29 octubre, 2009

Intercambios culturales: convocatoria de la OEI

A través de su sitio en Internet la OEI está convocando a la presentación de proyectos de intercambios entre personas e instituciones vinculadas a la gestión cultural iberoamericana. Dice la presentación:

"La Organización de Estados iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), en el marco de la Carta Cultural Iberoamericana desea contribuir a la construcción de un espacio cultural iberoamericano favoreciendo el desplazamiento de los actores y agentes culturales con el fin de generar lazos de proximidad y un conocimiento mutuo.
Para ello, se impulsa una nueva convocatoria de ayudas a la movilidad para creadores, gestores, promotores y profesionales iberoamericanos de la cultura que quieran enriquecer su trabajo mediante el conocimiento de otros contextos profesionales que permitan el intercambio en los distintos ámbitos culturales de Iberoamérica
Este proyecto quiere contribuir a estimular la construcción de una cultura de paz, centrada en el intercambio, en el diálogo intercultural y la cooperación, buscando un mejor conocimiento de la realidad cultural iberoamericana. De esta manera se potenciará la puesta en marcha de proyectos conjuntos. También se busca estimular la realización de actuaciones que puedan replicarse en espacios diversos incorporando miradas distintas a problemas comunes.
La convocatoria quiere destacar que la Diversidad es una condición fundamental para la existencia humana y que sus expresiones y el conocimiento de las mismas constituyen un valioso factor para el avance y el bienestar de las comunidades en general. Por ello creemos que la Diversidad debe ser aceptada, adoptada, disfrutada y difundida en forma permanente.
Para la puesta en marcha de esta convocatoria la OEI cuenta desde el inicio con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)
"

La presentación de proyectos está abierta hasta el 10 de enero de 2010 y requiere de una “Carta de invitación y/o aceptación” de las partes. La convocatoria incluye el pago de gastos de traslado, estadía y otros adicionales.
Los países comprendidos en la convocatoria son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela.
Más información, bases, procedimientos y formulario en el sitio de la OEI

28 octubre, 2009

Economía de la atención y gestión cultural

El suplemento económico del diario Clarín de Buenos Aires publicó el último domingo algunos artículos que pueden resultar útiles para pensar la economía de la gestión cultural.
Citando, entre otros, al Premio Nobel Herbert Simon se refiere a la llamada economía de la atención titulando: “Riqueza de información, pobreza de atención”.
Lo explican con una cita de Simon: “lo que la atención consume es bastante obvio: la atención de sus receptores. De esto se deduce que una riqueza de información produce una pobreza de atención”.
Para entenderlo cabalmente basta con una simple comprobación: trate usted de recordar cuántos mensajes, de todo tipo, recibe a lo largo del día y a cuantos realmente le presta un mínimo de atención.
El crecimiento exponencial de los volúmenes de información lleva a que aumente el valor de la atención de las personas. Y esto porque estaríamos aplicando recursos escasos – la atención de las personas – a fines infinitamente múltiples – los mensajes disponibles en un tiempo y espacio determinado.
Claro que la comunicación involucra, además, aspectos simbólicos de todo tipo que pueden hacer que un mensaje se vuelva más o menos relevante para uno u otro receptor. Y eso, en un extremo es cultura y, desde el vamos, arte.
Un ejemplo muy interesante al respecto lo trae el mismo suplemento en la nota de contratapa titulada. Tickets, sponsors y rock and roll: el negocio de los recitales en la Argentina.
Se analizan allí las diferentes modalidades que caracterizan al negocio de los recitales lo cual, a nuestro juicio, está enmarcado en aquello que en otra entrada de este blog hemos caracterizado como un verdadero cambio cultural en la industria musical.
Hay artistas que financian la actividad con la venta de los Tickets – entradas – al recital y subsidiariamente algún recurso publicitario. Otros, cuya convocatoria es decididamente masiva invierten la fórmula: el foco económico está en los anunciantes que utilizan su concierto para atraer la atención del público.
Aunque, como sostiene la gerenta de marketing de una empresa que suele participar como sponsor de grandes marcas: “No hay una relación con la venta directa, pero salta en la afinidad de la marca con el mundo de la música”.
Además hay marcas – Personal Fest, Quilmes Rock y Pepsi Music, según la nota – que se superponen directamente con la propuesta artística relegando, hasta cierto punto, al artista a un segundo plano. Simplificando la mirada podríamos decir que el artista importa porque participa en ese evento.
El arte se vuelve vehículo para captar o asociar la atención del público con una propuesta comercial determinada. Esto, por cierto, actualiza los debates de todo tipo habidos sobre la relación entre arte, cultura de masas y mercados.
Simplificando podríamos decir que el arte o la producción artística para ser más exactos construyen tres tipos de relación no necesariamente excluyentes entre sí:

- El arte sostenido por la atención de su propio público.
- El arte como vehículo de las marcas que necesitan convocar la atención del público
- El arte subsumido en las estrategias de marketing de grandes empresas

La verdad es que, como gestor cultural, convivo mejor con los dos primeros modelos que con el último. Pero lo cierto es que todos ellos existen y hay muchos (y muy buenos) artistas que no dudan en recurrir a las más diversas combinaciones posibles.

Nota Relacionada:
Públicos culturales en la era de Internet

27 octubre, 2009

Gestión cultural en La Plata


Nos informan que la semana próxima se realizan en la ciudad de La Plata, capital de nuestra provincia de Buenos Aires unas jornadas de Gestión Cultural:

"Las Primeras Jornadas “Encuentros Posibles en la Gestión Cultural” se realizarán el martes 3 y miércoles 4 de noviembre en la Sala de Reuniones del Teatro Argentino de La Plata, calle 51 entre 9 y 10, 3° piso. Son organizadas por los alumnos, directivos y docentes de la carrera Tecnicatura Superior en Gestión Cultural del ISFDyTn°8 de La Plata. Este evento invita a la interacción y la reflexión en torno a diversos enfoques, miradas y experiencias acerca de la gestión cultural en el contexto actual, a partir de la participación de diferentes especialistas, instituciones y organizaciones, articulando los saberes académicos de esta disciplina con aquellos no académicos que ofrecen numerosas prácticas socioculturales, en una construcción colectiva de conocimientos, en un intercambio plural con la comunidad, donde se logren algunos puntos de encuentro en torno a la/s idea/s del “gestor” y la “gestión cultural”. Los ejes que se abordarán se vinculan con la gestión cultural en los ámbitos estatal, privado e independiente; aspectos legales y económicos; enfoques de la Gestión Cultural desde prácticas estatales y gremiales, experiencias alternativas y comunitarias de gestión cultural; su articulación con la educación formal, como así también actividades artísticas y talleres de reflexión con la participación del público asistente. Se trata de una actividad abierta y gratuita."


Para mayor información pueden comunicarse a:

21 octubre, 2009

La UNESCO y la diversidad cultural


La UNESCO ha publicado un informe titulado “Invertir en la diversidad cultural y el diálogo intercultural”. Un resumen del mismo puede bajarse en versión pdf. Son unas cuarenta páginas al que seguramente deberemos volver en más de una oportunidad. Dice, a modo de presentación:


La diversidad cultural ha comenzado a suscitar un interés fundamental al iniciarse el nuevo siglo. Sin embargo, los significados que se le asignan a esta expresión “comodín” son tan variados como cambiantes. Algunos consideran que la diversidad cultural es intrínsecamente positiva, en la medida en que se refiere a un intercambio de la riqueza inherente a cada cultura del mundo y, por ende, a los vínculos que nos unen en los procesos de diálogo e intercambio. Para otros, las diferencias culturales son la causa de que perdamos de vista lo que tenemos en común en cuanto seres humanos y, por lo tanto, constituyen la raíz de numerosos conflictos. Este segundo diagnóstico resulta hoy tanto más digno de crédito cuanto que la mundialización ha aumentado los puntos de interacción y fricción entre las culturas, originando tensiones, repliegues y reivindicaciones en relación con la identidad, en particular de índole religiosa, que se convierten en fuentes potenciales de conflicto. Por consiguiente, el desafío fundamental consistiría en proponer una perspectiva coherente de la diversidad cultural y, por su conducto, aclarar cómo, lejos de ser una amenaza, puede contribuir a las medidas que adopte la comunidad internacional. Éste es el objetivo esencial del presente informe.


Veamos algunos datos contenidos en el informe:


La mitad de las lenguas que existen actualmente (se estima que su número se cifra entre seis y ocho mil) las hablan menos de 10.000 personas y se afirma que cada dos semanas desaparece una de ellas.

Los datos recopilados por el Index Translationum muestran que el 55% de todas las traducciones de libros corresponde a obras escritas originalmente en inglés, frente a un 6,5% de obras traducidas a este idioma

En 2006, el sector de los medios de comunicación y la cultura representaba más del 7% del producto interno bruto (PIB) mundial y tenía un valor aproximado de 1,3 billones de dólares, es decir, prácticamente el doble de los ingresos provenientes del turismo internacional ese año (estimados en 680.000 millones de dólares).

En la década de 1990, en los países de la OCDE, la economía de la creación y la cultura creció a un ritmo anual dos veces superior al del sector de los servicios y cuatro veces superior al del sector industrial

La participación de África en el comercio mundial de productos creativos, por ejemplo, continúa siendo insignificante (menos del 1% de las exportaciones mundiales), a pesar de la abundancia de talentos creadores con que cuenta.

Los resultados de trabajos de investigación recientes parecen confirmar la existencia de un vínculo positivo entre la diversidad y los resultados económicos y financieros de las empresas multinacionales. De hecho, las empresas están fomentando la “inteligencia cultural”, centrándose en las ventajas que puede ofrecer la diversidad de empleados, a saber: mayor creatividad e innovación; comercialización más eficaz de productos entre distintos tipos de consumidores; ampliación del proceso de adopción de decisiones, a medida que las firmas se internacionalizan y se hallan en situaciones y contextos más variados; selección cuidadosa de los empleados y mejora de su capacitación; y creación de estructuras de buena administración que salven las distancias entre esquemas diferentes de la cultura de empresa.

La diversidad cultural es – como se sostiene en el informe – un hecho. Y además un hecho con una inmensa significación simbólica y también económica. Conocerla, comprenderla y gestionarla es, de lejos, el principal desafío para la gestión cultural de las próximas décadas.

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19 octubre, 2009

El patrimonio cultural inmaterial produce nuevos significados

La investigadora mexicana Lourdes Arizpe afirmó que “el patrimonio cultural inmaterial es una práctica que produce nuevos significados. Es ir al trueque al mercado llevando un chiquihuite de fruta, es llevar un objeto al altar de Día de Muertos o colocar flores de cempoalxochitl en noviembre en el zócalo de la ciudad.
En una nota publicada en el portal “Ciudadanía Express” agregó que: “…en la lista de Patrimonio de la Humanidad, México es uno de los países con más lugares registrados, hecho que muestra la importancia de comprender el legado inmaterial que se entreteje en torno a estos sitios.” (…) “El término de patrimonio cultural inmaterial va más allá de lo que antes se llamaba folclor o, de manera más general, usos y costumbres. En un mundo que está destruyendo a toda velocidad prácticas culturales muy valiosas, ha crecido el afán por salvaguardar, como dice José Saramago, lo que nos acabaría haciendo falta.

En otras entradas de este blog nos referíamos a los riesgos que el cambio climático y el turismo representan para el patrimonio cultural. De un modo, quizás más grave, ciertas formas de la cultura de masas son una amenaza para el desarrollo del patrimonio cultural inmaterial de los pueblos. Bien lo dice Lourdes Arizpe:

Por una parte, la pobreza, las migraciones y el predominio de un consumo de mercado afectan la producción de artesanías y que las comunidades puedan financiar su vida ritual y festiva. Por otra, los programas de televisión, audiovisuales y películas, generan un cambio cultural que no se sabe a bien cómo manejar”.

El empobrecimiento material de las comunidades así como la destrucción de sus componentes simbólicos son riesgos ciertos – evidentes y patéticos en muchos casos – que se retroalimentan mutuamente.
Comprender la profundidad de estos fenómenos es el primer paso para comenzar a revertirlos. De allí la relevancia de investigaciones como la producida por la autora mexicana.

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Podemos Construir Nuevos Patrimonios

16 octubre, 2009

Diversidad y modernidad: un aporte negro a la cultura

Un artículo firmado por Daniel Mera Villamizar con el título “Negros, modernidad y diversidad” pone en discusión el lugar de “los negros” en la cultura colombiana. Su lectura nos parece imprescindible para quienes nos dedicamos a la gestión cultural ya que pone en discusión temas tales como modernidad y diversidad cultural, resistencia y cambio, etnicidad e identidad en tiempos en que frecuentemente se acumulan significados como si todo fuera lo mismo.
Sus postulados refieren a la identidad negra – o afrodescendiente – en Colombia pero pueden, a nuestro juicio, trasplantarse al resto del territorio americano y, casi, a cualquiera de las culturas que fueron subsumidas en este tremendo experimento humano que es la construcción de las muchas Américas que conviven en nuestra geografía.

Empieza el autor estableciendo una cierta prelación entre modernidad y diversidad:
Vivamos la diversidad sin descuidar la modernidad. Primero, la construcción de la modernidad (de todos); segundo, cultivar la diversidad (de la región o el grupo).

Dice, sobre la modernidad: “…es pasar de una “vida solitaria, pobre, primitiva, brutal y breve” (añadiría, “y servil”), a una vida autónoma, provista (no que todos tengamos lo mismo), cultivada, larga y libre (para todos).

Y, sobre la diversidad: “Es la manifestación de la diferencia. Y aquí importa mucho distinguir entre “diferencia cultural expresiva” y “diferencia cultural radical”

Concibe la diferencia radical cómo búsqueda de autonomía – incluso y eventualmente – desde el punto de vista territorial. Y la expresiva como una singularidad estética. Una distinción que alguna vez convendría profundizar.
Agrega sobre la diversidad una mirada que – aunque el autor no lo exprese – interpela a ciertas etnicidades extraviadas que suelen terminar en autoritarismos variopintos:

La diversidad cultural producto de la diferencia expresiva, hace parte de la modernidad, la enriquece, y muy difícilmente es contraria a ésta, a menos que se la magnifique para utilizarla políticamente al servicio de visiones que desprecian el proyecto de nación y las ideas que lo sustentan.

Plantea, para Colombia, un reclamo que estimamos legítimo para toda la América pero que desde ya es absolutamente pertinente para la Argentina:

Es un error bienintencionado valorar lo negro o afro solamente en relación con la diversidad cultural, pues hemos hecho un doble aporte a la nación colombiana: tanto al proyecto de la modernidad como a la diversidad cultural. El error nace de creer que la legitimidad de los negros en la nación es principalmente cultural, pues la “nación es pluriétnica y multicultural”. (…)Así que en vísperas del Bicentenario, tenemos la enorme tarea de rescatar y valorar el aporte negro a la modernidad colombiana. Esto permitirá argumentar que la primera legitimidad de los negros en nuestra nación es política.

Los negros fueron las primeras líneas de infantería en los ejércitos patrios que, formados en la Argentina, lucharon contra el colonialismo hasta los campos de Ecuador luego de haber pasado por Chile y Perú. También en las montoneras y ejércitos regulares que combatieron en nuestras guerras civiles del siglo xix y en la atroz guerra de la triple alianza que, injustamente, llevamos a nuestros hermanos del Paraguay.
Pero, insistimos, esto que se dice de las minorías negras puede hacerse extensivo a las diferentes comunidades originarias así como a los muchos “gringos” que poblaron el territorio de nuestro país. Hay allí una legitimidad de ciudadanía que es tan fuerte como la legitimidad basada en la diversidad cultural y que nos convierte en deudores de las culturas minoritarias sin más.
¿Qué necesita una persona para acreditar esa pertenencia a una cultura minoritaria o, como sostiene el autor, ser étnico?

Para ser ‘negros’ o ‘étnicos’ no es necesario haber nacido con partera, ni saber montar en canoa, o comer pescado sin espinarse, ni tener una relación vinculante con la tierra, ni tener curas naturales, ni hijos en muchas mujeres, por poner “signos” que suelen desaparecer con la modernidad. Si se quiere, ese es un tipo de “etnicidad”.” (…)Lo “étnico” debería poder viajar a través de las distintas capas socioeconómicas del grupo. Si lo “étnico” se asocia a las costumbres de los más pobres o aislados en el grupo poblacional, entonces ese tipo de “etnicidad” desaparecerá con el tiempo, como ha venido pasando. En cambio, si se expanden las clases medias negras y resignificamos en términos modernos lo étnico, como parte de la diversidad cultural de la nación, la “identidad negra” se fortalecerá y lo étnico no desaparecerá sino que se masificará. De paso, los portadores ancestrales podrán vivir dignamente de tales manifestaciones culturales.

Hay mucho más en el artículo que conviene leer en la misma integridad que propone el autor. Simplemente queremos dejar planteadas estas cuestiones que nos parecen centrales a la hora de pensar las relaciones entre identidad y cultura. Creemos firmemente que se puede tener identidades distintas – diferencias expresivas – y ser parte de una misma cultura – carecer de diferencias radicales. La gestión cultural puede construir estrategias de vida – cultura, en la definición de Kusch – entre los diversos.

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30 septiembre, 2009

El tango es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad

El tango integra desde hoy la lista de patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, según lo dispuesto este organismo en la reunión que realiza en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes.
El músico y embajador argentino ante ese organismo, Miguel Angel Estrella, declaró que

…su primer pensamiento tras la decisión de la UNESCO fue para aquellos conventillos (casa de vecindad) "donde nacían nuestras abuelas y donde vivía la gente que inventó los primeros tangos". "Muchos de ellos eran trabajadores, no venían del mundo intelectual. Pensé en ellos, en los negros (...) y en toda esa gente que tuvo esa pasión y la continuó, pese al rechazo que generaba en las clases medias y en las clases dominantes"

Hay que decir además que el tango tuvo también otras fuentes no menos orilleras que los conventillos. La descomposición de la gran aldea casi rural que era Buenos Aires en la segunda mitad del siglo diecinueve dio lugar a la transformación del gaucho – prototipo rural – en el orillero y compadrito que alimentó los orígenes del tango.
Dice al respecto el portal Argentina.ar:


La tradición argentina y uruguaya del tango, hoy conocida en el mundo entero, nació en la cuenca del Río de la Plata, entre las clases populares de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. En esta región, donde se mezclan los emigrantes europeos, los descendientes de esclavos africanos y los nativos (criollos), se produjo una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó en una identidad cultural específica. Entre las expresiones más características de esa identidad figuran la música, la danza y la poesía del tango que son, a la vez, una encarnación y un vector de la diversidad y del diálogo cultural.”

Según un portal uruguayo:

La Intendencia Municipal de Montevideo, a través del Departamento de Cultura, y el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, han acordado presentar ante la UNESCO la propuesta de incorporar al tango a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El convenio firmado el pasado 30 de setiembre de 2008, en la ciudad de Buenos Aires, por el señor Eduardo León Duter, Director de Promoción Cultural y el señor Ministro Ing. Hernán Santiago Lombardi. Este arte que se ha ganado el status de expresión cultural universal, nos conmueve y moviliza no solamente a uruguayos y argentinos. Debido a ello el Departamento de Cultura de la IMM, invita a las personalidades de la cultura a adherir a la presentación de este proyecto. Desde el Gobierno Departamental y Nacional sentimos que es una oportunidad de seguir revalorizando y preservando nuestra identidad.

La declaración de un fenómeno como patrimonio cultural inmaterial supone un firme compromiso con su preservación y difusión. Y, más importante que ello, debiera además generar políticas culturales específicas para proyectarlo al más amplio horizonte de la experiencia humana.
Un compromiso hacia y desde la propia identidad cultural con la gestación de una auténtica cultura universal capaz de contener todas las voces. Desde ya es auspicioso que este proyecto haya nacido desde ambas márgenes del Río de la Plata superando viejas mezquindades. Quizás sirva como modelo para trabajar juntos otras manifestaciones culturales comunes. Se me ocurren, rápidamente y como simples ejemplos la chamarrita y el candombe.

17 septiembre, 2009

Gestión cultural y libertad de expresión

Una nota del diario Los Andes de Mendoza da cuenta de un conflicto entre una artista plástica de esa ciudad y un banco cooperativo que censuró las pinturas que iban a exponerse en la sucursal mendocina del mismo.
El hecho tiene varias aristas que conviene pensar desde la gestión cultural. Veamos que publica el diario en torno a lo dicho por los protagonistas:

La imagen de una Virgen sobre un cuerpo desnudo de mujer era una metáfora social y a la vez el reflejo de la relación entre la simbología femenina y la iconografía religiosa. La obra formaba parte de la muestra "Cuerpos sin espinas" y fue una creación de la artista plástica mendocina Cristina Pérez. Sin embargo su visión del mundo tuvo un paso fugaz ante la vista de los visitantes porque fue levantada sin aviso tres días después de su inauguración en la sala de arte Juan Scalco, del banco Credicoop ubicado en calle 9 de Julio de ciudad. ¿Las razones? Directivos del banco aseguraron que las obras eran "ofensivas" y las retiraron porque habían recibido quejas de algunos clientes. La artista reclamó pero la muestra no volvió a exhibirse allí.” (…)
"No sólo hubo una ruptura del vínculo contractual sino que hubo discriminación. La muestra fue levantada de mala manera en un banco muy progresista y muy democrático porque es una cooperativa y se jacta de eso. Lo llamativo es que nadie objetó la muestra antes, y la conocían. El problema es la discriminación por la temática de la obra y nadie tiene el derecho a juzgar una expresión artística", agrega el letrado. Para conocer la decisión del banco frente a la decisión judicial, Los Andes se comunicó con directivos del banco Credicoop que se comprometieron a realizar una declaración durante la jornada de ayer, pero finalmente no sucedió. El lunes salió el fallo de la juez en lo civil Silvina Miquel y aunque es favorable, la artista dice que "esto no se termina acá, seguramente el banco hará una apelación pero estoy contenta porque se nos dio la razón no sólo a mí, sino a un equipo de gente que trabajó conmigo, este no es un camino solitario
".

En una nota relacionada que publica el mismo diario Graciela Distéfano - Directora del Espacio Contemporáneo de Arte – plantea un debate interesante:

Creo que en el caso de la obra de Cristina Pérez se reaccionó de manera desproporcionada. Creo que no sólo hay censura sino también autocensura por parte de los espacios de exposición, sobre todo cuando se trata de un banco, que a pesar de tener una ideología progresista se dejó llevar por la queja de algún cliente y el banco no quiso perder ese cliente, eso está claro. Negocios son negocios.
También se abre la discusión sobre los espacios donde se hacen las muestras. Creo que no era el lugar adecuado, fue una concepción voluntarista pero no adecuada. La sala donde transita público que no está por el arte no es el mejor lugar y pasa a ser de cotillón o un adorno de un espacio. Creo que el caso es un disparador sobre otras discusiones. Aclaro que estoy de acuerdo con que el arte se integre a la vida, pero hay que pensar seriamente que lugar se le da.


En primer lugar, la gestión cultural necesita financiamiento y las empresas son una opción posible pero debe haber una coherencia sin cortapisas entre los valores que expresa la gestión y los valores de quien provee los recursos.
Una empresa que cree, como se sostiene, que “negocios son negocios”, no es una buena socia para la gestión cultural. Es un límite que, en términos profesionales, no debiéramos traspasar.
Párrafo aparte merece el accionar de los funcionarios del banco que actuaron como banqueros y, visto los resultados, sin el menor asesoramiento respecto del acto mismo de montar una exposición de arte. Como bien se dice en el artículo citado se opero más desde una concepción decorativa, como quién agrega un jarrón más al mobiliario.
Sin entender que, aunque se pretenda lo contrario, el arte hace más que decorar: revela una concepción del mundo, expone una mirada, culturiza las formas para decirlo rápidamente. Y cultura significa proyecto pero también ideología (cosmovisión) en el sentido más amplio posible.
Y allí está, a mi juicio, la arista más fuerte de este debate, la contradicción entre dos valores igualmente válidos: la libertad de expresión y el respeto a la diversidad.
Una y otro son condición imprescindible de la gestión cultural: no es tal si no contempla ambos valores como centro de su accionar.
¿Cómo hacer convivir símbolos de culturas que pueden estar en contradicción? ¿Cómo respetar la particularidad religiosa sin menoscabar la libertad expresiva del arte?
Creo que Graciela Distéfano aporta una pista interesante: “…hay que pensar seriamente que lugar se le da”
Ese lugar es físico y también simbólico; no es lo mismo la pared del templo que un paredón de libre disponibilidad. Entre uno y otro media la misma distancia que va de la libertad de expresión a la provocación.
Se cultiva la libertad no aceptando censuras de ningún tipo y se cultiva la convivencia no cayendo en la provocación. Siendo claro con el público a quien se dirige nuestra propuesta se cultiva, además, la honestidad intelectual y profesional.
En sociedades democráticas (y aunque imperfecta la Argentina lo es) el arte puede ser militante y aún utilizarse como herramienta política pero no como arma que, por otro lado, ni siquiera parece ser la intención de la artista.
En este caso parece haberse producido una mezcla explosiva: el absoluto desconocimiento de formas elementales de gestión cultural por parte del patrocinador de la muestra más cierto “voluntarismo” de la artista. Y una tremenda torpeza adicional: pretender que la censura resuelva el litigio.

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