Sobre el fin de año el Secretario de Cultura de la Nación, designó al abogado Guillermo Alonso al frente del Museo Nacional de Bellas Artes.
En una nota del diario Página/12 el flamante funcionario definió:
"Me pareció interesante que se concursara este cargo y decidí presentarme porque los aspirantes no solo debíamos diagnosticar la situación del museo sino también desarrollar un proyecto. A partir de ahora el museo no será más, desde el punto de vista administrativo, una mera dependencia de la Secretaría de Cultura de la Nación, sino que su figura es, en lenguaje burocrático, la de una “entidad desconcentrada”. Esto no significa la completa autarquía, pero tiene una mayor independencia e identidad, le permite una apertura programática y, lo más importante, tener presupuesto propio. Hasta ahora –y también durante 2008, mientras se cumplen los plazos legales para la generación de un presupuesto específico–, todo estaba centralizado. Por ejemplo, hoy el museo sólo tiene presupuestado los servicios y los sueldos, que están cargados a la Secretaría de Cultura. Para 2009 el museo tendrá su propio espacio y un número en el presupuesto nacional. En ese presupuesto hay que hacer un cálculo que permita sostener políticas permanentes de muestras temporarias, publicaciones, investigación, programas culturales en el auditorio, restauración de obras del patrimonio... nada de esto estaba presupuestado."
La designación de este cargo por concurso es en sí misma una gran noticia. Luego podrá hacerse un análisis más detallado del proyecto propuesto; de los modelos de museo posibles y los sostenidos por la nueva gestión. Todo esto deberá hacerse; hoy importa que se consolida la idea del mérito y la idoneidad como base de la gestión cultural ¿qué noticia mejor para empezar el año?
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