Entre el 12 y el 18 de abril estuvimos en el Encuentro Internacional de Diseño Gráfico organizado por la “Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo del Chimborazo” en el marco del 19° Encuentro del Nuevo Mundo de las Artes.
Asistir a un evento internacional como este supone la responsabilidad de aportar el trabajo y los conocimientos por los cuales los organizadores nos han convocado.
Pero además supone la enorme oportunidad de aprender de esa cultura otra que nos ha convocado: la ciudad, los organizadores, el público que asiste a las diferentes actividades y, naturalmente, de los otros ponentes.
Desde ese lugar uno se pregunta si ha sido capaz de aportar, por lo menos, tanto como ha recibido.
En este último sentido nos han quedado sensaciones y aprendizajes de todo tipo sobre los temas del encuentro que iremos tratando de reflejar en sucesivos post. De todos ellos lo más significativo ha sido palpar de cerca la enorme profundidad de la cultura andina.
Se percibe en la gente de Ecuador una cultura tan puesta a flor de piel, cotidiana y profunda que ningún texto podría narrarla. Tenemos además la sensación – por largas charlas mantenidas con el diseñador peruano Zadir Milla – que esto que hemos dicho de la gente de Ecuador también podríamos decirlo de la gente del Perú. Viajes anteriores a las provincias de Salta y Jujuy en el noroeste argentino nos habían dejado la misma impresión.
La región andina es sin duda uno de los corazones culturales de nuestra América. Allí la multiculturalidad pasea por las calles. Una multiculturalidad afincada en una identidad cultural tan profunda que está siempre dispuesta a dialogar con el mundo.
Desde la región rioplatense siempre hemos dicho que nuestras ciudades son multiculturales por historia, por composición humana y por la plasticidad simbólica que heredamos de nuestros abuelos gringos, criollos y aborígenes. Como decía Leopoldo Marechal “… cualquier latido del mundo nos parece natural y asequible, puesto que Buenos Aires es un puñado de mundo”. Una categoría que compartimos – igual que el futbol y el tango – con Montevideo y, seguramente, las otras grandes ciudades de la región.
El diálogo entre estas dos grandes regiones americanas – la andina y la rioplatense – tiene una potencialidad cultural enorme que debiéramos explorar con más detenimiento. Sin mengua, naturalmente, de otros corazones tan americanos como los nuestros.
Como dijo Gabriel Cisneros, presidente de la Casa de la Cultura que organizaba el evento, estos encuentros sirven para mirarnos a la cara e intercambiar esos afectos y sentimientos que las pantallas de las computadoras no pueden transmitir.
Las diferentes actividades que teníamos programadas hicieron imposible asistir a todas las conferencias y actividades incluidas en el Encuentro de Diseño Gráfico. Sí pudimos disfrutar de las exposiciones de Franklin Cárdenas, Mariana Costa, Zadir Milla, y Peter Mussfeldt.
De esas ponencias recogimos un conjunto de ideas más o menos comunes a todas las exposiciones que vale la pena listar aunque su ampliación quede para otra oportunidad:
- la cultura como transformación
- trabajo, sistema y sacrificio
- el error como camino de aprendizaje
- la identidad cultural como emergente dinámico de una cultura en busca de su desarrollo
- el diseño como actividad creativa que atraviesa todas las actividades de la sociedad
- la interculturalidad como punto de encuentro de nuestras diversidades y como enorme capital simbólico capaz de impulsar nuestro desarrollo.
Párrafo aparte merece la calidad, en todo sentido, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana – Núcleo del Chimborazo: su trabajo ha sido impecable tanto desde el punto de vista de la gestión del evento – su concepción, las temáticas seleccionadas, la amplitud de la convocatoria, la diversidad cultural e ideológica de los ponentes – cuanto la administración que hicieron del evento en sí – elección de los lugares para sesionar, la atención a los visitantes, la cuidada gastronomía, el cumplimiento de horarios, el transporte puesto a disposición de las diferentes necesidades, la cobertura de prensa, etcétera.
Por otra parte la propia naturaleza jurídica de la Casa de la Cultura es, para nosotros, una novedad muy interesante: siendo un organismo público con fondos gubernamentales disfruta de una absoluta autonomía para designar sus autoridades y desarrollar su propia oferta cultural. Esto permite una libertad de trabajo tanto en lo ideológico partidario cuanto en lo operativo. Desde ese punto de vista nos parece un ejemplo digno de ser replicado.
Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a toda la gente que participó de este evento empezando por los estudiantes que asistieron a nuestras ponencias y talleres: su participación, respeto y el afecto en el trato para con nosotros ha sido inigualable.
El personal y los voluntarios de la Casa de la Cultura cumplieron su tarea con una gran dedicación y mucho profesionalismo. Un agradecimiento muy especial a la Arq. Ximena Idrobo, coordinadora del Encuentro de Diseño Gráfico, quien aporto el profesionalismo imprescindible para el éxito del evento y, sobre todo, su gran calidad humana. Como decíamos al despedirnos: ojalá este sea el inicio de los más diversos proyectos y encuentros.
25 abril, 2011
Diseño, identidad cultural y gestión en Ecuador
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