11 agosto, 2006

¿Qué hacemos los gestores culturales?

¿A qué nos dedicamos? Esta es la búsqueda que se propone este blog: Búsqueda de una respuesta colectiva que parta – o llegue – reflejando la experiencia humana concreta – trascendente – de aquellas personas que hemos tomado la decisión de abocarnos a un mundo tan heterogéneo y complejo como el de la “Gestión Cultural”. Hay cuerpos teóricos que pretenden explicarlo desde diferentes miradas. Por cercanía y convicción preferimos pensar la gestión, tal como sostiene Santillán Güemes:

...retomando el modelo del nguenpin, para nosotros el gestor cultural es, fundamentalmente, un operador del sentido y, en consecuencia, un factor clave a la hora de la decisión cultural, a la hora de optar entre la humanidad y “lo ajeno”.

Pero en definitiva el mundo de la Gestión Cultural es hoy más una pregunta que una profesión redituable. Y sin embargo habemos personas que vivimos – existencial y económicamente – de un hacer al que nosotros mismos llamamos “gestionar cultura”. Creo que somos buscadores de cultura. Pero: ¿Qué hacemos los gestores culturales? ¿Por qué lo hacemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuándo lo hacemos? ¿Dónde lo hacemos? Y, sobre todo ¿Para quién gestionamos cultura? Ya dijimos que hay cuerpos teóricos bastante desarrollados sobre el tema y algunos de ellos serán parte de este blog; habrá también herramientas de gestión que merezcan ser revisadas. Pero ¿Hay una práctica profesional propia de la gestión cultural? Quizás la pregunta que más interese debatir.Esto es, tratar de pensar nuestra actividad como el cruce concreto – aquí y ahora – de una cierta práctica – social e histórica – basada en un conjunto de ideas y herramientas. Este blog – subespecie minúscula de la red – está pensado para gestionar nuestras experiencias y nuestras prácticas por si, al final del camino, pudiera aparecer una profesión en el sentido más alto del término: vocación hecha trabajo que alimenta. Les rogamos una idea, les pedimos una experiencia y, por supuesto, un comentario. Si realmente fuéramos buscadores de cultura el encuentro sería un puro intercambio y quizás, solo quizás, el asombro a la vuelta de la esquina.

Enlaces de Esta Entrada:
Héctor Olmos y Ricardo Santillán Güemes: "El mundo en Gestión"

¿Y si Borges inventó la Red?


Ya hemos sostenido que la verdadera Internet fue inventada por Jorge Luis Borges en un improbable verano marplatense. Hubo, también, algunos periodistas que después entrevieron el mismo dato. Una sola frase de Borges – que ya hemos citado – demuestra esta aseveración:"... imagino al hombre moderno en su gabinete de estudio... provisto de teléfonos, de telégrafos, de fonógrafos, de aparatos de radiotelefonía, de cinematógrafos, de linternas mágicas, de glosarios, de horarios, de prontuarios, de boletines... para un hombre así facultado el acto de viajar era inútil..." Si alguien duda todavía no tiene más que consultar los enlaces al pie de esta entrada.
Ahora bien ¿Qué importancia tiene poner esto en discusión?
La cultura ha sido definida como conjunto de “relaciones esenciales” construidas “histórica y socialmente”.
Claro que después vienen los objetos y artefactos que hacen viables esas relaciones. Algunas miradas se enfocan en los artefactos que hacen posibles esas relaciones: el avión, por ejemplo, capaz de cruzar continentes en horas.
Están quienes enfocan las relaciones que hacen posibles los artefactos: dicen que sin la esclavitud las pirámides egipcias no existirían.
Pero si Borges inventó, como sostenemos, la red entonces la diferencia que importa es el símbolo. Porque solo este desata las voluntades/ sueños/ pesadillas que viabilizan las relaciones y artefactos.
Quizá lo que Borges soñó como símbolo se haya concretado en las redes militares como pesadilla inminente. Oposición dialéctica superada por la caída de un muro y el empuje de ciertas sociedades civiles que se planetarizan aceleradamente ¿Y las comunidades?
Enlaces de Esta Entrada:
Borges
"Borges, el inventor de la Red"

Cultura y tecnología: vigencia de Rodolfo Kusch

En 1989, a diez años de su muerte, decía la Cámara de Diputados de la Nación sobre este filosofo antropólogo y pensador argentino :
"... uno de los pensadores más importantes no sólo de la Argentina sino de América, considerado por algunos un "maldito" más, de esos que pueblan nuestra historia y cultura, y por ello silenciado y negado por los cenáculos de la cultura oficial ..."
De las muchas claves posibles que su obra convoca, queremos detenernos en la relación entre tecnología y cultura. Quizás porque pensamos este artículo para un espacio web. Probablemente porque la tecnología todavía hoy se relaciona de un modo traumático con la cultura nacional.
Esta clave - tecnología y cultura - nos permite, implícitamente, aquello que, a nuestro juicio, es el requerimiento más legítimo a la obra de Rodolfo Kusch: ¿Pueden sus categorías y proposiciones dar cuenta del "aquí y ahora" que nos plantea esta posmodernidad periférica que se pretende imponernos?
El punto es que se antepone la tecnología a la cultura; se supone a aquella neutra y a los símbolos y valores culturales como meros impedimentos o escollos a superar.
Y por este camino, naturalmente, fracasan en el intento de crear una economía basada en sucedáneos escondidos detrás de los utensilios y las máquinas. Y ni siquiera logran producir objetos como sí logró la cultura estadounidense agregaba Kusch en América Profunda.La tecnología estará disponible para nosotros cuando invirtamos los términos: primero está la cultura como "estrategia de vida" y luego la máquina que la sostenga en su desplegarse desde el suelo hacia su "horizonte simbólico".El pensamiento de Rodolfo Kusch abre, nos parece, esta posibilidad de asumirlo no como un objeto cerrado que sólo puede ser estudiado en el gabinete de los eruditos, sino como una pista cultural a la que hay que hacer crecer "seminalmente" contrastándolo con los fenómenos de "aquí y ahora". Después de todo, estas breves décadas de explosión tecnológica no son más que un breve episodio de la "gran historia" de la especie que, como horizonte de pensamiento, pregonaba Günnter Rodolfo Kusch.

Enlaces para esta entrada:
"Vigencia de Rodolfo Kusch"

07 agosto, 2006

¿Es Raúl Soldi un modelo de Gestión Cultural que los argentinos haríamos bien en estudiar más a fondo?

Gestión Cultural en el sentido de ampliar, promover, crear y resignificar el patrimonio simbólico de su comunidad. Así, definido desde el más amplio sentido común y sin entrar en sutilezas académicas que las hay y muy significativas.
Postulamos que sí, que además de un gran artista plástico Raúl Soldi protagonizó un modelo de gestión cultural que merece ser estudiado. Tal como lo fue el martinfierrismoBorges, Marechal, Rojas Paz – para los movimientos literarios o el Instituto Di Tella para la innovación artística.
En otro lugar hemos tratado con más amplitud los detalles de la obra de Raúl Soldi; aquí simplemente vamos a transcribir algunas de aquellas conclusiones en tanto un modelo posible de Gestionar Cultura:

  • El trabajo voluntario como aporte a la comunidad y también como oportunidad para desplegar el propio proyecto creativo.

  • La articulación de fenómenos globales novedosos con espacios locales de expresión.

  • La reinversión de utilidades como muestra del sólido compromiso comunitario de la propuesta.

  • La instalación de genealogías creativas en el sentido de reconocer, valorar y difundir los aportes hechos por otros a la cultura nacional.

  • La construcción de equipos con personas provenientes de ámbitos diferentes para promover el intercambio de saberes y experiencias.

  • La delegación de los aspectos locales de la obra en equipos de creciente conformación local.

  • La trasposición de equipos de trabajo de un proyecto a otro capitalizando experiencias.

  • La inversión y el compromiso del propio prestigio para la creación y desarrollo de obras de envergadura.

En síntesis un camino de gestión de la propia capacidad creativa que ve desde el trabajo voluntario hasta la reinversión de recursos y prestigio con un fuerte compromiso comunitario.
Algunos teóricos – Jeremy Rifkin, La Era del Acceso, 2000 – postulan la existencia de un nuevo “capitalismo cultural” cuyo paradigma de gestión es el llamado “modelo Hollywood” .Los argentinos debiéramos revisar estos supuestos desde nuestros propios intereses y tradiciones. Si esto es así, Raúl Soldi es, sin dudas un modelo a seguir.