14 septiembre, 2007

Enero de 1975: sobre Gauchos Judíos


Semana del 24 al 30 de enero de 1975; Siete Días Ilustrados N° 399. Una tapa vieja, después de todo ¿Por qué no? Así como hay blogs que publican las tapas de la semana o los tapas por venir la gestión cultural puede darse el gusto de revisar viejos archivos; eso son nuestras tapas viejas.
Virginia Faiad nos mira desde su bikini amarilla: no hay siliconas, ni colágenos ni anorexias.
Títulos de tapa: Gomez Morales: inflación, desabastecimiento, gestión en USA, terrorismo. Terror en Mar del Plata: el boom de los fracasos. Y un HOY (así, grandote): Gauchos Judíos, La Salada, Princesa Grace. Esos eran los temas.
La economía, una preocupación permanente de la economía, una mala temporada teatral en la costa atlántica y La Salada que en aquella época era sólo un paseo dominguero de piletas y bronceadores baratos y no una feria de dudosa legalidad y peor reputación.
¿Cuánto puede decirnos de la cultura de un país una tapa vieja? Muchas continuidades – la chica de tapa, la inflación, la violencia. Algunas discontinuidades: un mundo sin photoshop y con pancitas no anoréxicas.
Pero también la narrativa de la propia cultura, sus creaciones artísticas, sus identidades – así, en plural.
Por ejemplo “Los Gauchos judíos: paisanos de pura cepa. En medio del agobiante verano porteño Juan José Jusid se sumergió en el rodaje del libro de Alberto Gerchunoff. Los tics y las manías de los colonizadores presentada con humor y ternura. Anécdotas, entretelones y curiosidades de la filmación”.
Se refiere a la filmación de “Los gauchos judíos” que en aquel enero se llevaba a cabo en Campo de Mayo – predio del Ejercito de la Argentina.
La nota cuenta las dificultades que tuvo la producción para recrear el habitat, los trajes y los usos y costumbres de aquellos judíos que expulsados de su Rusia natal vinieron a refundar su cultura en nuestra provincia de Entre Ríos.
Dos declaraciones a la revista ilustran el clima de la filmación:
Decía la actriz China Zorrilla: “Tanta era la confusión – bromeó – que tuvo que pasar bastante tiempo hasta cerciorarme de que yo misma no era judía”.
Y Oscar Viale, uno de los libretistas y actor de la película, dijo: “Recurrimos a un tipo de humor amplio, no restringido a la comunidad, y nos preocupamos de que nuestros personajes sean creíbles y queribles a la vez – teorizó – . En definitiva el film es un canto a los gauchos judíos, pero creemos que se lo merecen. Yo recorrí con el equipo los campos que ellos poblaron y civilizaron y allí tuve la cabal sensación del esfuerzo que realizaron. El paisaje es lo más inhóspito que uno de puede imaginar y las condiciones históricas fueron realmente duras. La verdad es que aquellos paisanos tuvieron un coraje a toda prueba. Lo afirmo yo – acotó con un dejo de picardía – que soy uno de los pocos no judíos del equipo”.
Lo sintetizó muy bien el actor Pepe Soriano: “ Ninguno es totalmente judío, ninguno es totalmente criollo”.
La nota de Siete Días Ilustrados cierra con una declaración de Gustavo Luppi – hijo de Federico – quien interpreta al autor de la novela original, Alberto Gerchunoff: “...Sentí que me había transformado en uno de los pilares del relato y comprendí, a la vez, que ese no era mérito mío sino el reflejo de trabajo en equipo en el que había oficio, talento y, sobre todo, un gran amor hacia la obra”.
La verdad es que rara vez se encuentra una síntesis tan acabada del accionar cultural: equipo, oficio, talento y amor por la obra.
En enero de este 2007 tuve oportunidad de recorrer Basavilbaso en Entre Ríos, uno de los escenarios privilegiados de la epopeya de los gauchos judíos.
Las tres sinagogas existentes están muy necesitadas de mantenimiento y, sobre todo, de mayor atención como parte del patrimonio cultural de la nación.



Hay un cierto descuido y, pareciera, una total falta de comprensión de la profundidad de esa experiencia humana que como dijo de los actores “no es totalmente judía ni totalmente criolla”. Es, irrepetiblemente argentina.
La película de Jusid suele ser exhibida por el canal Volver y se consigue en algunos videoclubes . La novela original, escrita en 1908, se consigue en cualquier librería.
Dicho sea de paso, el año próximo se cumplirán los cien años de la obra, una oportunidad para mostrarle al mundo una experiencia tan singular como la colonización – no sólo judía – de nuestra provincia de Entre Ríos.
Desde el punto de vista de la gestión cultural es un excelente ejemplo de cómo el cruce entre lenguajes artísticos – literatura y cinematografía, en este caso – es capaz de proyectar identidad cultural cuando se asienta en una experiencia humana significativa.
Una tapa vieja, impresa hace más de treinta años nos permitió recuperar esta historia. Conservar, revisar, analizar y difundir nuestro patrimonio impreso también es hacer gestión cultural. Es, también, una manera práctica de confrontar con ciertas miradas efímeras de la cultura; donde pesa más la moda, la contingencia de la pura operatividad – y las conveniencias del mercado – que la hondura que, desde todo punto de vista, tiene toda experiencia humana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me comentaron unos amigos judios de mexico que les gustó mucho el evento.
Saludos