25 febrero, 2009

La industria cultural se muestra sólida frente a la crisis global

Parece que en el sector cultura la crisis no ha logrado instalar el pesimismo. Así se desprende de una nota publicada por La vanguardia de España bajo el título: “El consumo cultural resiste la crisis”:
El economista Álvarez de Lara sostiene que "la industria cultural en general lleva un ritmo de crecimiento anual del 3% y 4%", y prevé que durante la crisis ese ritmo bajará, "manteniendo una subida del 0,5% o el 1 %".
Parece muy optimista frente a otros discursos que están previendo un freno económico de entre dos y tres años por no ser alarmistas. Pero expresan razones que – palabra más o menos – ubican al consumo cultural en las antípodas de la superficialidad que habría dominado a los mercados financieros.
Un dato muy interesante es el referido al llamado libro de bolsillo:
Hay cosas que van bien. Incluso "francamente bien", dice Núria Cabutí, directora editorial de DeBolsillo (Random House Mondadori). "En enero las ventas de libros de bolsillo han aumentado en España un 17 %". La editora, que toma como referencia el top 500 de la consultora Nielsen, lidera un sello que representa el 40% de todo el mercado español; el 45%, si se suman Tusquets, Roca y Edebé. DeBolsillo no varía su programa: 280 títulos al año, con precios entre 5,95 y 9,95 euros, tiradas entre 50.000 y 100.000 ejemplares y un catálogo que mezcla superventas, autoayuda y literatura de calidad.
Claro que estos números aparecen como exóticos para un mercado como el argentino donde las tiradas, salvo excepciones, no sobrepasan los dos mil ejemplares. Y donde hablar de seis a diez euros debe computarse con un tipo de cambio que multiplica casi por cinco el valor final con sueldos, claro está, que no siguen esa relación.
La nota analiza la realidad de diferentes sectores de las industrias culturales, desde el espectáculo hasta el mercado de arte claro que referida a la realidad de Barcelona. De cualquier manera, seguir estos números nos puede ayudar a pensar el impacto que sufrirán nuestros mercados. Sobre todo porque las crisis suelen ser darwinianas: se descargan con más fuerza sobre los más débiles atentando contra la diversidad cultural ya de por sí débil en términos de mercados.

Nota Relacionada:
Crisis económica global y gestión cultural

24 febrero, 2009

Convocan al primer encuentro de municipalistas en la red

La revista Actualidad Local ha distribuido la siguiente convocatoria:
"El Centro Latinoamericano de Estudios Locales y la Revista Actualidad Local convocan a los y las municipalistas de América Latina y España para analizar y debatir el tema "Las políticas locales necesarias para afrontar la crisis global" en el I Encuentro de Municipalistas en la Red. El evento se llevará a cabo totalmente por Internet del 23 de marzo al 3 de abril de 2009. La participación es libre y totalmente gratuita para todas las personas interesadas.
En la convocatoria se invita a presentar ponencias que serán puestas a disposición de todos los asistentes y se informa que se otorgaran cerificados digitales para quienes participen activamente.
"
El programa completo del evento puede consultarse en versión pdf o visitando el sitio del Centro Latinoamericano de Estudios Locales o a través del blog de la revista Actualidad Local.
Nos parece que es una buena oportunidad para que aquellos que nos dedicamos a la gestión cultural debatamos las urgencias y potencialidades que la crisis global plantea a los niveles locales de gobierno. Y el lugar mismo de las políticas culturales en ese marco.

23 febrero, 2009

Desafíos culturales del cambio climático

Dos noticias muy diferentes de fuentes también diversas nos recuerdan que el cambio climático también ronda la lista de temáticas que la gestión cultural debe considerar.
Un portal chino titula: "Amenaza cambio climático tesoros culturales de países tropicales".
Recoge las declaraciones del experto de las naciones unidas José Luis Ramírez: ¨La mayoría de las obras de arte del mundo están realizadas en materiales susceptibles a la erosión por ataques de insectos (…) Los insectos, el moho, y otros hongos y bacterias, son amenazas que vienen junto con el cambio climático”, Otro experto, Konrad Osterwalder, agregó: ¨ A pesar de que estamos enfrente de una recesión económica, todavía tenemos una responsabilidad importante: cuidar las reliquias históricas y protegerlas de los posibles efectos del cambio climático¨.

Por su parte el portal Ultima Hora de Paraguay titula: “Los desastres naturales obligan a cambio cultural
Los desastres naturales cada vez más frecuentes obligan a que los países realicen un cambio de cultura: si antes las políticas se enfocaban a manejar los desastres, ahora hay que apuntar a manejar los riesgos, lo que implica generar mecanismos de prevención, afirma Ricardo Zapata, encargado del Punto Focal de Evaluación de Desastres, de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).” (…)
"Desde la forma en que construimos la infraestructura, en que hacemos nuestros asentamientos humanos, pasando por los mecanismos que utilizamos para la producción y también generar mecanismos financieros de aseguramiento, de protección y de compensación a la población que, potencialmente, pueda verse afectada por desastres". (…)
"De alguna manera, todos los países están empezando a actuar sobre ello. Para algunos es mejor hacerlo en cooperación y coordinación con sus vecinos, para fortalecer sus capacidades recíprocas, porque en países que tienen fronteras amplias comunes, el riesgo es compartido de todas maneras: desde los fenómenos climáticos hasta los de salud". (…)
"Es un margen pequeño adicional de inversión el que se requiere para evitar una pérdida multimillonaria después" (…)"Por las evidencias que ya tenemos, como medida precautoria se justifica invertir en reducción del riesgo. No sabemos cuánto es exactamente lo que hay que invertir para realmente mitigar los efectos del cambio climático, pero sí sabemos que si no invertimos, si seguimos como estamos, las consecuencias van a ser catastróficas en el futuro".

Un comentario casi obligado para este habitante del sur del mundo: el verdadero cambio cultural sería dejar de contaminar, cambiar radicalmente la matriz energética petróleo intensiva y que quienes más han contaminado y contaminan sostengan las inversiones necesarias.
La gestión cultural tiene las herramientas para trabajar junto a las personas y comunidades más expuestas a los riesgos de los que aquí se habla.
Hace más o menos un año publicábamos una nota titulada “Cambio climático y patrimonio cultural” a la cual acompañábamos con un enlace a la convención sobre Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural que data de 1972.
Recogíamos, entre otras fuentes, declaraciones formuladas en el marco de un seminario de la Universidad Politécnica de Valencia donde se decía:
"entre las muchas amenazas que afectan al patrimonio cultural y natural no sólo se encuentran las catástrofes naturales, sino también acciones humanas como la construcción de edificios de gran altura que modifican el paisaje, la presión urbana o el turismo, el cual, si no está regulado, puede llegar a ser muy destructivo".
Los insectos, el moho y los hongos son la consecuencia de nuestras muy humanas inconductas y la causa de la destrucción del patrimonio cultural. El verdadero cambio cultural, insistimos, está en que cambiemos nuestras prioridades y valores.
Una mínima esquematización de los procesos de cambio cultural nos dicen que hay un doble movimiento que va de la cultura existente a la cultura deseada. Y que en el camino entre una y otra hay resistencias y juegos de intereses. Estos últimos y no “los insectos, el moho y los hongos” son los problemas a enfrentar.

18 febrero, 2009

Modelos de cambio cultural

El portal mexicano Alto Nivel publicó una nota bajo el título “Gerencia y cambio de la cultura organizacional” que vale la pena leer. Se repasan allí lo que los autores llaman las dos principales tendencias en la consideración de los procesos de cambio en las culturas organizacionales y el rol de la gerencia frente al mismo. Estos breves párrafos nos ubican en el tema:

Por una parte, están expertos como Peter Drucker quien propone centrar la atención en los cambios en el hacer, asumiendo que, aún cuando esas conductas están sustentadas en creencias, valores y paradigmas, es poco lo que podemos hacer en este sentido porque algunos de estos paradigmas y valores están anclados en cada persona desde su niñez y de acuerdo con la historia personal y la cultura nacional en la cual estamos insertos.”
(…)
Es decir, la “cultura nacional” es anterior y más poderosa que la “cultura organizacional”. La conducta es, además, lo único observable y por tanto posibilita la intervención gerencial. Investigaciones reportan que la actitud de los trabajadores son más el reflejo de un estilo gerencial que de limitaciones o disposiciones personales. Es así como se generalizan paradigmas prescriptivos y normativos.”
(…)
“… Humberto Maturana, nos invita a considerar a cada persona como un observador distinto, con una manera particular de interpretar lo que le pasa, lo que conoce y lo que aprende. Cada quien es un ser “único” que percibe y actúa desde una determinada coherencia entre su cuerpo, emoción, lenguaje e intuición, en permanente transformación gracias a su historia de experiencias. Sin embargo, Maturana nos señala que el ser humano tiene la posibilidad de transformarse en la relación recurrente con otros individuos y con el medio ambiente inmediato, a través del proceso que denomina “acoplamiento estructural”.
Otros expertos como Arthur Costa y Peter Senge sostienen que los cambios conductuales significativos y sólidos en el actuar tienen posibilidad de ocurrencia cuando son el resultado de cambios que se han suscitado intrapersonalmente. En este sentido, se redimensiona y valora la formación humana como ventaja competitiva en las empresas y comienza a hablarse del aprendizaje “transformacional”. Si observamos la organización como una red en la cual interactúan permanentemente pensamientos, emociones y acciones que constituyen la cultura de esa organización, asumimos que el capital humano (intelectual, emocional y ético) alimenta los otros capitales de la empresa porque es el único que puede crear conexión (con la tecnología, con las personas, con el entorno).
(…)
Toca, entonces, al gerente que desea liderar cambios culturales en su organización, desarrollar competencias para trascender su rol de supervisor, de controlador, de planificador, de productor y asumir un rol de “coach” capaz de generar un tipo de conversación que permita mostrar a otros aquellos elementos que no son tangibles (confianza, confiabilidad, compromiso, motivación) pero que, por su presencia o su ausencia, pueden convertirse en fuerzas impulsoras o restrictivas para el logro de los resultados que la organización desea alcanzar y, que si no son atendidas, los esfuerzos para aumentar la productividad y generar cambios, pueden fracasar.”

Compartimos la mirada de los autores en el sentido de que la más de las veces se confunde cambios en el hacer con cambios culturales. Que estos son más profundos e involucran – para ser tales y por tanto duraderos – a los valores y creencias más profundas de las personas.
Es cierto también, como se sostiene, que los entornos culturales – nacionales, regionales, de grupo, etcétera – presionan muy fuertemente sobre la cultura organizacional.
Pero insistimos en que el cambio cultural es un proceso complejo de múltiples idas y vueltas entre el fundamento cultural profundo de un grupo humano, el saber hacer y el hacer cotidiano que emerge de ambos y la dirección que la gerencia impulse para la organización.
No son procesos independientes unos de otros, en buena medida la conceptualización de los mismos es más analítica que operativa.
De allí que las herramientas de la gestión cultural tengan –a nuestro juicio – un lugar junto a aquellas más propias de las ciencias de la administración.
Si la memoria colectiva, los mitos, los valores y las representaciones propias del grupo humano que conforma la organización no se hacen explícitos en términos operativos concretos difícilmente se pueda impulsar cambio alguno. Y allí la cultura de una organización no es demasiado diferente de la de un barrio, una región o aún un país.
Siempre habrá una cultura mayor y subculturas que la presionen; grupos con intereses materiales y simbólicos dispuestos a intervenir de un modo u otro.
Abogamos por enfoques más interdisciplinarios que resultaran, por sí mismos, un cambio cultural muy profundo en la vida de nuestras organizaciones.

Notas Relacionadas:
Cambio cultural: del control a la productividad

16 febrero, 2009

Crisis económica global y gestión cultural

¿Cuánto afectará la crisis económica global a las actividades culturales? Es una pregunta que conviene hacerse.
El País, de España, publicó estos días una nota referida a los escritores que empieza a delinear algunas posibles respuestas. Es más, creo que con matices estas opiniones pueden ser representativas no sólo del mundo literario sino del más amplio espacio de la gestión cultural. Veamos algunas:

"No me afecta especialmente. Es posible que a lo mejor haya alguna conferencia menos, o alguna invitación de lectura menos, pero no a un nivel para llamarme la atención. Sigo teniendo conferencias y lecturas. Se siguen reeditando mis libros y se siguen leyendo. La crisis económica no es algo que me incumba a la hora de escribir, ya que he pasado rachas económicas de mayor estrechez y he seguido escribiendo. Puedo escribir igual en un hotel de cinco estrellas que bajo las estrellas sin hotel (Juan Cobos Wilkins, novelista)"

"Las editoriales arriesgan cada vez menos en sus apuestas. Y las apuestas que hacen son cada vez menos numerosas. Si antes tenían tres o cuatro cartuchos, ahora sólo tienen uno y no se pueden permitir el lujo de fallar (José María Pérez Zúñiga, novelista)"

"Quizás haya menos lecturas y conferencias. Un poco sí lo estoy notando, pero tampoco mucho. Amigos comentan que tienen menos actividad desde el otoño" (…) "Creo que el dinero público no se va a poder gastar tan alegremente como antes. Habrá editoriales, sobre todo minoritarias, que si no cierran se tendrán que replantear su funcionamiento. Como visitante de librerías veo una superproducción bibliográfica que se tendrá que ajustar (Juan Lamillar, poeta y profesor de Literatura del IES San Pablo de Sevilla)"

"Por desgracia para muchas instituciones, la cultura muchas veces es un lujo. Creo que las instituciones recortarán ayudas y las editoriales privadas se verán afectadas igual que otros sectores de la actividad empresarial. Quizás esta crisis contribuya a desatascar el mercado editorial, que estaba saturado de novedades. Quizás lo desatasque en una cruel selección natural que es propia del capitalismo. No creo en este tipo de purgas ni las deseo. Debe ser el lector quien las realice y no el mercado (Juan Antonio Bernier, poeta y profesor de español en Burgas (Bulgaria)"

"Como escritor, no noto la crisis económica. Puedo escribir igual. A lo mejor tengo más temas para escribir" (…) "Mi grupo editorial ha vendido más que nunca. En la pasada Navidad, la gente no ha podido regalar otras cosas y ha regalado libros (Hipólito G. Navarro, novelista y autor de relatos)"

Resumiendo un poco:

- la creación en sí no se detiene, incluso puede resultar fortalecida por las necesidades de reflexión, sentido y evasión que la propia crisis genera.

- la comercialización se ha visto muy poco resentida hasta ahora, ya sea en términos de productos (libros) como de servicios (conferencias, lecturas, etcétera).

- las expectativas, sin embargo, están a la baja: reaparece el temor a la cultura vista como un lujo prescindible, a la reducción de fondos públicos, etcétera.

Es muy difícil pensar que la crisis económica no vaya a golpear al campo cultural, aún con los matices propios de cada dominio. Pero también es una oportunidad creativa ya que, finalmente, obliga a repensar el mundo.
También es cierto esto que marcaron algunos autores: algunos dominios y algunas plazas parecen haberse saturado y la crisis puede terminar desatando una cruel selección de mercado. Creo que por ahora hay una sola certeza: esto recién empieza.

13 febrero, 2009

Concurso de dramaturgia para el Bicentenario

La Secretaría de Cultura de la Argentina ha informado a través de su boletín electrónica la convocatoria al Concurso Nacional de Obras de Teatro para el Bicentenario.
La recepción de obras será hasta el 15 de marzo de 2009 y las bases pueden descargarse desde este enlace.
Como suele decirse en el mundo teatral, por lo menos en nuestro país: mucha mierda.

03 febrero, 2009

2009: año europeo de la creatividad

El portal Neuronilla.com dedicado al mundo de la cratividad da cuenta de la declaración de este 2009 como año europeo de la creatividad. Según la crónica:
"... a lo largo del año se celebrarán en Bruselas seis debates públicos sobre temas fundamentales relacionados con la creatividad y la innovación, con el fin de proporcionar una plataforma de reflexión e intercambio de ideas que pueda contribuir al debate político sobre ambas materias. Se tratarán asuntos tales como la diversidad cultural, el sector público, la educación, la sociedad del conocimiento, el desarrollo sostenible o las artes e industrias creativas."
El estímulo de las capacidades creativas de personas y organizaciones es, quizás, uno de los desafíos más importantes para resolver las encrucijadas humanas de este siglo. Que la Unión Europea le dedique un año de vidriera es una buena noticia en sí.
Dada la trayectoria de Neuronilla quizás sea el portal más adecuado para seguir la evolución de este tema. Se puede suscribir gratuitamente su boletín electrónico y mantenerse informado al respecto.

Notas Relacionadas:
2008: Año europeo del diálogo intercultural

Liverpool capital cultural europea 2008

02 febrero, 2009

Cambio cultural: del control a la productividad

El portal elperiodic.com de Valencia publicó en estos días una nota referida a la cantidad de horas trabajadas, la productividad de las economías europeas y la cultura organizacional de las empresas.
Así, por ejemplo, se destaca que más horas trabajadas no es igual a mayor procutividad:

"De hecho, los países que aplican más medidas de conciliación son los más productivos, mientras que España, donde existe menos flexibilidad y las jornadas laborales son más largas, destaca por su baja productividad. En concreto, España trabaja 1.819 horas anuales frente a las 1.644 horas de media europea.Además, se ha comprobado que precisamente los sectores más rentables, como el bancario, el farmacéutico y el de los seguros, son aquellos que aplican más medidas de conciliación entre sus trabajadores.
Asimismo, según datos del Institut Valencià d´Estadística, un 9,7% de los asalariados de la Comunitat Valenciana deciden su horario de trabajo, frente al 5,7% de los españoles que lo hacen. El porcentaje de la Comunitat Valenciana es superior a la media nacional pero todavía siendo significativamente bajo."

El concepto de conciliación refiere a la posibilidad de que empresas y sindicatos flexibilicen los horarios de trabajo de modo que las empresas obtengan más productividad de sus empleados y los trabajadores más tiempo libre para dedicarlos al ocio y a sus familias.
El modo de administrar el tiempo es, sin dudas, un elemento cultural. El punto es que nuestras culturas organizacionales, tanto públicas como privadas, están todavía muy influidas por los valores de la modernidad.
Control y sincronización resultaron claves para el desarrollo de la productividad económica durante todo el siglo veinte; baste recordar las ideas del fordismo y el taylorismo por sólo citar dos paradigmas modernos.
Desde la gestión cultural debiéramos pensar cómo intervenir las culturas organizacionales para promover el cambio cultural que supone priorizar la productividad por sobre el control. Finalmente se trata de representaciones culturales que, la más de las veces, operan de modo automático y con una racionalidad ya perimida.
Además, mayor tiempo para el ocio supone ampliar la demanda de bienes y servicios culturales y de entretenimiento.
Quizás el verdadero cambio cultural esté en incooporar el ocio como materia de negociación entre los actores sociales. Redistribuir el ocio podría incluso ser una herramienta frente a la creciente falta de empleo.

Nota Relacionada:
Cambio Cultural: un esquema posible