún de los múltiples miradores que seamos capaces de operar.

1) Nachmanovitch, Stephen; Free Play, la improvisación en la vida y en el arte – Paidos Diagonales, Buenos Aires, 2004


18 mayo, 2016

Novedosa propuesta cultural en La Plata

El Centro Cultural Estación Provincial de la ciudad de La Plata ha presentado en el Concejo Deliberante de esa ciudad un proyecto de ordenanza para crear el Circuito Cultural Meridiano V en el barrio de ese nombre en la capital de la Provincia de Buenos Aires.
El proyecto es un modelo de institucionalidad cultural cuando menos novedoso ya que supone la incorporación de una asamblea barrial a los dispositivos de formulación y gestión de políticas culturales propios del gobierno local.
El proyecto de ordenanza se propone "reconocer y potenciar" a la asamblea barrial integrada entre otros grupos por: Cooperativa de Trabajo “17 de Octubre La Plata Limitada” -situada en calle 13 y 71-, el Centro Cultural y Recreativo “Estación Provincial” -situado en 17 y 71- y el Grupo Cultural “La Grieta” –situado en 18 y 71.
El artículo segundo propone "promover y desarrollar" el barrio mediante "los diferentes lenguajes artísticos" y el "desarrollo sustentable" de una propuesta cultural, turística y recreativa.
Cabe destacar que la Asamblea Barrial y el Centro Cultural Estación Provincial se asientan en un barrio que languideció décadas tras el cierre definitivo, en 1977, del ferrocarril que le diera origen.
Estos colectivos culturales vienen trabajando desde 1998 en la recuperación del barrio mediante iniciativas que combinaron la acción cultural con diversas propuestas de desarrollo autogestivo del espacio barrial; incluida su participación en los procesos de presupuesto participativo que llevó adelante el municipio de La Plata.
De hecho nuestro blog ha registrado en varias oportunidades la evolución de estas propuestas, por ejemplo en una nota que en su momento - 2008 - tituláramos: Gestión cultural y presupuesto participativo.
Este cruce que hacen los vecinos entre gestión cultural, representación del barrio ante las autoridades municipales y una propuesta de recuperación económica del barrio siempre nos ha parecido un modelo de gestión digno de ser replicado.
El proyecto de ordenanza que esta semana debiera estar debatiéndose en el Concejo Deliberante es la culminación del modelo al reconocer al barrio como Circuito Cultural Meridiano V.
Propone en su artículo 4 crear la figura del "Director del Circuito Cultural Meridiano V". Y mediante el artículo 6 establece la "Comisión de Política Cultural del Circuito Cultural Meridiano V integrada por representantes del Departamento Ejecutivo, el Concejo Deliberante, las organizaciones no gubernamentales involucradas así como representantes de vecinos, comerciantes y emprendedores.
El artículo 7 propone establecer exenciones a distintas tasas municipales.
Por último en su artículo 9 propone crear el "Parque del Trabajador Ferroviario".
La gestión cultural aparece aquí como un modelo que va mucho más allá de los lenguajes artísticos aunque involucrándolos. Así la cultura misma se vuelve, diría Kusch, estrategia de vida en tanto supone abarcar todos los aspectos del vivir en comunidad: desde la formación y el disfrute de los lenguajes artísticos, la dinamización del espacio urbano y la generación de fuentes de trabajo.
Esperemos que el cuerpo legislativo platense entienda que está debatiendo nuevos modelos de gestión, más democráticos, participativos y sustentables.

Texto completo del Proyecto de Ordenanza

13 mayo, 2016

¿Qué hacemos con nuestro blog?

Luego de seis meses sin publicar contenido en nuestro blog - próximo a cumplir diez años - tenemos
un flujo de mil visitas mensuales. Ambos datos justifican la pregunta del título.
Respecto de las publicaciones en general digamos que buena parte del contenido que antes canalizábamos a través de "¿Qué Gestionamos?" hoy transcurre a través de las redes sociales.
Se trata sobre todo de compartir y comentar material generado por terceras personas e instituciones que realizamos sobre todo desde la cuenta personal de Facebook.
También utilizamos la cuenta "Buscadores de Cultura" para los contenidos más específicos referidos al ancho mundo de la gestión cultural y sus adyacencias.
Últimamente estamos ensayando con Scoop.it para el relevamiento y la investigación de contenidos en algunas áreas que nos parecen claves en el actual contexto:
Gestión Cultural.
La Fábrica de Xtraits.
Las Otras Economías.
Elearning.
Se trata en definitiva de cuatro espacios de indagación que utilizamos para generar material y apuntes para nuestras clases en la Universidad Nacional de Avellaneda y el Terciario en Gestión Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Salvo raras excepciones todos los contenidos publicados en estos espacios tienen el mismo sentido que nos llevo a crear "¿Qué Gestionamos?" hace casi diez años: generar apuntes e información para nuestras clases.
Claro que el blog transitó luego otros caminos: a poco de andar notamos que las visitas que recibíamos excedían en mucho a nuestros estudiantes y que provenían de todas partes del mundo, principalmente de comunidades de habla hispana. Y entonces empezamos a generar contenidos para esos sectores.
Entre los contenidos compartidos desde otras fuentes y los contenidos propios llegamos a un pico de treinta mil visitas anuales en 2009. Respuesta a las 129 entradas publicadas en 2008 y las 60 de 2009.
Digamos que la ecuación era muy simple: a mayor contenido publicado mayor respuesta de nuestro público.
De la mano del trabajo hecho con el blog dictamos talleres y conferencias sobre gestión cultural en diversos ámbitos y ciudades de la Argentina e incluso en el exterior. En la etiqueta Zoom fuimos dando cuenta de varias de estas actividades.
A partir del 2010 el ritmo de publicación en el blog fue decayendo sistemáticamente: pasamos de las 28 entradas publicadas ese año a las 7 publicadas en 2015. Esto se sintió, naturalmente, en el tráfico de visitas.
Lo curioso es que a pesar de la enorme caída en la cantidad de material publicado el blog siguió teniendo un promedio de 12000 visitas anuales aproximadamente con picos de casi 2500 visitas mensuales y pisos de 500 visitantes en un mes.
Cuando revisamos por el lado de las notas más vistas nos encontramos que entre las cinco notas más vistas a la fecha tenemos dos referidas a herramientas concretas:
- FODA ¿Herramienta para la gestión cultural?.
- ¿Cuánto ganan los trabajadores de la cultura?.
Una experiencia nuestra en la Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión":
- Cultura, diseño y saberes ancestrales en Riobamba, Ecuador.
Y, finalmente, dos notas a las que podríamos llamar más conceptuales:
- Multiculturalidad cotidiana en la Argentina.
- Tecnología y Cambio Cultural.
Los datos confirman algo que venimos sosteniendo en nuestras clases; la comunicación con el público es necesariamente multi plataforma. Sólo se trata de entender qué busca cada persona en las diferentes plataformas que gestionamos  Y que para ello hay que utilizar herramientas de seguimiento de tráfico tan precisas como sea posible según los presupuestos disponibles.
Intentaremos, en la medida de nuestras posibilidades de tiempo, profundizar en el blog las tendencias que nos están sugiriendo las cinco notas más vistas: herramientas y experiencias. También lo conceptual aunque esto supone otros debates que exceden los alcances de esta nota.
Estamos, además, preparando el lanzamiento de algunas propuestas de elearning del que ya daremos cuenta. Eso haremos con nuestro blog; esperamos seguir disfrutando de su compañía.



05 noviembre, 2015

Políticas culturales en el medio rural y el rol de los actores sociales

En el marco del tercer Congreso Internacional Sobre Socialización del Patrimonio en el Medio Rural
que se realiza por estos días en la ciudad de Benito Juarez - Buenos Aires - Argentina estamos presentando una ponencia sobre políticas culturales en el medio rural.
El medio rural es hoy – al igual que el mundo en sí – sustancialmente distinto del que era solo una generación atrás; sin abundar en cifras debemos decir que vivimos un acelerado proceso de urbanización de la experiencia humana que, si no se detiene, vaciara nuestros espacios rurales en pocos años.
Digamos, como dato ilustrativo, que según datos del Banco Mundial la población rural de la Argentina alcanza solo a un 8% del total. Es decir que, más allá de los muchos y muy interesantes debates teóricos sobre qué es la ruralidad hoy, podemos pensar que evolucionará hacia las pequeñas ciudades y los espacios rurbanos de transición.
Debemos decir también que la ruralidad es, en general y particularmente en Argentina, un fenómeno profunda y constitutivamente heterogéneo
Deberíamos, en este sentido, hablar de una expresión espacial del poder que instrumenta al territorio - en este caso el rural - como parte de redes productivas globales que lo subordinan cada vez más al poder de la ciudad.
Relaciones de poder que devienen cultura, es decir estrategias de vida superpuestas y contrapuestas según el lugar más instrumental o más trascendente que el suelo ocupe en esas sub culturas específicas.
Si el suelo es ese lugar que desmontamos primero y envenenamos después con agroquímicos para sembrar transgénicos sin ninguna prevención ambiental o la tierra sin mal a la que habremos de santificar para construir nuestro domicilio existencial.
Pensemos, a modo de extremos, en la ruralidad de las comunidades aborígenes pauperizadas del norte argentino y las comunidades rurales de nuestra pampa húmeda que también ha sido llamada pampa gringa.
Indios y gringos son, ambas, categorías culturales pero cargadas de profundas diferencias sociales.
Destacar esta diferencia entre categorías culturales y categorías socio económicas no es caprichoso: supone atreverse a pensar la relación entre particularismos culturales y poder social.
La marginación, material y simbólica de unas culturas en beneficio de otras. Y las posibilidades y frustraciones que las políticas culturales enfrentan a la hora de aportar a la construcción de mejores convivencias en los territorios.


Nota Relacionada:


27 octubre, 2015

Identidades Culturales Superpuestas: desafíos para la administración cultural del siglo XXI


El mundo que vivió entre las revoluciones burguesas de fines del siglo dieciocho – la americana,
1776 y la francesa de 1789 – y la implosión del estado soviético – 1991 – operó sobre un supuesto cultural que no siempre recordamos: un estado, una cultura.
Así podríamos recorrer páginas, discursos y acontecimientos destinados a consolidar ideas tales como LA CULTURA ESPAÑOLA, LA CULTURA ARGENTINA y tantos otros.
Claro que si hablamos, por caso, con gallegos, catalanes y vascos, cultura española se escribe, seguramente, con menos mayúsculas y muchos más adjetivos que sustantivos.
Si recorriéramos la Argentina con una mirada bien abierta veríamos que guaraníes y mapuches – entre tantos otros – están culturalmente hablando más cercanos a sus hermanos paraguayos o chilenos que a un habitante de la ciudad de Buenos Aires.
Entre 1776 y 1991 esta contradicción estuvo tapada por conflictos inter burgueses – diría el marxismo – o por conflictos nacionales diversos y complejos – según creemos que mostró la historia.
Pero caído el muro de Berlín los viejos nacionalismos volvieron por sus fueros y – en un extremo – borraron estados completos como la Yugoslavia de Tito o recrearon naciones como la Alemania por solo citar dos ejemplos obvios.
Lo cierto es que esa dura argamasa entre estado y cultura forjada – también en un extremo – a sangre y fuego durante más de doscientos años saltó por los aires en unos pocos lustros.
Algunas miradas hablan de “un mundo de ciudades”; estados que se perciben a sí mismos como herederos de “civilizaciones milenarias” como postula el Plan Nacional de Cultura de México o Bolivia que se define a sí misma como estado multinacional.
Hasta aquí una breve reflexión histórica formulada desde una generación nacida hacia mediados del siglo pasado y que pasó de la era nuclear – máxima amenaza bélica de una modernidad prolífica en batallas – a la aldea digital – máxima constancia tecnológica de una posmodernidad aún innominada.
¿Cómo impacta esta reflexión histórica en el discurso de la administración cultural? Empecemos proponiendo algunas afirmaciones sobre las cuales, creemos, no hay demasiada discusión:
nuestros estados abarcan más de una cultura
nuestras culturas atraviesan más de un estado
nuestras ciudades son crecientemente multiculturales
nuestras culturas se sostienen / espejan en más de una ciudad
nuestros idiomas expresan más de una cultura
nuestras culturas insisten en expresarse en más de un idioma incluida, claro, la idea de “segunda lengua” en nuestros programas educativos
Un bonito desorden heterogéneo, cambiante, complejo, conflictivo, abigarrado y, sobre todo, polifacético.
Y sin embargo los estados – y los más grandes conglomerados empresarios – son quienes disponen de los mayores presupuestos para formular y sostener políticas culturales.
Las empresas, naturalmente, piensan el mundo como mercado. Los estados ¿pensaran el mundo como ciudadanía? ¿serán capaces de formular derechos culturales que trasciendan las fronteras? Más allá, claro está, de las buenas intenciones de una u otra declaración.
La administración cultural debería, nos parece, pensar el mundo como participación y sentido. Trascendencia de la experiencia humana, al fin y al cabo.
Para esto la administración cultural debería asumir que el caos no es una opción entre otras; es una realidad que llegó para quedarse.
Que la uniformidad no sólo es indeseable porque sacrifica la infinita diversidad humana; además es inviable y anti económica.
Que las regiones culturales, las rutas temáticas y las ciudades mismas son territorios inculturados por múltiples relatos fundacionales.
Que desde una objetividad honesta y veraz – subjetividad histórica y socialmente compartida – cada pedazo de suelo le pertenece a diversas, y a veces contradictorias, místicas culturales.
Y, finalmente, que si estas premisas son compartidas la administración cultural tiene por desafío la construcción de múltiples regiones de convivencia cultural. Sin la ingenuidad de tolerar la intolerancia; sin el menor atisbo de discurso único.

¿Qué herramientas ha desarrollado la gestión cultural para intervenir proactivamente en este escenario? Hasta ahora unos pocos organismos multilaterales o de cooperación intercultural y no mucho más. Quizás sea este el desafío más trascendente para la administración cultural de este siglo ya quinceañero. 

24 septiembre, 2015

Patrimonio e identidad cultural: aproximaciones preliminares

- Nadie duda de la relación íntima entre patrimonio e identidad cultural. Ambas realidades se requieren mutuamente activas para ser tales. O, para decirlo más llanamente: no hay identidad cultural sin un patrimonio cultural material e inmaterial que la sostenga.

- Tan necesaria es esta relación que, para ser claros, necesitamos partir de la mala noticia que lleva implícita: el patrimonio cultural es caro, muy caro. Sin inversión no hay patrimonio y sin patrimonio no hay identidad.

- Y cuando decimos inversión nos referimos a recursos de todo tipo de los cuales el más importante no es el monetario aunque a veces parezca lo contrario.

- ¿Reduce esto el problema a una cuestión de economía de la cultura? No, pero ayuda y mucho empezar por ahí. Eso intenta poner a debate mi participación en estas jornadas.

- Un buen subtítulo para esta ponencia podría referirse a modelos sustentables de gestión del patrimonio cultural en el medio rural. Una sustentabilidad que tendría que atender, por lo menos, tres ejes:
* sustentabilidad ambiental
* sustentabilidad participativa y
* sustentabilidad financiera

- Permítaseme citar a una amiga y colega que ha trabajado mucho en el Proyecto Huellas, María Silvina Iroleguy, quien hablando del próximo congreso internacional de patrimonio cultural en el medio rural que se hará en Benito Juarez, provincia de Buenos Aires en noviembre próximo quien decía que, para hablar de patrimonio cultural hay que:

"Trabajar en el sentimiento colectivo, con gente que quiere comprometerse con la comunidad, que quiere cambiar las formas de relacionarnos con nuestra cultura. Emancipar el conocimiento mediante la expansión de los saberes y la co-creación de contenidos y metodologías. De este modo conoceremos las distintas formas de ver, tratar y considerar al patrimonio rural como generador de riqueza y posibilitar a los agentes locales el desarrollo de iniciativas culturales y económicas innovadoras y sostenibles dentro de su propio territorio."

- Como se ve están presentes estos tres ejes a los que hacíamos referencia; la participación, la sustentabilidad y la economía yendo, incluso, un paso más adelante: la creación de riqueza.

- Pero antes de avanzar por el camino de la economía de la cultura conviene decir que el concepto mismo de patrimonio cultural está cruzado por varios debates teóricos que nosotros vamos a omitir en razón de la brevedad.

- Sí necesitamos dejar sentada posición en cuanto a que patrimonio natural, patrimonio histórico y patrimonio cultural forman parte de una misma construcción social e histórica a la que llamamos cultura. Es decir que no se trata de fenómenos aislados en sí ni mucho menos de realidades rígidas e inmutables sino que están sujetas al cambio y la creatividad de las personas y las comunidades. Son parte fundamental de esa estrategia de vida que, siguiendo a Kusch, denominamos cultura.

- De lo cual se desprende la necesidad de "abrir los modelos mentales" con que operamos sobre el patrimonio. Entender que el patrimonio cultural está sujeto a presiones y disputas de poder que nunca son inocentes. Y que una construcción democrática y participativa del patrimonio común requiere decisiones políticas y económicas surgidas desde las complejas tramas sociales de nuestras comunidades sin exclusiones de ningún tipo.

- Y que debemos prevenirnos contra todo intento de imponer una visión única y verticalista de la identidad y el patrimonio cultural. Como solemos decir: la cultura no debe pedir permiso.

- También el concepto de identidad cultural está habitado por múltiples confusiones: la más grave de ellas es la idea de una identidad cerrada sobre sí misma e inmune a los cambios.

- Una identidad cultural que se desangra en las pérdidas a que es sometida por el influjo creciente de la "globalización" que todo lo destruye. Cierto es que hay una globalización escrita
desde el poder y que tiende a la uniformidad de la experiencia humana.

- Pero también hay una globalización asentada en la construcción de nuevas y más democráticas convivencias planetarias. Donde el conocimiento, la tecnología y nuevas formas de socialización son posibles a condición de centrarse, justamente, en la propia identidad cultural.

- ¿Pero qué es entonces la identidad cultural? El conjunto de rasgos, costumbres, tradiciones que nos hacen ser diversos de otras experiencias humanas construidas en el tiempo y el espacio por los diferentes actores sociales que habitan un territorio.

- Porque la identidad cultural es siempre una constatación de la otredad inevitable de la experiencia humana. Aun en la universalidad de la que toda persona forma parte.

- Rodolfo Kusch, filósofo argentino empeñado en desvelar lo americano profundo, decía que "Una cultura americana no ha de consistir en ver alguna vez un cuadro y decir que ese cuadro es americano. Lo americano no es una cosa (...) La cultura americana es ante todo un modo: el modo de sacrificarse por América".

- Parafraseando a Kusch podemos decir que la identidad cultural no es una cosa sino el modo en que nos sacrificamos por nuestro hábitat.

- Pensadas desde allí patrimonio e identidad cultural son cualquier cosa menos un conjunto de repositorios prolijamente catalogados: son materia viva que co creamos en comunidad mediante nuestra decisión de construir este pedazo de mundo sobre el que asentamos nuestro domicilio físico y existencial. Después vendrán las técnicas de catalogación, las restauraciones y las puestas en valor.

- Allí la técnica cobrará un valor superior que la técnica misma: el valor de nuestra decisión cultural de estar aquí, en este mundo nuestro, dialogando con el mundo otro. Y en absolutos términos de paridad humana.

- Permítaseme ilustrar esto, brevemente, con la experiencia de mi propio pedazo de mundo: la ciudad de Glew en el conurbano bonaerense.

- Glew era hacia mediados del siglo pasado un pueblo rurbano donde el tambo empezaba a dejar paso a la ciudad dormitorio que proveía de mano de obra a la creciente industrialización de las periferias porteñas.

- Llegó entonces un artista plastico - Raul Soldi - que propuso y logró pintar la capilla del pueblo en acuerdo con la comisión Mediator Dei del Obispado de Buenos Aires.

- La pintura consiste en narrar la vida de Santa Ana y San Joaquín, padres de Maria, abuelos de Jesús, en las calles y con las costumbres del pueblo de Glew. Así el milagro evangélico ocurre en la esquina de mi barrio, en sus calles polvorientas, pueden verse los por entonces últimos molinos de viento que abastecian de agua a la producción rural.

- Con el tiempo e investigando la génesis de la obra supimos que la misma formaba parte del movimiento de inculturación del mensaje evangélico que culminó con las reformas del Concilio Vaticano II. El equivalente, en artes plásticas, a La Misa Criolla.

- Lo interesante del caso es que las familias más tradicionales del pueblo se opusieron a la obra porque no respetaba las tradiciones locales.

- Hoy, apenas seis décadas después, no es posible pensar la identidad de nuestra ciudad sin la capilla pintada por Soldi, además de otras obras como la fundación que lleva su nombre y exhibe sus cuadros y administra una sala teatral donde se forman elencos de vecinos que han obtenido diversos premios. Y además la Biblioteca Pablo Rojas Paz que al homenajear al escritor tucumano nos emparenta, por ejemplo, con la fuente de las Nereidas de la escultora Lola Mora.

- Ese patrimonio cultural se montó a pesar de las tradiciones locales recombinando disponibilidades propias y ajenas. Se sacrificó una parte de la identidad preexistente para gestar una identidad más potente.

- Una identidad cultural que - diría Kusch - está siendo y que, en un punto, no ha terminado de desplegarse en toda su potencialidad.

- ¿Estamos diciendo que para gestar nuevas identidades culturales es siempre necesario sacrificar lo existente? De ninguna manera.

- La identidad y el patrimonio cultural son siempre el producto de recombinar lo existente, lo apropiado, lo prestado y lo que, en un extremo, podría no existir. Incluso resignificando aquello que se nos ha impuesto contra nuestra voluntad, como cuando mapuches, guaraníes o collas resignifican el término "indios".

- ¿Podría imaginarse la cultura urbana de la Argentina sin el llamado rock nacional? Un movimiento cultural que nació de reprocesar un elemento cultural ajeno impuesto por la industria musical norteamericana.

- Incluso el rock nacional funcionó como herramienta de lucha contra las variopintas dictaduras que sufrimos durante la segunda mitad del siglo pasado.

- Y si hablamos de préstamos, imposiciones, apropiaciones, de lo propio y de lo ajeno estamos hablando de economía de la cultura: la aplicación de recursos escasos a fines múltiples.

- La diferencia sustancial es que el patrimonio y la identidad cultural son fenómenos abundantes. De hecho podríamos hablar, parafraseando a Santillán Güemes, de los múltiples e infinitos modos en que las personas y las comunidades resuelven sus relaciones esenciales con la propia comunidad, las otras comunidades, la naturaleza y lo que consideran sagrado con el objeto de dar continuidad y sentido a su propia experiencia cultural.

- En términos económicos el patrimonio cultural puede perfectamente ser asimilado al stock de las organizaciones comerciales. Solo que en esto las organizaciones comerciales tratan de llegar al nivel cero de stock ya que su mantenimiento es muy caro, tanto en términos financieros cuanto en términos de acondicionamiento, seguridad, etcétera.

- En el terreno de la cultura está claro que no podemos siquiera pensar una situación de stock cero: no habría lenguajes, ni símbolos ni convivencia posibles. De allí que digamos que la cultura es el fenómeno más caro pero también más irremplazable de la condición humana.

- Las empresas resuelven esto mediante diversas técnicas productivas que tienden a la movilización permanente de sus stocks ¿Podemos aprender de estas técnicas para hacer más sustentable el patrimonio cultural? Creemos que sí, a condición de no olvidar que estamos hablando de continuidad y sentido y no de un simple problema de costos.

- En primer lugar entendiendo que el patrimonio cultural es una disponibilidad que entraña costos pero que consagra el valor en la medida que lo usamos. Para decirlo más directamente: no hay patrimonio cultural más caro que aquel que no se usa intensivamente.

- Hay un uso evidente, muy consagrado, que es el turismo cultural: la posibilidad de atraer audiencias hacia nuestros territorios en función de un patrimonio cultural bien organizado y adecuadamente interpretado. Un uso económico que siempre podemos mejorar.

- Pero hay otros usos menos extendidos pero que también tiene implicancias económicas: el cruce con otras experiencias de los sectores públicos, sociales y aun privadas. Por ejemplo las bibliotecas, las escuelas, los hospitales y aun los cuarteles militares.

- Si logramos esto es posible pensar en el público ya no como audiencias sino como socios privilegiados en el sostenimiento y promoción del patrimonio cultural. Nuevas tecnologías como las plataformas de crowfunding pueden ser claves en el fondeo de nuestro patrimonio.

- La diferenciación entre bienes cuya conservación requiere condiciones de guarda muy estricta de aquellos que pueden ser movilizados más intensamente saliendo a la búsqueda de públicos.

- Por último es clave pensar el cruce con las industrias culturales. Un ejemplo obvio es que todo patrimonio (natural, histórico, cultural) puede ser instrumentado como locaciones para las producciones de las industrias culturales.

- Para sintetizar: el cruce entre identidad y patrimonio cultural requiere de nuestro sacrificio en defensa de nuestro hábitat, un sacrificio en el que necesitamos salir del espacio de los especialistas para involucrar a todos los habitantes del territorio. Pero también de la instrumentación económica en términos de movilización de recursos. No se trata de una u otra sino de la recombinación creativa de ambas dimensiones y sus respectivas variables.

18 septiembre, 2015

Proyectar cultura: talleres en Chubut

En el pasado mes de junio dictamos un taller intensivo sobre realización de proyectos culturales junto
a nuestro amigo y colega Jorge Suarez Armillei. En esa oportunidad la Lic. María del Carmen Arias nos realizó una entrevista para el área de comunicación de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Publicamos ahora el texto de la misma:

“LA CULTURA ES ESTRATEGIA DE VIDA”
“La cultura es estrategia de vida” afirman Fernando de Sá Souza  y Jorge Suárez Armillei, coordinadores del taller intensivo de realización de proyectos culturales" (17 y 18/6) organizado por la Asociación de Bibliotecarios del Chubut y la Biblioteca “Gabriel A. Puentes” de la Trelew  de la UNPJSB.
“Vamos donde nos convocan - enfatizan -, con la expectativa de contribuir a la autonomía y la profesionalización de la gestión cultural.
La propuesta estuvo orientada a estimular “la cultura de la participación a través de instrumentos que promuevan el desarrollo local a través de la elaboración de proyectos” y se ha replicado en distintas provincias.
Sá Souza es licenciado en Gestión y Administración de Políticas Culturales y es docente de Creatividad del Ministerio de Educación de la CABA; de Administración cultural en la Universidad Nacional de Avellaneda; de Nuevas Tecnologías en la Universidad Nacional de Lanús y de Estrategia y negociación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. En su extenso currículum como conferencista y autor, suma el planeamiento, ya que fue coordinador de la Dimensión Social del Consejo del Plan Estratégico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires .
 Jorge D. Suárez Armillei, Técnico Superior en Administración y Gestión de Políticas Culturales,  se ha desempeñado en diversos organismos nacionales vinculados a la música, la danza, la comunicación y la educación. Desde 2007 ocupa lidera proyectos de la Fundación PUPI (Por Un Piberío Integrado) vinculados a la edición de libros. Es también autor literario y guionista.
Los docentes plantean que es posible lograr la concreción de esas iniciativas con una gestión más profesional. “Esto requiere parámetros más desarrollados, saber a qué público me dirijo y conocer cuáles son los aportes que pueden hacer los sectores público y privado a través de líneas de promoción que puedan existir, programas nacionales, provinciales, etc.”, indican.
Aquí, con un optimismo que en forma visible supieron transmitir a los participantes del taller agregaron que “hay que aprovechar los circuitos en vigencia, pero si no alcanzan se pueden crear nuevos”
“No podemos obviar que el campo cultural comprende del 3 al 5% de la economía global”,  apunta Sá Souza .
SER HUMANO ES SER CREATIVO
“Parte de nuestro trabajo es movilizar las capacidades creativas,  que quedan escondidas detrás de prototipos de comportamiento no suficientemente debatidos. El aspecto más estudiado es la expresión artística, pero no interesa poner en discusión al sentido común o más, desmantelarlo”, coinciden.
“Debemos reconocer las propias capacidades y las del otro. Asumir que la creatividad no se trata de un don misterioso, es lo que nos convierte en humanos.
Todos somos creativos,  pero pocos lo desarrollan y menos viven de su creatividad, Primero tenemos que ver las facetas creativas y luego desarrollarlas. Pero todos empleamos creatividad para la vida cotidiana, el trabajo, y en general todos tenemos ideas por ejemplo para resolver situaciones o para mejorar la calidad de vida en las ciudades. Sí es necesario emplear herramientas para canalizar esas ideas.
 “Ponemos el acento en la necesidad de entrenar la capacidad de formular proyectos sistemáticamente, empleando una multiplicidad de herramientas,  a las que se accede abrevando en capacitaciones formales o no”,  precisa Suárez
Un paso fundamental es profundizar para entender el problema, tal vez así descubramos que no hay una única solución. Otro aspecto es que nuestros proyectos aporten no solo a la coyuntura,  sino a mediano  y  largo plazo.
CUESTIONAR Y TRANSGREDIR
“Apuntamos a la autonomía de la gestión cultural frente al mercado, el estado y la política como únicas expresiones posibles. Por supuesto que es importante que los criterios vinculados a la creatividad y  la cultura sume a referentes de los poderes ejecutivos, pero el campo cultural excede a los organismos. Apelamos a los emprendedores para que desarrollen sus iniciativas, lo que también comprende  al sector privado e inclusive al empresarial.
Cuando hablamos de la ´crisis de la Modernidad´ que tuvo muchas virtudes, pero impuso la verticalidad entre otras características -  - esto se corresponde con el fin del modelo de las grandes secretarías de cultura y  la aparición de consejos, institutos, estructuras más dinámicas que den cuenta ya no de ´la´ cultura sino de ´culturas´ que se desenvuelven en diferentes territorios,  a través de abordajes multidisciplinarios.
La mirada cerrada de la cultura, que solo legitima las artes académicas por ejemplo,  el patrimonio cultural, limita el desarrollo del ser humano, que es diverso por naturaleza.
En este sentido, la cultura no puede ser sistémica,  es por definición cuestionadora y transgresora”.
Lic. María del Carmen Alvarez
Comunicación Universitaria
UNPSJB sede Trelew
La semana próxima estaremos nuevamente en Trelew presentando la ponencia “Patrimonio e identidad cultural en ambientes rurales” en el marco de las II Jornadas Bibliotecarias de la Patagonia y VII Jornadas Bibliotecarias del Chubut.
En ese marco volveremos a encontrarnos con los participantes de este taller para compartir experiencias y perspectivas.