Postulamos que sí, que además de un gran artista plástico Raúl Soldi protagonizó un modelo de gestión cultural que merece ser estudiado. Tal como lo fue el martinfierrismo – Borges, Marechal, Rojas Paz – para los movimientos literarios o el Instituto Di Tella para la innovación artística.
En otro lugar hemos tratado con más amplitud los detalles de la obra de Raúl Soldi; aquí simplemente vamos a transcribir algunas de aquellas conclusiones en tanto un modelo posible de Gestionar Cultura:
El trabajo voluntario como aporte a la comunidad y también como oportunidad para desplegar el propio proyecto creativo.
La articulación de fenómenos globales novedosos con espacios locales de expresión.
La reinversión de utilidades como muestra del sólido compromiso comunitario de la propuesta.
La instalación de genealogías creativas en el sentido de reconocer, valorar y difundir los aportes hechos por otros a la cultura nacional.
La construcción de equipos con personas provenientes de ámbitos diferentes para promover el intercambio de saberes y experiencias.
La delegación de los aspectos locales de la obra en equipos de creciente conformación local.
La trasposición de equipos de trabajo de un proyecto a otro capitalizando experiencias.
La inversión y el compromiso del propio prestigio para la creación y desarrollo de obras de envergadura.
En síntesis un camino de gestión de la propia capacidad creativa que ve desde el trabajo voluntario hasta la reinversión de recursos y prestigio con un fuerte compromiso comunitario.
Algunos teóricos – Jeremy Rifkin, La Era del Acceso, 2000 – postulan la existencia de un nuevo “capitalismo cultural” cuyo paradigma de gestión es el llamado “modelo Hollywood” .Los argentinos debiéramos revisar estos supuestos desde nuestros propios intereses y tradiciones. Si esto es así, Raúl Soldi es, sin dudas un modelo a seguir.
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