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18 septiembre, 2015

Proyectar cultura: talleres en Chubut

En el pasado mes de junio dictamos un taller intensivo sobre realización de proyectos culturales junto
a nuestro amigo y colega Jorge Suarez Armillei. En esa oportunidad la Lic. María del Carmen Arias nos realizó una entrevista para el área de comunicación de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Publicamos ahora el texto de la misma:

“LA CULTURA ES ESTRATEGIA DE VIDA”
“La cultura es estrategia de vida” afirman Fernando de Sá Souza  y Jorge Suárez Armillei, coordinadores del taller intensivo de realización de proyectos culturales" (17 y 18/6) organizado por la Asociación de Bibliotecarios del Chubut y la Biblioteca “Gabriel A. Puentes” de la Trelew  de la UNPJSB.
“Vamos donde nos convocan - enfatizan -, con la expectativa de contribuir a la autonomía y la profesionalización de la gestión cultural.
La propuesta estuvo orientada a estimular “la cultura de la participación a través de instrumentos que promuevan el desarrollo local a través de la elaboración de proyectos” y se ha replicado en distintas provincias.
Sá Souza es licenciado en Gestión y Administración de Políticas Culturales y es docente de Creatividad del Ministerio de Educación de la CABA; de Administración cultural en la Universidad Nacional de Avellaneda; de Nuevas Tecnologías en la Universidad Nacional de Lanús y de Estrategia y negociación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. En su extenso currículum como conferencista y autor, suma el planeamiento, ya que fue coordinador de la Dimensión Social del Consejo del Plan Estratégico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires .
 Jorge D. Suárez Armillei, Técnico Superior en Administración y Gestión de Políticas Culturales,  se ha desempeñado en diversos organismos nacionales vinculados a la música, la danza, la comunicación y la educación. Desde 2007 ocupa lidera proyectos de la Fundación PUPI (Por Un Piberío Integrado) vinculados a la edición de libros. Es también autor literario y guionista.
Los docentes plantean que es posible lograr la concreción de esas iniciativas con una gestión más profesional. “Esto requiere parámetros más desarrollados, saber a qué público me dirijo y conocer cuáles son los aportes que pueden hacer los sectores público y privado a través de líneas de promoción que puedan existir, programas nacionales, provinciales, etc.”, indican.
Aquí, con un optimismo que en forma visible supieron transmitir a los participantes del taller agregaron que “hay que aprovechar los circuitos en vigencia, pero si no alcanzan se pueden crear nuevos”
“No podemos obviar que el campo cultural comprende del 3 al 5% de la economía global”,  apunta Sá Souza .
SER HUMANO ES SER CREATIVO
“Parte de nuestro trabajo es movilizar las capacidades creativas,  que quedan escondidas detrás de prototipos de comportamiento no suficientemente debatidos. El aspecto más estudiado es la expresión artística, pero no interesa poner en discusión al sentido común o más, desmantelarlo”, coinciden.
“Debemos reconocer las propias capacidades y las del otro. Asumir que la creatividad no se trata de un don misterioso, es lo que nos convierte en humanos.
Todos somos creativos,  pero pocos lo desarrollan y menos viven de su creatividad, Primero tenemos que ver las facetas creativas y luego desarrollarlas. Pero todos empleamos creatividad para la vida cotidiana, el trabajo, y en general todos tenemos ideas por ejemplo para resolver situaciones o para mejorar la calidad de vida en las ciudades. Sí es necesario emplear herramientas para canalizar esas ideas.
 “Ponemos el acento en la necesidad de entrenar la capacidad de formular proyectos sistemáticamente, empleando una multiplicidad de herramientas,  a las que se accede abrevando en capacitaciones formales o no”,  precisa Suárez
Un paso fundamental es profundizar para entender el problema, tal vez así descubramos que no hay una única solución. Otro aspecto es que nuestros proyectos aporten no solo a la coyuntura,  sino a mediano  y  largo plazo.
CUESTIONAR Y TRANSGREDIR
“Apuntamos a la autonomía de la gestión cultural frente al mercado, el estado y la política como únicas expresiones posibles. Por supuesto que es importante que los criterios vinculados a la creatividad y  la cultura sume a referentes de los poderes ejecutivos, pero el campo cultural excede a los organismos. Apelamos a los emprendedores para que desarrollen sus iniciativas, lo que también comprende  al sector privado e inclusive al empresarial.
Cuando hablamos de la ´crisis de la Modernidad´ que tuvo muchas virtudes, pero impuso la verticalidad entre otras características -  - esto se corresponde con el fin del modelo de las grandes secretarías de cultura y  la aparición de consejos, institutos, estructuras más dinámicas que den cuenta ya no de ´la´ cultura sino de ´culturas´ que se desenvuelven en diferentes territorios,  a través de abordajes multidisciplinarios.
La mirada cerrada de la cultura, que solo legitima las artes académicas por ejemplo,  el patrimonio cultural, limita el desarrollo del ser humano, que es diverso por naturaleza.
En este sentido, la cultura no puede ser sistémica,  es por definición cuestionadora y transgresora”.
Lic. María del Carmen Alvarez
Comunicación Universitaria
UNPSJB sede Trelew
La semana próxima estaremos nuevamente en Trelew presentando la ponencia “Patrimonio e identidad cultural en ambientes rurales” en el marco de las II Jornadas Bibliotecarias de la Patagonia y VII Jornadas Bibliotecarias del Chubut.
En ese marco volveremos a encontrarnos con los participantes de este taller para compartir experiencias y perspectivas.

07 enero, 2015

¿Cómo cobrar el primer trabajo en gestión cultural?

Una de las preguntas más frecuentes que hacen nuestros estudiantes dice, más o menos, así: me propusieron mi primer trabajo de gestión cultural y no sé cómo cobrarlo ¿hay algún parámetro que nos pueda sugerir? Tan frecuente es la pregunta que decidimos sistematizar la respuesta.
Lo primero que debemos decir es que el empleo cultural en la Argentina es muy complejo y que ha sido abordado por una publicación del SINCA cuya lectura recomendamos. 
Sobre la base de ese informe publicamos no hace mucha alguna breve reflexión bajo el título “Empleo cultural en la Argentina: techo o nuevo piso” donde proponíamos algunos debates sobre las posibilidades de empleo en el sector cultura de nuestro país. 
Hay además una serie de reglamentaciones que tienen que ver con el trabajo artístico y que sería muy largo de enumerar ya que van desde los derechos de autor hasta los sistemas a porcentaje o, incluso, el valor de las horas cátedras aplicadas al desarrollo de talleres, cursos y seminarios.
Sin embargo la consulta de nuestra gente suele referirse a una situación más acotada: alguien les propone una tarea específica por un tiempo determinado; generalmente ligado a una producción artística – una puesta de teatro o un festival, por ejemplo – o al desarrollo de una institución típicamente cultural – una biblioteca, un museo, etcétera.
Las tares que se les proponen a nuestros estudiantes van desde “hacer la prensa” hasta obtener financiamiento pasando por la formulación de proyectos o preparación de carpetas para aspirar a créditos, subsidios y premios.
Y aquí surge una primera división: cuando se trata de obtener fondos lo más aconsejable es que la tarea sea remunerada a través de una comisión – entre el cinco y quince por ciento según los volúmenes – más alguna cifra prefijada para gastos eventuales: por ejemplo pasajes o materiales gráficos que hubiera que preparar. La comisión es tanto más baja cuanto mayor es la posibilidad de obtener grandes volúmenes.
Un caso particular es de esto último es cuando se nos propone realizar una campaña de crowdfunding o financiamiento masivo. En estos casos debe haber un presupuesto que el público pueda consultar y, por tanto, debe ser transparente y muy racional; digamos que una comisión superior al cinco por ciento no tendría buena prensa. Sobre estas y otras plataformas les sugerimos consultar nuestra nota “Plataformas digitales y culturas sustentables”. 
Ahora bien ¿Qué pasa cuando la tarea que se le propone al estudiante o graduado reciente no está referido a la recaudación de fondos?
Una primera aproximación resulta de estimar la cantidad de horas que demandará la tarea en sí: por ejemplo dos horas diarias durante los diez días previos al lanzamiento de un espectáculo. Una variante de esto es fijar una cifra y un objetivo a cumplir: obtener cierta cantidad de menciones en un plazo determinado por un importe fijo que bien puede ser definido en función del salario mínimo que establece la ley. En este sentido debemos aclarar que estamos hablando de alguien que recién empieza; las personas con más experiencia manejan otros volúmenes en relación directa a la calidad de la agenda de medios que manejen.
Finalmente queda, nos parece, una pregunta ¿Cómo fijar el valor de la hora de un trabajo que no es de oficina y que no puede tratarse con los parámetros y controles habituales?
Aquí la clave está en el llamado costo de oportunidad que refiere a qué dejo de ganar por ocuparme de hacer esta tarea. 
Una persona que está realizando otro trabajo, cualquiera el sea, deberá descuidarlo, eventualmente perder oportunidades, por ejemplo de hacer horas extras, para ocuparse de aquello nuevo que le han propuesto. Ese es su costo de oportunidad y su precio. El cambio debe ser por lo menos neutro; es decir no debiera perder.
También puede ser que realice tareas no remuneradas pero que reemplazarla suponga algún tipo de gasto adicional. Por ejemplo si cuida sus niños deberá pagarle a alguien para que lo haga; he ahí su precio mínimo.
El valor de la hora, en este tipo de contratos, más o menos informales, surge de una negociación. Y quien está empezando una carrera profesional tiene un bajo margen de maniobra que irá incrementándose en la medida que crezcan sus contactos y su prestigio. De modo que la calidad de la propuesta que recibe es crucial en la consideración del precio a pactar: cuanto más puertas le abra la nueva propuesta de trabajo más tentada estará la persona de hacerlo aunque sea gratis. Y eso nos lleva al trabajo voluntario que suele ser un modo de acercarse al mercado laboral. Por lo menos en la Argentina.
Para esos casos la respuesta es muy simple: voluntario no significa sin reconocimiento. Lo mínimo que deberemos pedir es la visibilidad y acreditación de nuestra tarea. Tampoco explotación o condiciones indignas de trabajo. Por ejemplo, estar cuatro horas parado en la puerta de un museo – el caso es real – no es gestión cultural ni trabajo digno.
Quienes ya tienen una trayectoria en el mundo de la gestión cultural saben que los primeros pasos surgen de una combinación de estos ejemplos que hemos puesto. Y que esa combinación surge de los contactos previos y los que vayamos realizando, de las recomendaciones de amigos y colegas y, por qué no, de la suerte. Y que la suerte es aliada de quienes más caminan. Espero que les resulte útil y que nos dejen sus críticas, aportes y comentarios.

27 marzo, 2014

Patrimonio cultural y nuevas tecnologías: algunos cruces posibles


Sería largo enumerar a todos los ponentes de modo que los remitimos al primer enlace de esta nota donde figura el programa completo. Sí es necesario destacar la ponencia del Lic. Mario Naranjo del Programa de Patrimonio Cultural del Ministerio de Economía por la experiencia en sí y por la amplia documentación que la acompañaba.
Allí expusimos parte de las conclusiones de una investigación sobre la que trabajamos en la Universidad de Avellaneda: Plataformas Digitales para la AcciónCultural: una taxonomía posible
Lo primero que debemos decir es que resulta muy interesante ver el intercambio entre las fuerzas armadas y el mundo de la gestión cultural: tanto hacia el interior de los muchos museos y salas patrimoniales que dependen de los cuerpos militares como en su relación con otros organismos culturales de la Argentina ya sean nacionales, provinciales o municipales. Un campo de acción cultural impensable en otros momentos de nuestra historia.
Un intercambio que seguramente no estará exento de conflictos y debates entre lógicas tan diversas, pero que definitivamente es imprescindible para el desarrollo de nuestra democracia.
De las múltiples y muy interesantes ponencias producidas por los panelistas destacamos cuatro ideas que fueron un buen punto de partida para nuestra exposición:

# múltiples públicos, múltiples exigencias
# re elaboramos la misión y función de los museos en periodos menores a cinco años
# en cada esquina de nuestra ciudad hay un libro de anécdotas e historias
# bases de datos: para los inventarios / para la catalogación / para el mapeo de servicios

Desafíos de actualización tanto de miradas como de herramientas sobre el patrimonio cultural y las maneras de resguardarlo, ponerlo en valor y a disposición del público. Desafíos, debates y nuevas miradas que no son, naturalmente, una preocupación exclusiva u original de nuestro país sino más bien una tendencia mundial.
Basta leer la nota sobre el proyecto europeo para personalizar el recorrida de museos mediante tecnologías multimedia para teléfonos inteligentes para ver hasta que punto pueden los nuevos medios modificar el uso del patrimonio cultural. 
Todo esto en el marco de la llamada revolución de la fibra óptica que empuja la convergencia tecnológica o quíntuple play: la trasmisión de telefonía, internet, televisión, telefonía celular y domótica a través de un mismo cable. 
Veamos una rápida clasificación de las herramientas disponibles:
- plataformas para la creación y difusión de contenidos
- plataformas para la construcción de públicos
- plataformas para la gestión de financiamiento
- plataformas transaccionales
- servicios varios que permiten reducir costos operativos
En sucesivas notas iremos revisando cada una de las alternativas posibles; digamos, por ahora, que sorprende la poca difusión y uso que algunas de estas herramientas tienen en el mundo de la acción cultural.
En la Jornada llamábamos la atención sobre el hecho de que muy pocos gestores culturales utilizan una herramienta como skype que permite conectividad a muy bajo costo o totalmente gratis entre los usuarios. O la poca planificación de contenidos y formatos en las tareas de difusión o, mejor aún, en el desafío de crear comunidades alrededor de las instituciones patrimoniales.
En general las instituciones del patrimonio cultural siguen utilizando páginas web sólo pensadas para las computadoras de escritorio y sin optimizar para otros equipos de acceso cuando, en realidad, los números de Internet en nuestro país sugieren otros caminos. Veamos algunas estadísticas tomadas tanto de fuentes públicas como privadas.

- la penetración de Internet en la Argentina alcanza al 67% de la población con un total de 31 millones de usuarios; de los cuales el 24% de la población, es decir 10 millones de usuarios lo hacen a través de teléfonos inteligentes o smartphones.

- la Argentina con un 67% de penetración de Internet en la población es el país de América Latina con un uso más intensivo de esta herramienta. Nos siguen Chile con un 58% y Uruguay y Colombia, ambos con un 56%. Los restantes países de la región están por debajo del 44%. Brasil, nuestro principal vecino y socio en el Mercosur, tiene un 39% de penetración

- el 91% de los usuarios de Internet en la Argentina utilizan las redes sociales. Esto es unas 28.210.00 personas

- el 67% de los usuarios de Internet en la Argentina acceden a blogs. Esto es unas 20.770.000 personas.

- el 30% de los usuarios de Internet en la Argentina utilizan la red con fines educativos. Esto es unas 9.300.000 personas

- los argentinos realizamos 2.3 mil millones de búsquedas por mes; un 49% más por personas que el promedio global. El 20% de esas búsquedas se hace desde un teléfono celular.

- en la Argentina hay 12 millones de consumidores mensuales de videos en Youtube. El 25% de ellos desde un celular

Como se ve los números muestran que aquello de “múltiples públicos, múltiples exigencias” se da también en la red. Los accesos son desde equipos diferentes y si abriéramos este dato considerando los sistemas operativos usados o la velocidad de conexión veríamos que no podemos seguir haciendo una difusión masiva cual si todo nuestro público fuera homogéneo. Necesitamos segmentar, estudiar más las conductas y posibilidades de acceso de nuestros posibles visitantes; responder a sus múltiples exigencias.
Los museos y otras instituciones patrimoniales necesitan repensarse, como se dijo en las jornadas, en períodos cada vez más cortos y a ritmos cada vez más vertiginosos.
Esto requiere, naturalmente, de nuevas fuentes de financiamiento y, sobe todo, de un conocimiento más profundo de nuestros públicos. Tres herramientas, entre las muchas posibles, para ayudarnos en estas tareas:
- GPS CULTURAL: es un mapa digital de fuentes de financiamiento tanto públicas como privadas.

- IDEAME: una plataforma digital de crowfunding – financiamiento masivo - con más de 100.000 usuarios, más de 400 proyectos financiados por un valor superior a los 2 millones de dólares a noviembre del año pasado. Permite presentar proyectos específicos a un público dispuesto a donar dinero a cambio de recompensas de todo tipo.

- GOOGLE ADWORDS: la plataforma de marketing digital de Google permite segmentar al público a partir de las búsquedas que realiza. Tiene un formato pago donde los costos son bastante menores que en una campaña tradicional y con mejores resultados y un módulo gratuito para organizaciones sin finas de lucro.

Otro de los participantes de la Jornada proponía este desafío: en cada esquina de nuestra ciudad hay un libro de anécdotas e historias. Cierto es que la ciudad de Concepción del Uruguay tiene una historia muy rica con una gran incidencia en la historia regional y nacional. Pero con matices esto puede decirse de cualquiera de nuestras ciudades e, incluso, de muchas de nuestras pequeñas localidades. ¿Qué aporte puede hacerse desde las nuevas tecnologías a esta dimensión del patrimonio cultural?
El “quick response code” o código QR permite incluir importantes cantidades de información en un espacio muy pequeño de modo que leídos desde un teléfono celular o una tableta las personas puedan leer ese “libro de anécdotas e historias” que hay en las esquinas y muros de nuestras ciudades. Un ejemplo expuesto en la nota de wikipdia que acabamos de citar es el Cementerio Israelita de La Paz en Uruguay. 
Se trata de estructurar los contenidos de esas “cada esquina”, digitalizarlos, ponerlos en la red y redirigir mediante el código QR.
Vimos una sencilla calificación de las diversas plataformas digitales disponibles, citamos algunos datos sobre Internet en la Argentina y recorrimos algunas de las soluciones tecnológicas disponibles. Sumemos a esto la idea – tomada de una nota de dosdoce.com – de que con el público debemos interactuar antes (fase de descubrimiento); durante (fase de la experiencia directa) y después (fase de compartir la experiencia) tendremos un mapa completo de los múltiples cruces posibles entre nuevas tecnologías y patrimonio cultural. 
En esta breve nota de tres páginas hemos citado más de quince enlaces a la red. Cada una de esas notas contienen un número similar de enlaces y así sucesivamente. Esa es la estructura de la red.

Un gigantesco mapa conceptual que se despliega a partir de breves textos e imágenes (fijas o móviles) hiper enlazados digitalmente ¿Por qué no pensar el patrimonio cultural con la misma lógica conceptual? Donde cada pieza, cada obra, cada instalación es una maravillosa puerta hacia la aventura humana. Utilizando adecuadamente las nuevas tecnologías es totalmente posible y, además, con costos tan bajos que tienden a cero y pueden, incluso, sumar financiamiento. Ese es el desafío.

07 febrero, 2013

¿Por qué plataformas digitales de acción cultural?


En una nota anterior informábamos que la Universidad de Avellaneda seleccionó un proyecto de investigación de cuya autoria hemos participado. Aquí publicamos el planteamiento del problema, sus antecedentes y la justificación.

El uso de las tecnologías digitales atraviesa, modificándolos, todos los campos de la experiencia humana y la acción cultural no es ajena a tales cambios. Antes bien, a las llamadas Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación se las ha asociado con profundas transformaciones en los modos mismos de percibir el campo de la cultura cualquiera sea la definición con que se lo aborde.
Sin embargo no hay, hasta donde se puede constatar, una taxonomía de las prácticas digitales que se imbrican con el mundo de la acción cultural.
Sitios, portales, blogs, redes sociales, grupos de discusión y toda suerte de combinación posible coexisten en los mundos virtuales sin solución de continuidad ni jerarquía. Coexisten, además, artefactos de acceso y producción de contenidos en red de las más diversas características: computadoras de escritorio, computadoras portátiles, teléfonos inteligentes, tablets, etcétera. Y por lo menos tres grandes familias de sistemas operativos: windows, linux y mac para citarlos por sus nombres más conocidos.
Cada sistema operativo despliega, además, las más variadas aplicaciones – programas específicos – muchas veces incompatibles entre sí.
También la conectividad misma a la red es heterogénea: desde el cable telefónico hasta las modalidades de tercera y cuarta generación (3G y 4G) proveen capacidades muy desiguales de transmisión y recepción de información.
Si bien es cierto que esta enorme disponibilidad tecnológica es revolucionaria en sí misma y favorece la más amplia libertad expresiva – inédita en la historia humana – no menos cierto es que los públicos se concentran en torno a grandes proveedores de contenidos relegando a las iniciativas independientes a lugares marginales dentro de la red.
La “concentración empresarial a gran escala” ocurre también en el campo de la cultura y de las redes con serio riesgo para la supervivencia de un sin fin de actores culturales reclamando nuevos conocimientos de estos procesos (Albornoz, 2011).
Si a esto se suma que el campo mismo de la acción cultural lejos está de tener formatos precisos se comprende rápidamente la necesidad de precisar fenómenos y conceptos como paso ineludible hacia el establecimiento de paradigmas más sólidos a la hora de proyectar la presencia de la acción cultural en los espacios virtuales.
Sin un inventario razonado de las prácticas digitales de los actores culturales, sin indicadores ciertos de eficacia comunicacional, sin modelos ciertos de optimización de recursos y objetivos la concentración de públicos se convierte en una amenaza significativa a la democracia y diversidad cultural.
Resulta, entonces, pertinente preguntarse: ¿Puede la concentración de públicos atentar contra la natural y deseable diversidad cultural de nuestros pueblos? ¿Qué condiciones favorecen la permanencia o la desaparición de los actores culturales en la red? ¿Es posible catalogar las diferentes prácticas culturales atendiendo a sus condiciones de visibilidad y sustentabilidad? ¿Qué tipo de intervenciones se pueden realizar desde el campo educativo para promover, también en la red, la más amplia interculturalidad? ¿Cuáles acciones son capaces de promover un amplio desarrollo de la ciudadanía cultural desde la red y cuáles resultan contraproducentes?

Mucho se ha escrito y dicho sobre el impacto cultural de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Y sobre la ontología misma de la red.
Desde el concepto de “Sociedad Red” definido por Castells (2004) o la idea de un tránsito hacia un mundo “Digital” Negroponte (1995) hasta los estudios de público que diversas consultoras realizan y ponen a disposición del público periódicamente.
Nosotros partimos desde objetivos más acotados: relevar, inventariar y clasificar las diversas formas de acción cultural que se realizan en y desde la red; sus protagonistas, fines, alcances y condiciones de producción y sustentabilidad.
Desde ese punto de vista son claves los modelos de Jeremy Rifkin (2000). En “La era del acceso” este autor propone una mirada muy crítica sobre la comercialización de contenidos culturales que describe como clave de un nuevo “capitalismo cultural”; y en “La tercera revolución industrial” describe un “poder lateral” asociado a una “era colaborativa”. Dos categorías de análisis que pretenden actualizar enfoques sobre fenómenos tecnológicos y culturales cuya centralidad es global.
También el Banco Inter – Americano de Desarrollo (Casacuberta, 2008) ha puesto la mirada sobre estos fenómenos en un informe titulado “Industrias Culturales basadas en Redes Distribuidas”. El mismo está orientado a promover modelos de negocios sustentables a partir de las llamadas “mejores prácticas” en el aprovechamiento de las TICs en las industrias culturales de Latinoamérica.
En el plano local un aporte especialmente relevante es la obra de Alejandro Piscitelli; en particular el último texto titulado “El proyecto Facebook y la Posuniversidad” (Piscitelli – Adaime – Binder, 2010) donde compila la experiencia de un conjunto de académicos volcados a analizar la incorporación del las TICs al proceso de aprendizaje; en el propone una serie de herramientas de análisis y clasificación cuya adaptabilidad al mundo de la acción cultural será parte de la investigación que estamos proponiendo.
Mundo, el de la gestión cultural, cuyos alcances y límites han sido tratados exhaustivamente por autores locales como Colombres, Olmos y Santillán Güemes (Cfr. Bibliografía) anclando diversas clasificaciones posibles cuya síntesis será parte de este trabajo.

Democracia y diversidad cultural están indisolublemente ligadas: una y otra se requieren mutuamente. En términos paradigmáticos ambas están consolidadas como derechos humanos fundamentales. Basta consultar los documentos de la UNESCO para verificarlo.
Pero ni la diversidad ni la democracia cultural son posibles sin plataformas materiales que las sustenten. O, dicho de otro modo, hay condiciones materiales concretas que condicionan el efectivo ejercicio de esos derechos humanos fundamentales.
En el caso que nos ocupa esa materialidad condiciona la proyección simbólica – continuidad y sentido – de todas y cada una de las culturas humanas y sus particularidades.
La visibilidad, la capacidad de expresión plena de la propia diferencia significativa y las posibilidades reales de intercambio y comunicación con otras culturas son parte indudable de esa materialidad. Una cultura que no puede proyectarse al mundo carece, materialmente hablando, de esos derechos.
En este orden de ideas hay una materialidad conformada por la infraestructura de red disponible para cada expresión cultural: hardware, software, conectividad, etcétera. Son los aspectos más visibles – y relevados – del fenómeno.
Pero hay también una materialidad que es clave para todas las demás: la capacidad de las personas para hacer un uso óptimo de sus disponibilidades cualesquiera ellas sean. Y que puede, en sus extremos, condicionar la eficacia de las herramientas disponibles, comprometiendo el ejercicio de aquellos derechos.
Estas son las competencias comunicacionales de las organizaciones que, en general, se conforman de un modo empírico y en base a procesos de prueba error. Procesos más bien aleatorios que aún cuando esquivaran el fracaso les insumirán a las organizaciones cuantiosos recursos de todo tipo tal que, frecuentemente, no logran superarlos.
Competencias comunicacionales que sumadas a la infraestructura de red disponible conformaran aquello que luego definiremos como capital telemático.
La taxonomía que pretendemos investigar permitirá construir las herramientas conceptuales necesarias para inventariar estas variables definiendo las fortalezas que las organizaciones pueden construir para aprovechar las oportunidades que las TICs les ofrecen y, simultáneamente, enfrentar las amenazas originadas en las tendencias a la concentración de audiencias ampliamente presentes en la red.
Una taxonomía como la propuesta puede brindar las herramientas para mapear el fenómeno en torno a focos de interés concretos construidos desde la acción cultural en la red y, sobretodo, producir modelos de proyección digital que acorten significativamente el proceso de aprendizaje organizacional.
Desde este punto de vista se trata de construir conocimiento académico fácilmente transferible a la comunidad: un abordaje conceptual que permita la construcción de guías para una óptima utilización de las plataformas digitales desde la acción cultural.

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Bibliografía entre gestión y cultura


21 noviembre, 2012

Universidad de Avellaneda nos aprueba un proyecto de investigación


La Universidad Nacional de Avellaneda, a través de su area de investigación, aprobó un proyecto titulado “Plataformas digitales de Acción Cultural, una “taxonomía” posible”.
Integramos el equipo de investigación el Prof. Daniel Ríos, los Licenciados Cesar Peralta y Martín Zuccaro y quien esto escribe en carácter de director del proyecto.
Decimos en el resumen del mismo:
La diversidad cultural es tanto un derecho inalienable cuanto una riqueza constitutiva de lacondición humana. Sin embargo la concentración de públicos en derredor de unos pocos
productores culturales globales tiende a limitar esa diversidad condicionando la supervivencia de propuestas culturales independientes e innovadoras.
Internet, en tanto expresión más representativa de las nuevas tecnologías de información y
comunicación, se ha constituido hoy en un terreno fundamental de esa contradicción. Resolverlo en favor de la defensa y aún la promoción de la más amplia diversidad cultural supone construir nuevos conocimientos. Las Universidades públicas tenemos un importante rol que cumplir tanto en esa construcción cuanto en su transferencia a la sociedad en su conjunto.
Un paso imprescindible es catalogar fenómenos y estrategias en términos taxonómicos:
jerarquizarlas en función de su mayor o menor capacidad de supervivencia y desarrollo en habitats virtuales fuertemente condicionados por las tendencias a la concentración de públicos y audiencias.
Una taxonomía que permita, mediante métodos cuantitativos y cualitativos, identificar, sistematizar y transferir las mejores prácticas desarrolladas por los actores culturales en torno a lo que hemos dado en llamar “Plataformas Digitales para la Acción Cultural”: un conjunto de objetos, símbolos y capacidades que permitan utilizar las nuevas tecnologías en favor de la ampliación de la ciudadanía cultural.
Visto que se trata de una investigación cuyo objeto central son las prácticas culturales en Internet serán muy bienvenidas las opiniones, sugerencias y aportes que puedan hacer nuestros lectores y, sobre todo, de colegas y de aquellos que han estudiado con nosotros a lo largo de estos años.

29 octubre, 2012

II Encuentro de Responsabilidad Social y Cultura: nuevas formas de financiación


El Instituto de Formación Técnica Superior N° 12 convoca a este segundo encuentro con la finalidad de profundizar el conocimiento de sus estudiantes y egresados sobre las múltiples articulaciones posibles que se dan entre estado, sociedad civil y empresas para la producción cultural.
El encuentro se realizará el próximo 14 de noviembre en la Legislatura Porteña, en el horario de 9:30 a 16:30, y con el apoyo de la Dirección General de Educación Superior del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En continuidad con lo realizado en el primer encuentro nos proponemos relevar, analizar y debatir los diversos mecanismos posibles de financiación de la actividad cultural en general con el acento puesto en las posibilidades de inserción profesional de los Técnicos Superiores en Administración y Gestión de Políticas Culturales.
Profundizando la reflexión sobre el papel del sector privado en la cultura a través de sus diferentes prácticas de RSE – responsabilidad social empresaria – y promoviendo el intercambio de experiencias, conocimientos y puntos de vista en un enriquecimiento mutuo de los asistentes. Incorporando en esta segunda edición el análisis de las nuevas formas de financiamiento de la producción cultural sustentadas en plataformas digitales.
Tal encuentro está organizado en el marco de la “Prácticas Profesionalizantes” definidas en la estructura curricular de la modalidad Políticas Culturales del Instituto Terciario que organiza el evento con colaboración de la Empresa Impacta Cultura. Serán su ejes temáticos:

  • La articulación multisectorial como política cultural.
  • Las experiencias de las plataformas digitales de financiación masiva
  • El rédito social de la cultura desde la perspectiva de lo privado
  • Entre lo público y lo privado: patrocinio y mecenazgo
  • Promoción del patrimonio cultural
  • Formación y acción profesional: un vínculo en construcción permanente

El I Encuentro contó con la participación, entre otros, de: Fondos de Incentivo Cultural, Ministerio de Educación y Cultura, Uruguay; Museo del Agua y de la Historia Sanitaria, AySA; Fundación Banco Itaú; Fundación Banco Ciudad; OEI-Oficina Regional Buenos Aires; Departamento de Cultura y Arte de la Universidad Nacional de Avellaneda; Tecnicatura Superior en Gestión Cultural del Instituto N°15 de Campana; Secretaria de Publicaciones, Capacitación y Cultura de UPCN; Coordinación de Recuperación y Conservación del Patrimonio Cultural, Ministerio de Economía de la Nación; Departamento de Comunicaciones y Producción de la Dirección General de Museos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; Fundación Argentina del Cáncer (FUNDAC); Impacta Cultura.
Los destinatarios del evento son: Directivos y Gerentes de Empresas vinculadas o interesadas en la RSE, fundaciones, gestores culturales, especialistas en marketing y comunicación. Estudiantes, egresados directivos y docentes del Instituto de Formación Técnica Número 12 y público en general.
La coordinación operativa del mismo está cargo de los docentes y directivos del IFTS 12. Docente de contacto Lic. Fernando de Sá Souza – fernandodesasouza@yahoo.com.ar ; 4413-2569.




26 marzo, 2012

Modelos de producción artística

La producción de arte se ha convertido en una relación compleja que excede largamente la relación entre artista, obra y público. La organización de los mercados artísticos está incorporando mucha tecnología de gestión que vale la pena empezar a inventariar. Veamos un par de ejemplos reflejados en el suplemento económico del diario Clarín
El pasado 18 de marzo la página 11 del suplemento incluye entre los habituales “secretos empresarios” una noticia que sostiene “Reunir fondos para financiar producciones teatrales no es tarea sencilla. Al bufete Zang, Bergel & Viñes se le ocurrió constituir un fideicomiso administración, pionero en su tipo, destinado a la producción de obras teatrales comerciales. (…) Como el éxito de la actividad teatral es poco predecible, el fiduciario se compromete a montar obras cuyos guiones hayan servido de base para producciones probadas en las principales plazas (Londres, Nueva York, París, Madrid y Barcelona). También deben contar con actores de primera línea y abordar proyectos que apruebe un comité artístico”.
Un fideicomiso es un mecanismo financiero que permite reunir fondos de inversores interesados en obtener la mayor rentabilidad posible. De allí que la apuesta artística esté limitada a obras y actores ya consagradas con el menor riesgo posible. Un lenguaje inherente más a las finanzas que al arte.
En otro segmento de mercado se informa el último 25 de marzo – IECO página 16 –  la existencia de una pequeña empresa – AVI Music –  dedicada a producir a músicos noveles. 
Su modelo de negocio es la producción integral para músicos nuevos incluyendo el disco, video clip, marketing, difusión, etcétera. Según narra Gabriel Fernando Alvarez el costo de un paquete básico es de 18.000 pesos (unos 3.900 dólares) que el artista pagará en doce meses sin interés.
No se explicita si hay algún tipo de selección estética de modo que uno puede suponer que con tener el capital alcanza.
Según el medio, la empresa se constituyó en 2007 con un capital inicial de 6.900 pesos y facturó en los últimos doce meses 250.000 pesos y cuenta con cinco empleados.
Dos extremos del mercado donde claramente la producción artística está imbricada con sendos modelos de negocio con altísimos niveles de profesionalidad.
Muchos artistas nos dirán que no quieren subordinar su arte a un modelo de negocios y tendrán razón. Se tratará, entonces, de encontrar mecanismos alternativos de acceso a los públicos en tiempos de superproducción cultural. Una posibilidad es la plataforma Ideame, pero eso será motivo de otra nota.

10 marzo, 2010

Observatorios culturales: informe para el debate

Gestióncultural.org, boletín electrónico del Portal Iberoamericano de Gestión Cultural ha publicado un informe sobre el desarrollo de los Observatorios Culturales. Hay además un artículo sobre el Mapa Cultural de la Provincia de Valencia, España, del cual se dice:

Este producto supone, en la práctica, una herramienta de primer orden para el análisis cultural territorial y parte, metodológicamente, tanto del concepto de observatorio como del de mapa cultural, con una vocación de actualización constante de la información agrupada en torno a una concepción integral de la cultura.”

Nuestro blog se ha ocupado varias veces de los Observatorios y Sistemas de Información Cultural así como de los mapas culturales entendiendo la importancia de estas herramientas de gestión cultural. Fenómenos que, aunque heterogéneos, podían considerarse como íntimamente vinculados.
Publicamos entradas sobre el Sistema de Información Cultural de Chile, el Mapa Cultural de Puerto Rico, el Sistema de Gestión e Información de las Conferencias Iberoamericanas de Cultura, el Sistema de Información Cultural de la Argentina, el Laboratorio de Industrias Culturales de la Provincia de Jujuy (Argentina), o el Catálogo Digital del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
El informe Nuevos Retos de los Observatorios Culturales firmado por Cristina Ortega y Roberto San Salvador del Valle aporta una mirada sistémica absolutamente necesaria.
Desde lo metodológico el informe destaca la falta de una definición única del fenómeno priorizando aquellos que integran alguna de las diversas redes dedicadas al tema. Algunos datos y conceptos a destacar:
- Los observatorios surgen en Europa hacia fines del siglo xx aunque ya había experiencias anteriores a 1970 asimilables al concepto Observatorio Cultural; el 55% de ellos está ubicado en ese continente y el 36% en América.
- Se trata de un “escenario que se va modificando constantemente”. Y en este sentido, agregamos nosotros, es de esperar que estas modificaciones se aceleren a partir del crecimiento del ancho de banda y la velocidad de conmutación entre routers que anuncian las empresas del sector informático.
- Surge de la necesidad de sistematizar la información parcial existente convirtiéndola en una de carácter más global.
- Su objetivo principal es facilitar la transferencia y el acceso a la información y el conocimiento. Esto, claro está, en el marco del paradigma de la sociedad del conocimiento.
- Facilitan la toma de decisiones con vistas al buen gobierno de la cultura. Sin hacer una cuestión semántica nos parece preferible hablar del buen gobierno de las administraciones culturales y de la gestión de la misma. De hecho, en varios párrafos, el informe lo refiere a las políticas culturales.
- Ubica los nuevos retos de los observatorios culturales en torno a los vertiginosos cambios que se están produciendo en los fenómenos asociados al: tiempo, los rasgos sociodemográficos, la esfera socioeconómica, el ámbito sociopolítico y los mestizajes identitarios.
El informe incluye una serie de consideraciones sobre el comportamiento del público frente al consumo cultural así como a los valores implícitos en las opciones culturales de las personas que vale la pena leer cuidadosamente.
Desde la Argentina – y toda Sudamérica, supongo – debiéramos incorpora al debate una serie de aspectos geoculturales, entre ellos el referido al tiempo.
Es cierto que los profundos cambios políticos, sociales y tecnológicos ocurridos a partir de la implosión del estado soviético han alterado, en lo substancial, la relación tiempo espacio. Pero no es menos cierto que en nuestros países conviven tiempos disímiles y no sólo entre las grandes urbes y los espacios rurales. Definitivamente nuestra multiculturalidad incluye también al tiempo.
No son los mismos tiempos organizativos ni valorativos los del carnaval como producto turístico que los de las comparsas familiares de la quebrada de Humahuaca por sólo citar un ejemplo.
En nuestras tierras a los retos listados en el informe que venimos citando debemos incorporar una consideración más profunda sobre los particularismos locales y su articulación con la cultura global. Lo contrario sería condenar nuestras creatividades populares al mero ejercicio de la copia o condenarlas a un atavismo sin destino.

16 diciembre, 2009

Gestión cultural y política urbana

¿Puede un centro cultural convertirse en actor político manteniendo su independencia de la política partidaria? Y además crecer en la consideración pública.
Esto ha sucedido con el centro cultural Estación Provincial cuyo proyecto de mejoras urbanas en el barrio Meridiano V de la ciudad de La Plata resultó electo por sus vecinos por tercer año consecutivo. Y además creciendo en cantidad de apoyos recibidos. En el año 2008 obtuvieron 350 votos, en el 2009 501 votos, y ahora, respecto del presupuesto participativo 2010 1654 sufragios a favor.
Decía su “propaganda electoral”:

Los días 21 al 29 de Noviembre se realizan las terceras votaciones del Presupuesto Participativo. En este marco asociaciones, grupos culturales, vecinos y comerciantes del Barrio Meridiano V presentamos un proyecto para seguir mejorando el espacio publico (ya logramos la construcción de la plaza y la reparación de los baños públicos).
Todos apostamos a transformar los terrenos próximos a la Estación para que sean un espacio de encuentro cada vez mas atractivo y a su vez permitan ser un puente entre la comunidad y las propuestas culturales que se vienen realizando desde cada espacio.
En esta oportunidad apostamos a la “Recuperación del espacio con iluminación, bancos, circuito peatonal, y arreglo de veredas en 71 de 13 a 19 y un quirófano móvil para castración y cuidado de animales”


Podríamos preguntarnos que tienen que ver con la gestión cultural la “reparación de bancos” o “un quirófano para castración de animales”. Visto así parece más el reclamo de una junta de fomento que una propuesta cultural.
Sin embargo cuando se promueve participativamente la jerarquización, cuidado y embellecimiento del espacio público se está “culturando”.
La clave está en la participación y compromiso del habitante con su barrio: la construcción de ciudadanía.

Realizaron su “campaña electoral” sumando trabajo físico en el territorio y una fuerte presencia en los medios digitales: sitio web, facebook y mensajes de textos. Parte de su propaganda consistió en enseñar al vecino a votar vía mensaje de texto lo cual moderniza – en muchos sentidos – el concepto mismo de participación.
Cuando este centro cultural se preparaba para participar de las elecciones de presupuesto participativo en 2008 decíamos:

“La experiencia puede ser muy interesante porque ubica a la gestión cultural en un espacio de construcción ciudadana que reivindica al campo de la cultura en su pleno sentido social e histórico.El domingo próximo, ciudadanos y ciudadanas de La Plata definirán si este u otros proyectos son legitimados por la voluntad popular. El resultado electoral consagrará – más allá de la cantidad de votos de cada uno – una manera de construir la ciudad.Y la gente de estos centros culturales estarán en condiciones de enseñarnos cómo la gestión cultural puede involucrarse en la vida política de la ciudad sin perder su autonomía esencial.”
Transcurridas otras dos elecciones desde aquella nota los amigos y amigas de La Plata nos han dado una lección de cómo puede hacerse esto; de cuán atractivas pueden resultar iniciativas de este tipo para los vecinos y, sobre todo, de cómo la gestión cultural puede construir poder vinculándose a la política ciudadana sin subordinarse por ello a las lógicas partidarias.



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Emprendimientos culturales: Estación Provincial

07 septiembre, 2009

Sistema de información cultural de Chile

El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile ha puesto en marcha su Sistema de Información Cultural. Dice en la portada de su página web:


En este espacio se entregan datos de oferta y demanda de las disciplinas artísticas.
En general los datos están referidos a la identificación del comportamiento regional de cada variable, proporcionando la posibilidad de descarga de información a través de archivos xls, jpg y pdf.
Se utilizaron como fuentes de información para la primera publicación del SIC el anuario “Cultura y tiempo libre, informe anual 2005” y la “Encuesta de Consumo Cultural 2005”, ambos elaborados por el INE en convenio con el CNCA.


Se trata de una herramienta muy útil para quienes nos dedicamos a la gestión cultural ya que permite recabar rápidamente información sobre las actividades culturales y artísticas de ese país.
Entre otra información se destaca la referida a “Cultores y espacios”, “Proyectos en cultura”, “Directorio carreras artísticas” y “Estadísticas e indicadores”.
Particularmente interesante resulta descargar el informe “Fuentes de financiamiento cultural” – formato pdf – que lista los diferentes fondos que pueden gestionar los actores culturales de Chile.

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Mapa Cultural de Puerto Rico

Sistema de Información y Gestión de las Conferencias Iberoamericanas de Cultura

Nuevos Servicios del Sistema de Información Cultural de Argentina

09 junio, 2009

El financiamiento de la gestión cultural

La gestión cultural no es gratis como no lo es la cultura. Es más, podría fácilmente demostrarse que la cultura es uno de los bienes más costosos de la experiencia humana.
En este sentido solemos poner en cuestión propuestas del estilo “cultura gratis para todos”
porque, aunque bien intencionadas, suelen terminar por oscurecer el entramado profundo que está detrás de cada acción cultural – y sus costos.
El lugar del estado es, desde este punto de vista, garantizar el acceso universal a los bienes y servicios culturales subsidiando a los sectores sin capacidad económica propia para hacerlo.
También es rol del estado garantizar el acceso universal al proceso creativo facilitando el accionar de aquellos colectivos que, por un motivo u otro, resultaran marginados por el mercado.
En ambos casos trasparentando hacia el conjunto de la sociedad la inversión pública en el campo cultural. Tanto por principios republicanos elementales, cuanto para garantizar que haya verdadero apoyo estatal y no manipulación gubernamental del campo cultural.
Hace poco comentábamos, como ejemplo cercano y en vías de implementación, el caso de Uruguay y sus fondos concursables. Ciertamente hay otros en la Argentina cuyo comentario tenemos demorado.
La construcción de un mapa de financiamiento posible podría sintetizarse rápidamente en tres grandes rubros:
- El aporte privado a partir de prácticas como el auspicio, el sponsoreo y otros similares basados en el aporte que una organización privada hace a las actividades culturales a cambio de la exhibición de su marca.
- La recaudación propia de la actividad a partir de la venta de entradas u otro tipo de servicios – por ejemplo la trasmisión televisiva del evento, o la venta de grabaciones, etcétera.
- El aporte del estado, en sus distintos niveles, que puede incluir desde fondos presupuestarios de distintos orígenes, facilidad de uso de ciertas instalaciones (por caso un teatro) o de ciertos espacios públicos particularmente significativos (por ejemplo la Feria de Mataderos).
Un estudio firmado por Sandra Rapetti de la Universidad de la República (Uruguay) y
publicada por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA analiza diversas investigaciones sobre el financiamiento de espectáculos públicos que nos parece representativa de esta mirada:


Analiza además un conjunto estadístico elaborado sobre varios países de América, entre ellos la Argentina:
Las conceptualizaciones y la metodología utilizadas en este estudio mantienen una vigencia que va más allá de la antigüedad de los datos. El fenómeno de fondo (cómo se financian las actividades culturales) no ha cambiado en sus aspectos centrales.
El estudio citado no aborda – probablemente por su carácter cuantitativo – uno de los recursos cruciales de la gestión cultural: el prestigio.
Solemos decir que todo proyecto cultural es financiable en la medida de su prestigio. De modo que a la pregunta ¿De dónde sacamos el dinero para realizar este o aquel proyecto? Respondemos cambiando la pregunta: ¿Qué prestigio puede aportarse al proyecto? ¿Puede alguien recomendarlo? ¿Qué antecedentes tiene el equipo de gestión? ¿Se ha obtenido algún premio o ganado algún concurso?
¿Cómo hace una persona para empezar? ¿Cómo se pasa del anonimato al prestigio?
En realidad esto nunca ocurre, siempre hay una etapa de transición, de aprendizaje, de colaboración en proyectos de otras personas o instituciones. Se trata de gestionar esa etapa, formular proyectos que nos involucren, utilizar herramientas de diagnóstico – por caso el FODA – y buscar alianzas que mejoren nuestro posicionamiento. Hacer gestión cultural en suma.

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08 mayo, 2009

Programa para la creatividad

Fomentar en una sociedad los impulsos creativos supone promover la sensibilidad estética desde la más temprana edad, capacitar en ciencias y promover la diversidad cultural.
Así parece entenderlo el Gobierno de España con vistas al año europeo de la creatividad e innovación según una nota que publica el portal La Verdad:

"Son muchos los objetivos que se persiguen con tal celebración, aunque los de mayor calado son: 1) Estimular la sensibilidad estética, la intuición y la creatividad en todos los niños desde las etapas más tempranas de su desarrollo; 2) Aumentar la sensibilización social sobre la importancia de la creatividad, la innovación y el espíritu emprendedor, tanto para el desarrollo personal como para el crecimiento económico y el empleo, y promover la mentalidad empresarial, especialmente entre los jóvenes; 3) Fomentar la educación de las capacidades matemáticas, científicas y tecnológicas básicas y avanzadas favorables a la innovación tecnológica; 4) Impulsar la apertura al cambio, la creatividad y la resolución de problemas como competencias favorables a la innovación; 5) Sensibilizar a los jóvenes sobre el hecho de que en una era en que los cambios tecnológicos avanzan con rapidez, la creatividad, el conocimiento y la flexibilidad son importantes para una vida próspera y plena, y proporcionar medios para que la gente pueda mejorar sus oportunidades laborales; 6) Promover unos vínculos más estrechos entre las artes, el mundo empresarial y las escuelas y universidades; 7) Desarrollar la creatividad y la capacidad de innovación a través de actividades no formales e informales dirigidas a la juventud; 8) Fomentar el diseño como una actividad creativa que contribuye de forma significativa a la innovación, incluyendo nociones básicas sobre la protección de la propiedad intelectual; y 9) Hacer hincapié en la apertura a la diversidad cultural como medio."

Impulsar un programa semejante supone mucho más que un año de trabajo; se trata de instalar un cambio cultural profundo en los modos de articulación de la sociedad que en este breve punteo se propone como “Promover unos vínculos más estrechos entre las artes, el mundo empresarial y las escuelas y universidades”.

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07 mayo, 2009

Mapa cultural de Puerto Rico

Recomendamos recorrer detenidamente el blog Mapa Cultural de Puerto Rico como ejemplo de articulación entre política cultural y nuevas tecnologías.
Desde su portada definen, con una cita de Jesús Martín Barbero qué tipo de artefacto sea un mapa cultural:
[…] un mapa no para la fuga sino para el reconocimiento de la situación desde las mediaciones y los sujetos, para cambiar el lugar desde el que se formulan las preguntas, para asumir los márgenes no como tema sino como enzima." (Jesús Martín Barbero, "Oficio de Cartógrafo")"
El blog ofrece una serie de ensayos y avances de investigación y sobre todo espacios de participación para quienes integran el campo cultural de ese país:

Se incluyen aquí las primeras fichas de organizaciones culturales independientes levantadas por el proyecto Mapa cultural del Puerto Rico contemporáneo. Comenzamos dando prioridad a cooperativas culturales, una alternativa que ha tomado auge en nuestro país en los últimos años. También incluimos entidades que buscan defender derechos de los(as) artistas y promover la organización del sector cultural. Pero éste es sólo el inicio. Nos interesa hacer disponible aquí información de otras organizaciones como colectivos de creación, grupos que ofrecen talleres, y espacios culturales alternativos, entre otros, así como de creadores, gestores, educadores, críticos e investigadores independientes. Tú puedes contribuir en esta tarea llenando la ficha con tus datos o los de tu organización. Nos comprometemos a verificarlos e incluirlos en este blog.”

Nos parece un excelente ejemplo de construcción de herramientas de gestión cultural de bajo costo y alto impacto. El tiempo dirá si el intento funciona pero en cualquier caso estamos seguros de que habrá valido la pena.
Todos sabemos que “el mapa no es el camino” pero cuando se hace con la participación de los involucrados directos las precisiones serán seguramente mayores.

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Tecnología y desarrollo cultural en el plano local

28 abril, 2009

Sistema de Gestión e Información de las Conferencias Iberoamericanas de Cultura

El último boletín de la OEI informa que se ha puesto en marcha el “Sistema de Gestión e Información de las Conferencias Iberoamericanas de Cultura” “…cuyo propósito principal es compilar en una base de datos la información de programas, proyectos y acuerdos alcanzados desde que en el año 1997 se estableciera la coordinación por parte de la OEI de las citadas reuniones de ministros. La información ha sido extraída de las actas oficiales originadas tanto de las Reuniones Preparatorias de las Conferencias, como de las Conferencias Iberoamericanas de Cultura, como de las Cumbres Iberoamericanas, por lo que la base de datos está estructurada en torno a los datos obtenidos mediante el análisis documental de todas esas actas.
Disponible en http://www.oei.es/SistemaInfoCultural/ la herramienta informática “…pretende ser una base de datos activa y actualizada. Para ello tras cada nueva Conferencia se irán incorporando nuevos datos. Además se mantendrán activos los “links”, con aquellos programas que en la actualidad tengan pagina web y quieran ser consultados por los lectores.
El sistema permite la búsqueda por Índices y dentro de estos por “Materias”, “Actas”, “Proyectos” y “Organismos”. Asimismo se puede buscar por campos si se tiene mayor información de la temática que se quiere consultar.

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Relaciones culturales internacionales

Diplomacia cultural China

Convención sobre “Protección y la Promoción de la diversidad de las expresiones culturales”

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23 abril, 2009

FODA ¿Herramienta para la gestión cultural?

La matriz FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) es una herramienta sencilla de diagnóstico organizacional que suele identificarse más con el marketing que con la gestión cultural.
Sin embargo creemos que es perfectamente aplicable al campo de la gestión cultural a condición de identificar claramente las variables que utilicemos. Esto es considerar los aspectos simbólicos propios de la cultura organizacional tanto como del contexto donde el accionar de la organización va a desarrollarse. Sin por esto dejar de evaluar los aspectos más duros como recursos financieros, disponibilidad tecnológica o posibles competencias provenientes de otros actores del mismo contexto.
Una de las claves de la matriz es la tajante división entre elementos internos (que la organización debiera poder controlar) identificados como Fortalezas y Debilidades y los elementos definidos como externos (que la organización no puede controlar) definidos como Oportunidades y Amenazas.
Otro aspecto destacable de la matriz es que además de ser una herramienta diagnóstica también lo es de planificación en la medida que el diagnóstico se utilice para planificar el futuro de las decisiones que tomemos hoy.
En nuestros cursos solemos utilizar un manual de FODA elaborado por la Universidad Nacional de Rosario cuya lectura recomendamos.
También debemos decir que como toda matriz diagnóstica su eficacia depende de la calidad de los datos que utilicemos para elaborarla.
Si la información que utilizamos no resulta relevante y pertinente para el tema que estemos analizando los resultados de la matriz serán inconducentes.

30 noviembre, 2008

Nuevos servicios del Sistema de Información Cultural de la Argentina


El Sistema de Información Cultural de la Argentina ha puesto a disposición del público la versión digital (PDF, 16,2 megas) del libro “Nosotros y los Otros, el comercio exterior de bienes culturales en América del Sur” editado por las autoridades culturales de Argentina y Venezuela.
Se trata de un análisis del desempeño en este rubro de Argentina, Brasil, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela.
Constituye un aporte valioso para repensar las estrategias culturales de nuestros países que conviene leer muy detenidamente y sin sacar conclusiones apresuradas habida cuenta de las dificultades metodológicas de todo tipo que plantea el objeto mismo de medición. Dicen los autores:

Una primera definición de cultura es la que dice que “la cultura abarca los rasgos, creencias, convenciones, formas de convivencia, costumbres, imaginarios, sistemas de valores y prácticas simbólicas colectivas e individuales que prevalecen en un grupo”. Esta definición, si bien es aceptada y utilizada en estudios antropológicos y sociológicos, es de escasa utilidad a la hora de medir la cultura, ya que engloba a todas las prácticas sociales, en tanto cada una de ellas genera algún proceso de significación social. Es por eso que se presume más útil, a la hora de definir nuestro objeto de medición, pensar a la cultura como “un conjunto de actividades humanas y productos cuya razón de ser consiste en generar un procesamiento simbólico”.
Sin embargo, y aún utilizando esta definición restringida de cultura, el universo de actividades, productos y productores sigue siendo vastísimo.
Es por eso que se decidió posar la mirada sobre tres sectores particulares, aquellos que forman parte de lo que se denomina comúnmente las “Industrias Culturales Nucleares o Tradicionales”: el complejo audiovisual, el complejo fonográfico y el complejo editorial.
Cuando se habla de “comercio exterior” se hace referencia a “las transacciones económicas entre los residentes de un país y el resto del mundo.” Este ejercicio particular se centrará en el comercio exterior de bienes culturales, dejando de lado los servicios. La exclusión de los servicios culturales de este ejercicio de medición está vinculada a que su registro en las cuentas exteriores de los distintos países no está tan desarrollada, y mucho menos estandarizada, a nivel regional. En consecuencia, hay muchos países que no tienen un registro sistemático de estas transacciones, y la información disponible de los diferentes países suelen ser imposible de comparar.
Como se puede apreciar, se ha realizado un recorte preciso y excluyente a partir de la definición original de cultura. Lejos se está, sin embargo, de postular una supuesta neutralidad u objetividad en este recorte. Por el contrario, es preferible hablar de un proceso de objetivación. A través de sucesivos recortes se fue construyendo nuestro objeto “comercio exterior cultural”, al que ahora se tratará de mensurar.
La propuesta entonces es explicitar en profundidad cada una de las decisiones tomadas en este proceso de objetivación, y someterlas a la discusión colectiva. Pero antes de llegar a eso se realizará un pequeño y necesario rodeo: haremos una breve y simplificada revisión del funcionamiento del Sistema de Cuentas Nacionales, que es la fuente de la cual proviene la información disponible.


Medir cualquier “indicador cultural” es siempre un proceso complejo pero no hay modo de hacer gestión cultural de un modo profesional sin utilizarlos. Máxime cuando se intenta vincular al sector cultural con los planes de desarrollo nacional.
Es en ese sentido que planteamos que es en sí mismo un aporte valioso más allá de la precisión de los datos que los propios autores debaten permanentemente.
Por otro lado el SINCA presenta un “Buscador de Comercio Exterior” referido al sector cultura utilizando el mismo recorte metodológico. Y la verdad es que funciona.
Permite obtener datos entre los años 1996 y 2007 referidos a importación o exportación hacia o desde un país o conteniente considerando cuatro sectores básicos: el audiovisual, el fonográfico o el editorial.
Una vez obtenido el dato el buscador permite guardarlo en formato pdf o tabla de cálculo.
Por ejemplo, una comparación entre las exportaciones del sector editorial argentino a España y Estados Unidos en las puntas del registro, 1996y 2007. He aquí el resultado copiado del pdf que me proveyó el sistema:

ESTADISTICAS DE COMERCIO EXTERIOR
COMPARACIÓN
OPERACIÓN AÑO ORIGEN DESTINO BIENES VALOR
Exportación 1996 Argentina España Sector Editorial 5.604.670
U$S FOB
Exportación 2007 Argentina España Sector Editorial 4.363.479
U$S FOB
Exportación 1996 Argentina America Sector Editorial 132.687.651
U$S FOB
Exportación 2007 Argentina America Sector Editorial 252.809.768
U$S FOB
Fuente: SInCA en base a datos del INDEC
.

Una primera mirada es que nuestras exportaciones editoriales a Estados Unidos crecieron mientras las realizadas a España se redujeron. Considerando además la devaluación del 2001 pareciera haber una interesante investigación para hacer.
Como decíamos alguna vez hablando de indicadores culturales: está claro que los indicadores culturales sirven para medir fenómenos, pero no son los fenómenos. Convertirlos en datos precisos, pertinentes y relevantes es parte de la profesionalidad de la gestión cultural.

25 noviembre, 2008

Foro de Responsabilidad Social Empresaria: “creando cultura y competencia”

El Diario de Cuyo publica un reportaje al profesor Francisco Decono a propósito de la realización en San Juan del I Foro de Responsabilidad Social Empresaria (RSE).
Algunas ideas para compartir:

En general cuando uno dice RSE la gente piensa en filantropía, pero la base de la RSE, apoyándonos en las normas ISO 26.000, tiene 7 grandes temas que las empresas deben atender: Medio ambiente, derechos humanos, prácticas laborales, consumidores, comunidad y desarrollo de sociedad, prácticas operacionales justas y gobierno de las organizaciones. Cada uno de esos 7 encabezados tiene a su vez 5 temas propios, es decir que hay más de 30 temas importantes de los cuales sólo uno de ellos es filantropía.” (...)
“...Hay que entender este marco y luego las empresas deben avanzar en sistemas de gestión y políticas más afines o de su interés. Otro concepto es que la empresa tiene que incorporar a sus actividades diarias prácticas que no son habituales y esto implica un cambio cultural profundo.” (...)
“...en el Consejo Empresario Argentino para el desarrollo Sostenible (CEASD) tienen empresas que presentaron casos. La implantación de todos estos programas y sistemas es voluntario; las razones por las que las empresas los toman es conveniencia o ética empresarial, o ambas. La conveniencia es para generar beneficios que no son económicos, es lograr valor, prestigio, aceptación, trascendencia.” (...)
“Las firmas más grandes están todas con el tema, con distinto grado de implantación. La gran pregunta es qué pasa con las pymes que son las que generan más empleo, ahí creo que tenemos oportunidades de mejorar. Creo que desde el Estado, las organizaciones y empresas más grandes hay que convencerlas para que vayan adoptando algunas medidas, obligadas por las más grandes. En las pymes nos falta avanzar, sobre todo en principios de ética, transparencia y lucha contra la corrupción.
” (...)

Interesante síntesis la que hace Decono sobre un tema que, nos parece, los gestores culturales no hemos estudiado suficientemente. A lo sumo solemos pensar en las empresas a lo hora de lograr fondos para uno u otro proyecto, preparamos una carpeta y salimos a pedir auspicios bajo las más diversas formas.
Pero ¿Entendemos el concepto de creación de valor sea en términos de ética o conveniencia? Para tener algunas pistas sobre este fenómeno – la RSE – les sugerimos recorrer cuidadosamente el sitio del Consejo Empresario Argentino para el desarrollo Sostenible (CEASD), en particular la sección destinada a difundir casos implementados por sus empresas asociadas.
Insistimos: el desafío es entender primero la idea y luego, sólo luego, promover el despliegue de acciones en común.

15 septiembre, 2008

Feria del arte para una cultura rentable

El portal mexicano El Mañana informa la realización – en abril del 2009 – se realizará en el World Trade Center la “Primera Expo Arte Cultura”:

que será una plataforma en la cual se reunirán creadores, prestadores de servicios, intérpretes, instituciones culturales y educativas, grupos artísticos y asociaciones civiles”, con el fin de promover hábitos de consumo e intercambio de bienes y servicios culturales

El objetivo es impulsar el crecimiento de sus industrias culturales más allá del 7% del PBI que representa actualmente.

... permitirá en un mismo espacio, de 5 mil metros cuadrados, el contacto directo entre productores, comerciantes del arte, promotores culturales, público en general y artistas de todas las disciplinas. (...) Se podrán establecer contactos comerciales directos con más de 40 mil visitantes que esperamos recibir o consumidores potenciales. Es una oportunidad para mostrar el trabajo creativo y establecer una nueva dinámica entre comunidades artísticas y culturales

Nota Relacionada:
Cultura no es una pieza ornamental que está sobre un pedestal

13 septiembre, 2008

Gestión cultural, marca ciudad y presupuesto

En diálogo con el diario La Nación de Buenos Aires el catalán Tony Puig Picard se refirió al vinculo entre gestión de la cultura, marca ciudad y presupuesto. Veamos algunos de los comentario reflejados en la nota firmada por Susana Reinoso:

La marca ciudad “Se construye desde la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas. Así se crea una marca: con todos los ciudadanos incluidos. El problema que observo en la Argentina es que la gente no confía en sus instituciones políticas, no confía en sus intendentes. Los ciudadanos no se sienten incluidos en las políticas públicas. Antes bien, se sienten utilizados. Pero esto puede cambiarse, cuando el discurso político pone en el centro de la cuestión, los valores. Buenos Aires se posiciona como marca en el mundo, a pesar de [que] sus instituciones políticas y las del país ayudan bastante poco

Como dice Puig Picard la ciudad de Buenos Aires es una marca en sí misma alimentada por una vastísima tradición cultural que incluye un ritmo musical hace tiempo globalizado como lo es el tango, escritores de la talla de Borges y Cortazar por citar sólo dos; deportistas, desde Fangio hasta Maradona; músicos como Piazzolla y Atahualpa; en fin, sus artes todas ellas; pero también nuestras contradicciones.
Hace unos días comentábamos, bajo el título “La cultura partida”, una de estas grandes contradicciones de nuestra cultura: la tremenda desigualdad entre nuestra ciudad de Buenos Aires y el resto de la geografía nacional.
Desde este lugar creemos que Buenos Aires necesita, además de la confianza de los ciudadanos porteños, recuperar la confianza de todos los ciudadanos argentinos, vivamos donde vivamos. Ese es el rol de una capital: expresar al conjunto de un país y no sólo su propio ombligo.
Esto, claro está, supone debates más profundos sobre nuestra propia multiculturalidad que exceden el espacio de esta nota. Digamos sí que una de las dimensiones del problema es la presupuestaria. Y allí, el especialista catalán funda su visión del tema recurriendo a una contraposición poco inocente que el medio convalida:

"En Medellín, sin petrodólares, pero con voluntad política de reducir la violencia social y dar educación, el alcalde Sergio Fajardo invirtió el 40% de su presupuesto. Las bibliotecas y las escuelas lograron disminuir sensiblemente la violencia en las calles", señala el gestor catalán. Y el asunto pudo ser corroborado por La Nacion hace un año, en una recorrida de los parques-bibliotecas en barrios periféricos de la ciudad (...) En cambio Caracas, con todos los petrodólares de Chávez, sigue siendo una ciudad desvertebrada y violenta. Eso muestra que el problema no es el dinero, sino que hace falta capacidad creativa y voluntad política

Compartimos la idea de que es más importante la voluntad política que el dinero; pero el presupuesto es una de las dimensiones más transparentes de la voluntad política. La Argentina necesita descentralizar sus políticas culturales incluyendo los recursos tanto materiales como simbólicos que se utilizan para llevarlas a cabo.Quizás una de las razones de esa “desconfianza de la gente en las instituciones políticas”, que bien percibe Puig Picard, sea la excesiva centralización de un estado que, en los papeles, se define como federal. Pero que, en la práctica cotidiana, atiende preferentemente en Buenos Aires.

12 septiembre, 2008

Gestión cultural entre un municipio y el Teatro Colón

El portal El Día de Gualeguaychú informa sobre la firma de un convenio de hermandad entre esa comuna entrerriana y el Teatro Colón de Buenos Aires.

Se llevó a cabo ayer al mediodía, la firma de un “Convenio de Hermandad” entre la comuna local y el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires. Rubricaron el acuerdo el intendente local, Juan José Bahillo y el Director General Ejecutivo del Teatro Colón, Luis Martín Boschet

Entre los objetivos principales del acuerdo el medio describe:

el primero es el de ayudar a co-producir, pero con un sentido federal. El Colón no viene a solamente a poner una función, si no que la idea es sentarnos con ustedes y pensar que puede aportar al teatro. La intención es que el teatro mayor ayude pero a estimular a los artistas locales y que termine siendo útil para la actividad local. El segundo es recuperar toda esta carga cultural de este conocimiento que hace que un teatro funcione. Una obra, una ópera o un ballet no solo funcionan con los artistas, faltan los otros oficios que en el interior se han perdido o están en extinción. El último punto es ayudar a pensar como sostener, desde una buena administración de fondos, una programación. Como se organiza una temporada pensando que son dineros públicos, ser eficaces y optimizar los recursos sabiendo que muchas veces los presupuestos nunca son suficientes”. La Directora de Cultura Olga Lonardi habló de este convenio de hermandad “que abre muchas puertas y posibilidades a la comunidad de Gualeguaychú

La vinculación horizontal entre instituciones culturales tan diversas nos parece una iniciativa más que interesante para promover el desarrollo federal de nuestra cultura. Un buen ejemplo que bien harían en replicar los municipios argentinos entre sí así como con instituciones provinciales y nacionales.

Nota Relacionada:
La cultura partida