Nuria Chinchila, economista española, hizo declaraciones al diario La Nación a su paso por Buenos Aires. Destacó que existen perfiles de gestión diferentes entre varones y mujeres y propuso “aprovechar talentos dormidos”
¿Cuáles son esos talentos?
“Lo que no se termina de valorar es que la maternidad, igual que la paternidad, desarrolla competencias magníficas para las compañías. Paciencia, delegación, planificación, trabajo en equipo, comunicación. Mil temas que son trasladables a la empresa, a lo que se suma el mayor compromiso.”
Todas actividades que, más que una virtud aprovechable, las organizaciones suelen percibir como una distracción de las tareas asignadas.
Sobre las capacidades específicamente femeninas de gestión sostuvo:
“Somos distintos no sólo en lo biológico, sino también en lo psicológico, en la forma de ver la realidad. Muy básicamente, un hombre suele ser más rápido para pensar en estrategias de futuro. La mujer es más rápida para llegar al fondo de las cosas y anticipar mejor las consecuencias. Además, una mujer suele establecer una conducción más cercana a las personas y suele trabajar mejor en equipo, porque le importa más la influencia que el poder. El hombre se distancia más y toma decisiones estratégicas con mayor rapidez.”
Sus comentarios sobre el machismo nacional despertaron no pocas replicas tapando, en alguna medida, lo más medular de la nota. La poca importancia que le dimos a los dos temas más polémicos terminaron por confirmar que nuestro machismo nos impide ver lo más jugoso del debate que propone.
¿Cuáles son esos talentos?
“Lo que no se termina de valorar es que la maternidad, igual que la paternidad, desarrolla competencias magníficas para las compañías. Paciencia, delegación, planificación, trabajo en equipo, comunicación. Mil temas que son trasladables a la empresa, a lo que se suma el mayor compromiso.”
Todas actividades que, más que una virtud aprovechable, las organizaciones suelen percibir como una distracción de las tareas asignadas.
Sobre las capacidades específicamente femeninas de gestión sostuvo:
“Somos distintos no sólo en lo biológico, sino también en lo psicológico, en la forma de ver la realidad. Muy básicamente, un hombre suele ser más rápido para pensar en estrategias de futuro. La mujer es más rápida para llegar al fondo de las cosas y anticipar mejor las consecuencias. Además, una mujer suele establecer una conducción más cercana a las personas y suele trabajar mejor en equipo, porque le importa más la influencia que el poder. El hombre se distancia más y toma decisiones estratégicas con mayor rapidez.”
Sus comentarios sobre el machismo nacional despertaron no pocas replicas tapando, en alguna medida, lo más medular de la nota. La poca importancia que le dimos a los dos temas más polémicos terminaron por confirmar que nuestro machismo nos impide ver lo más jugoso del debate que propone.
Dos afirmaciones, las hechas por esta prestigiosa economista, que no suelen figurar en los manuales de gestión y que, sin embargo, podrían poner de cabeza el concepto mismo de organización. La nota completa no tiene desperdicios, recomendar su lectura es un acto de estricta justicia.
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