La OEI ha publicado, en formato pdf, un texto titulado “La formación en gestión cultural en Iberoamérica: reflexiones y situación” escrito por Alfons Martinell Sempere.
Sostiene el autor en las primeras páginas del mismo:
“La profesionalización de la gestión cultural se genera por diferentes variables.Una de ellas es el dinamismo del propio sector, sus agentes y los creadores como resultado del aumento y variedad de actividades. Por otro lado, se debe a la influencia de políticas culturales de las Administraciones públicas que al intervenir más en la acción cultural crean un nuevo encargo social profesionalizador en el sector. Pero uno de los factores que ha provocado un cambio más importante en las últimas décadas, ha sido la confluencia del dinamismo entre políticas culturales públicas, iniciativa privada y el desarrollo de las organizaciones de la sociedad civil o del denominado tercer sector.La evidencia causa-efecto entre políticas culturales, acción de los agentes y profesionalización en la gestión cultural, no excluye la poca atención que las políticas de desarrollo cultural han dedicado a la formación y creación de un capital humano o recursos humanos capacitados para estas nuevas necesidades.Con esta afirmación se pretende manifestar que, salvo algunas excepciones, las políticas culturales no han contemplado entre sus principios estrategias formativas potentes, permitiendo una consolidación de la formación en gestión cultural como campo propio.”
La formación de profesionales de la gestión cultural está claramente retrasada en nuestros países. En el caso concreto de la Argentina somos todavía muy pocos los egresados de carreras de grado. Esto es cierto.
Pero no lo es menos que no se percibe mucha voluntad por parte de las administraciones políticas por avanzar en ese sentido. Hay más bien una tendencia hacia el status quo y la repetición de formulas consagradas: evento, foto y titular periodístico.
El documento avanza en una descripción de las características de la profesión y las demandas formativas que estas suponen. Vale la pena leerlo.
“La profesionalización de la gestión cultural se genera por diferentes variables.Una de ellas es el dinamismo del propio sector, sus agentes y los creadores como resultado del aumento y variedad de actividades. Por otro lado, se debe a la influencia de políticas culturales de las Administraciones públicas que al intervenir más en la acción cultural crean un nuevo encargo social profesionalizador en el sector. Pero uno de los factores que ha provocado un cambio más importante en las últimas décadas, ha sido la confluencia del dinamismo entre políticas culturales públicas, iniciativa privada y el desarrollo de las organizaciones de la sociedad civil o del denominado tercer sector.La evidencia causa-efecto entre políticas culturales, acción de los agentes y profesionalización en la gestión cultural, no excluye la poca atención que las políticas de desarrollo cultural han dedicado a la formación y creación de un capital humano o recursos humanos capacitados para estas nuevas necesidades.Con esta afirmación se pretende manifestar que, salvo algunas excepciones, las políticas culturales no han contemplado entre sus principios estrategias formativas potentes, permitiendo una consolidación de la formación en gestión cultural como campo propio.”
La formación de profesionales de la gestión cultural está claramente retrasada en nuestros países. En el caso concreto de la Argentina somos todavía muy pocos los egresados de carreras de grado. Esto es cierto.
Pero no lo es menos que no se percibe mucha voluntad por parte de las administraciones políticas por avanzar en ese sentido. Hay más bien una tendencia hacia el status quo y la repetición de formulas consagradas: evento, foto y titular periodístico.
El documento avanza en una descripción de las características de la profesión y las demandas formativas que estas suponen. Vale la pena leerlo.
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