15 abril, 2009

Foro Alianza de Civilizaciones, Estambul, Turquía

Los días 6 y 7 de abril se llevó a cabo un encuentro internacional que se conoce como "Foro Alianza de Civilizaciones" en la ciudad de Estambul, Turquía.

El espíritu rector de dicha convocatoria esta signado por la necesidad de encontrar espacios y consecuentres ejes de acción entre los Estados para el diálogo intercultural, principalmente con claras intenciones de achicar la brecha existente entre la cultura occidental y los países de fé islámica, como en caso de Turquía, país donde se organizara este año.

Este tipo de encuentros tiene origen en 2004 como iniciativa del país anfitrión y España, bajo consenso de las Naciones Unidas, cuyo fin último fue desde entonces mejorar el entendimiento y las relaciones de cooperación entre las "diversas culturas y civilizaciones" y así contribuir a contrarrestar las fuerzas que alimentan la polarización y el extremismo.

En la presente convocatoria, más de 1.500 participantes, procedentes de varios países, entre los cuales se encontró la Argentina, se reunieron durante dos días en el palacio otomano de Ciragan, a orillas del Bósforo, para forjar alianzas, ya no desde lo comercial, sino desde lo más sensible de los pueblos, su cultura.

Pero por qué un encuentro para hacer alianzas entre los pueblos en tiempos de globalización? El sentido común podría engañarnos apoyándose en una visión simplista sobre los efectos "unificadores" y "homogenizadores" de la globalización sobre la cultura. Si bién es cierto que tal fenómeno algo nos acerca, evidentemente, las relaciones entre los pueblos aún persisten, ya que más allá de las buenas intensiones en los acuerdos bi y multilaterales hay cuestiones que de uno y otro lado se entienden, y comprenden, de distinta forma (podríamos empezar sólamentes por las barreras del idioma y la religión).

Sin entrar en mayor detalle, el mundo occidental y el musulman configuran una dificil situación históricamente marcada por su cosmovisión sobre la vida, su forma de organizarse, de entender su relación con la naturaleza, lo divino y demás. No son cuestiones menores, que condicionan cualquier intento de alianza, tratado o acuerdo, desde el más sensillo hasta el más complejo, como el caso de la incorporación de Turquía a la Comunidad Económica Europea, por ejemplo.

Quíza por ser agraciado quien escibe en esta oprtunidad en haber estado en la ciudad de Estambul para esos días, puede darse fe de las diferencias referidas anteriormente. No fueron pocos los casos donde distintas personas con las que intercambié palabras daban cuenta sobre las diferencias con los países de su región, y cómo les cuesta aceptar su incorporación al selecto grupo de países europeos.

Con respecto a la posición argentina ante el foro cabe señalar que, según consta en el Plan Nacional de Acción, suma además el interés de la República para que este encuentro sea de utilidad para "avanzar en la puesta en práctica de medidas para prevenir actos de violencia y combatir percepciones y actitudes que puedan, inclusive, derivar en terribles actos de violencia y terrorismo".

Por ello, aparenta ser positiva la iniciativa de forjar alianzas culturales antes que las comerciales, intentando ponerse de acuerdo y aceptarse mutuamente para darle sustentabilidad a cualquier otra iniciativa. Aceptar al otro como diferente pero complementario es además todo un esfuerzo entre las partes para lograr acercarse.

Links:
http://www.aocistanbul.org
http://www.cancilleria.gov.ar

2 comentarios:

Isabel Nader dijo...

Este artículo me hizo reflexionar sobre lo difícil que es comprender la globalización como situación universal, general, y la realidad existente en lo particular, geográfico y cultural.

Que nuestro país piense sólo en aprovechar este Foro para "prevenir" actos de violencia o terrorismo, da cuenta de lo lejos que estamos de comprender la cultura como el eje transversal de todas las políticas públicas y de las relaciones exteriores.

De cualquier manera, es altamente positivo que dos culturas tan distintas como la occidental y la musulmana, puedan "encontrarse" y buscar "juntos" puntos de acuerdo para una convivencia basada en las relaciones sociales, comerciales, y, hasta por qué no, culturales; en este espacio global, marcado por el estricto espacio geográfico.

Los gestores culturales nos enfretamos permanentemente a este desafío. Involucrarnos y trabajar en ello, es nuestro compromiso y objetivo final.

Excelente artículo y una rica experiencia empírica que sirve para incorporar la realidad como gestión del conocimiento.

Felicitaciones.
Lic. Isabel Nader

Pablo Ariel Sosa dijo...

Como es sabido por quienes estudiamos los fenómenos estatales, lo dificil no radica en el diseño de las políticas sino en su implementación. Esperemos que este encuentro tenga la legitimidad del caso para que los actores que deben que materializar los acuerdos tengan convicción y capacidad de hacerlo.

Quizá en nuestra región, nos debamos un encuentro de estas características ya que los problemas de integración cultural no son exclusivos de la relación oriente / occidente.