06 octubre, 2008

Innovación y cambio cultural

Una entrevista a Francisco Vallejo, Consejero de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía.

La nota muestra una manera de pensar el “cambio cultural” como componente necesario de la innovación y a esta como un requisito para el desarrollo sustentable.

“-¿Qué cambio cultural ha comenzado exactamente la pasada legislatura?-
(...) Hemos pasado entre el profesorado del 'hay que publicar' al 'hay que patentar'. Si no transferimos conocimiento a nuestra sociedad no crearemos bienestar social y no podremos competir con los países que producen a bajo coste. No debe pararse en este punto la Universidad. Además de la trasferencia tecnológica debe tener una voz crítica, una imprescindible voz social que ha perdido en las últimas décadas.
-Pero ese cambio no se ve en los alumnos. Parece que no existe esa cultura.
-Veamos. Tenemos las bases fundamentales. Hemos realizado los cambios estructurales. Y lo hemos hecho muy bien. Yo me descubro ante el esfuerzo de los andaluces. Y el salto cualitativo se va a ver próximamente. Para que todo este proceso de cambio se establezca hay que estar pendiente de dos aspectos primordiales. En primer lugar es que vienen tiempos duros pero que también vienen con más oportunidades que nunca. Y también traen más exigencias. El que no se prepare, el que no estudie, el que no se forme, tendrá más posibilidades de ser explotado. Y aquí viene el segundo aspecto. Vivimos en un mundo más pequeño, globalizado y con fuertes corrientes migratorias. La conclusión es que creemos que estamos preparando bien esta tierra para este salto cualitativo definitivo y que el mensaje que trasladamos a los alumnos es que hay que estudiar toda la vida.
-Quizá la ciudadanía entiende perfectamente que los pilares de la comunidad son la Salud, la Justicia, la Educación. Y ahí no admite recortes, ni retrasos sino mejores continuas en el servicio. ¿En qué lugar queda la Innovación ante estos tres mosqueteros presupuestarios? Y algo que nos preocupa más todavía ¿Cómo convencer a los andaluces que la innovación, al ser transversal a todo, es fundamental, precisamente, para el desarrollo de estos tres pilares de la sociedad?
-La innovación es un elemento cultural de la sociedad. La innovación pertenece a todos los ámbitos. Pertenece a la educación, a la salud, a la justicia. En el caso de Salud, innovación es el Campus de la Salud, sus instalaciones, sus máquinas pero también es innovación las pequeñas cosas de cada día, como el trato que se le dispensa a un paciente. Hay que recapacitar. En lo cotidiano somos más innovadores de lo que pensamos. Por ejemplo, los invernaderos de plástico de Almería, el elemento dinamizador de la provincia, nunca ha sido contabilizado como innovación. Lo es.
-¿Se ve que recuerda muy bien sus tiempos de consejero de Salud. Cómo ve la innovación en la educación?
-En la educación el cambio se ve claramente. Hemos pasado de cuánto sabe el profesor a cuánto aprende el alumno. Esto es clave. Al profesor ya no le vale la conferencia. El modelo del plan de Bolonia es que el alumno tiene que buscar y trabajar de forma colaborativa. Igual que el profesorado. Se acabó sacarse una plaza, aprobar una oposición y echarse a dormir. Hay que estudiar, repito, toda la vida.


El modelo de cambio cultural que propone el Consejero parece – hasta donde podemos leer desde aquí – estar basado en una modificación muy sencilla: las “patentes” más que las publicaciones y los alumnos formados más que los profesores capaces. Es decir una mirada más atenta a los protagonistas y resultados del proceso – educativo en este caso – que a las condiciones del mismo. Repite el mismo esquema cuando evalúa el proceso innovador de Andalucía en su conjunto:

(...)Los andaluces tenemos (y estamos) desarrollando nuestro propio modelo que tiene que basarse en estas dos acciones. Primero, crear y gestionar adecuadamente nuestros recursos humanos y, segundo, atraer recursos humanos de fuera. Que vengan los mejores a Andalucía y se quieran quedar con nosotros. Este es el camino. Mire, se ha hablado muchísimo en estos últimos ocho años del modelo irlandés. Al final, no le vale a nadie. Crecen muy pero que muy rápido, es cierto, pero mira cómo caen más rápido todavía. Yo, en mis 25 años de vida en política he concluido que es mucho mejor estar en la mitad, que en este caso es crecer continuamente y apenas caer. (...) Es el momento de ser ambicioso y de aprovechar las oportunidades. Tenemos que perder nuestros vicios y desprendernos de la cultura del lamento. Mirar con esta actitud de lamento hacia el pasado hoy en día es solo una pérdida de tiempo. Y, además tenemos que ser conscientes de que tampoco hace falta ser los primeros en todo. No hace falta ser los más ricos, porque tampoco nos hace ser más felices. Yo soy muy optimista con Andalucía.

Pareciera que el otro componente de innovación y cambio cultural es la capacidad de situarse en un espacio determinado y desde allí establecer las propias prioridades.

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