En estos días se ha
debatido - y bienvenido sea el debate - la idea de establecer el Día
Nacional de la Musica conmemorando el nacimiento del flaco Spinetta.
Una carta de Juan Falu puso en discusión la conveniencia de tal decisión sin poner en
tela de juicio el talento musical del flaco. Algo, el talento musical
de Spinetta, en lo que estamos todos de acuerdo.
Lo primero que se
nos ocurre es que la expresión Día Nacional de la Música es, cuando
menos, equívoco ya que la música es, en sí misma, uno de los
lenguajes más universales.
Los que forman parte
de un espacio nacional u otro - esto es unas condiciones de creación
y no otras - son los músicos.
Son los autores,
compositores e interpretes quienes crean en este lugar o desde este
lugar un modo particular de expresar aquel lenguaje universal. Y, por
tanto, son estas personas quienes merecen el agradecimiento y
homenaje de toda la sociedad argentina.
Desde esta mirada
¿Por que no establecer como Día Nacional de los Músicos el día de
fundación de SADAIC? La entidad que desde 1936 custodia y defiende
los derechos de autores, compositores e interpretes.
En primer lugar
estaríamos celebrando un hecho colectivo ya que, más allá del rol
protagónico que tuvo Francisco Canaro, fueron los músicos de
aquella generación quienes lograron un reconocimiento legal que
antes no tenían y ahora se estaría ampliando. Y estaría muy bien
que los y las músicas actuales celebren aquella herencia.
Por otro lado es
bastante frecuente que los colectivos laborales - en este caso
trabajadores de la música - celebren su día en consonancia con el
reconocimiento de sus derechos o la fundación de sus organizaciones
representativas.
Y por último,
aunque no menos importante, se trata de una entidad que no distingue
géneros ni estilos sino que custodia a toda la gente de la música
por igual.
El 9 de junio es una
fecha oportuna para celebrar el trabajo de todas nuestras músicas.
Por lo menos, vale la pena debatirlo.
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